RIPD: Departamento de Policía Mortal
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Después de regalarnos la divertida ‘RED’, Robert Schwentke dirigió otra adaptación de un cómic. En esta ocasión hablamos de ‘RIPD: Departamento de Policía Mortal’, un cómic que comparte similitudes con ‘Men in Black’. Sin embargo, el resultado final no está a la altura. Ni tan siquiera podemos calificar esta película como entretenida.

-«Estás muerto» (Proctor)
-«¿Es una broma?» (Walker)

Crítica de RIPD: Departamento de policía mortal

Menuda decepción me he llevado con ‘RIPD: Departamento de Policía Mortal’, y eso que no tenía las expectativas muy altas. En parte por haber presentado una campaña de promoción cuanto menos nefasta. Algo que ya le pasó factura en su estreno en los USA. Allí los primeros trailers tan sólo se dejaron ver un mes antes de que el film se estrenara en salas… Eso ya invitaba al temor.

Entrando en materia, la cinta de Schwentke no es una obra maestra cinéfila ni nada que se le parezca. Además, el resultado final dista mucho de ser entretenido. En líneas generales, cuando alguien lleva a la pantalla un cómic-book, lo primero que debería fijarse es si dicho cómic es famoso o mínimamente conocido (por mi parte, no tenía ni idea de la existencia de esta obra de Peter Lenkov) y actuar en consecuencia. Esto implica intentar dar a conocer el material para lograr que la película en la que se basa tenga la suficiente repercusión mediática. No fue el caso. Y a Ryan Reynolds ya le había pasado lo mismo con la tan machacada Green Lantern(Martin Campbell, 2011).

En «RIPD», además de lo ya comentado, también influyó que el verano en el que se estrenó estaba bastante repleto de grandes producciones: superhéroes, robots y demás parafernalia. Todo esto, seguramente, hizo mella en el presente film. Sin embargo, parte de su fracaso no se debe sólo a las grandes producciones de otros estudios, o su mala repercusión, sino también a la enorme falta de química entre sus dos protagonistas. Por un lado, Jeff Bridges se lo pasa teta. Por otro lado, Ryan Reynolds intenta parecer serio pero no lo consigue.

A Robert Schwentke se le nota muy perdido en la dirección. Se aprecia un enorme abuso del zoom digital (algo puesto de moda por Zack Snyder con su notable El Hombre de Acero). Por si fuera poco, los efectos visuales son cuanto menos cantosos y demasiado digitalizados para una producción de 130 millones. También hay que llamar la atención respecto al planísimo guión de Matt Manfredi y Phil Hay, dos guionistas que alcanzaron el «éxito» con Furia de Titanes(Louis Leterrier, 2010). Manfredi y Hay se muestran totalmente en piloto automático en su script y eso es algo que hace daño a la película.

Como acabo de exponer, Schwentke trata de tapar la falta de química entre sus protagonistas abusando de planos rodados de manera «comiquera» (de esos que provocarían vergüenza al J.J Abrams más pirotécnico o al Michael Bay más gamberro) y de los mencionados zooms digitales que no terminan de encontrar su sitio. Ese abuso se nota en la amplia mayoría de las escenas de acción, algo que termina cansando al respetable.

En «R.I.P.D.» poco o nada es lo que se puede salvar. No obstante, algo puedo calificar mínimamente de divertido. Me refiero a lo relacionado con los «avatares». Los «avatares» es un disfraz que usan los agentes de “R.I.P.D.” para pasar desapercibidos en el mundo de los vivos. Ahí es donde el director se saca secuencias más divertidas y disfrutables que las propias escenas de acción.

Por otro lado, el carisma de Jeff Bridges también salva muchas de las escenas sin avatares de por medio. Básicamente, el actor se ríe de sí mismo interpretando al vaquero Roy (mejor verlo en VO). Recordemos que ya había interpretado a un viejo cowboy en la notable Valor de Ley(Joel y Ethan Coen, 2010), seguramente fichó más por eso que por la calidad del guión. El resto de actores tampoco es precisamente para tirar cohetes. Mary Louise-Parker repite con Schwentke, aunque en un principio se pensó en Jodie Foster, pero en un papel menos interesante que el que tuvo en RED’. Otro cantar es Kevin Bacon. El antaño villano de pura cepa capaz de acojonar al más pintado se convierte en un mero monigote. Claramente hace que añoremos a algunos de los personajes que interpretó en el pasado. Sinceramente, una pena.

En conclusión.
Resumiendo esta crítica de RIPD: Departamento de Policía Mortal, estamos ante un producto demasiado vacuo, plano a más no poder, sin las gracias de las mejores «buddy movies» y con unos efectos visuales mal realizados. Además presenta una química inexistente entre sus protagonistas. Ryan Reynolds debería buscar papeles de mayor calado.

Tráiler de RIPD: Departamento de Policía Mortal

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