La vida de Pi
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Después de un periodo de silencio que duró tres años, Ang Lee regresó al cine. Y lo hizo para invitarnos a vivir una maravillosa aventura en el Océano Pacífico. Es la hora de emprender el viaje de nuestras vidas y de conocer… ‘La vida de Pi’.

«Sobre todo no pierdan la esperanza» (Pi Patel)

Crítica de La vida de Pi

En su regreso tras las cámaras, Ang Lee trae un gran regalo en forma de película: ‘La vida de Pi’. Un hermoso film sobre la fe y la esperanza, sobre las relaciones entre los humanos y los animales, y un film que es toda una lección de vida. Recordemos que la cinta está basada en el libro homónimo de Yann Martel. Hablamos de una obra cuyas ventas han superado los siete millones de ejemplares y que durante años ha figurado en las listas de los libros más vendidos.

Si algo destaca en ‘La Vida de Pi’ es su apuesta, sin ningún tipo de rubor ni vergüenza, por el ensalzamiento de la fe. En este sentido, el personaje de Pi Patel luchará a lo largo de su terrible odisea marítima por mantener una fe adquirida ya de niño y que es lo que le mantiene luchando por su vida… la fe, la esperanza y un tigre llamado Richard Parker. Precisamente, ese fabuloso tigre de bengala, metido como “inesperado polizón” en el mismo bote que Pi, se convertirá en su peor enemigo pero también en su mejor amigo. De algún modo, la peligrosa relación de dependencia que se establecerá entre los dos ayudará tanto a Pi como su propia fe. Y es que los hombres al final necesitamos de los animales y viceversa. Esa es la otra gran enseñanza que nos deja Ang Lee con esta historia.

Pero antes de presentarnos esta fantástica aventura en pleno Océano Pacífico, el guionista David Magee se toma su tiempo en contarnos la niñez y juventud de Pi Patel. Puede que a algunos espectadores esa parte inicial les resulte un tanto pesada. Sin embargo, es fundamental ver cómo se va formando la personalidad del niño, y del joven Pi, para luego entender su comportamiento en el Océano y en el bote con el tigre Richard Parker. Sin esa parte, entiendo que el film estaría absolutamente incompleto. Amén de que es la parte más divertida.

Visualmente el film presenta una cuidadísima y exquisita escenografía en la que abundan las bellas imágenes del océano. Unas imágenes capaces de dejarnos con la boca abierta… En este aspecto, gran parte de la producción tuvo lugar dentro de un tanque autogenerador de oleaje. El tanque más grande construido, hasta ese momento, para una película. La «piscina» estaba ubicada en la ciudad de Taichung (Taiwán) en las instalaciones de un antiguo aeropuerto y medía 70 metros de largo, 30 metros de ancho y 4 metros de profundidad contando con una capacidad de 4,5 millones de litros. Todo esto permitía al equipo de realización generar una gran variedad de texturas de agua que en pantalla quedan fabulosas.

Por su parte, la banda sonora es obra de Michael Danna. Sus composiciones resultan tan bonitas y agradables como las propias imágenes. Finalmente, y antes de entrar a comentar las interpretaciones, queda por hablar de las 3Ds. En este caso tengo que decir que las mismas no me sorprendieron como en otras películas rodadas en este formato. Es cierto que hay un par de escenas muy conseguidas, pero más allá de eso pienso que esta cinta puede ser también disfrutada en las dos dimensiones de toda la vida.

“Nadie conoce a Dios hasta que se lo presentan…”. Yo soy Pi Patel.

El principal protagonista de este film es Suraj Sharma, un chico nacido en Nueva Delhi (La India) y que hizo su debut en esta película dando vida a Pi Patel. Suraj fue elegido en una audición para la que se presentaron más de 3000 jóvenes. Por aquel entonces contaba con 17 años. Para ajustarse a la transformación física que sufre Pi durante el film, Suraj tuvo primero que ganar peso y después perder masa muscular en tiempo real y de forma ininterrumpida. Para ello siguió un estricto programa de dieta y entrenamiento físico. Además tuvo que aprender a nadar y a realizar diferentes técnicas de supervivencia en el mar.

Al margen de lo anterior, el trabajo de Suraj es francamente bueno. No se nota para nada que esta fuera su primera película y nos regala una actuación muy destacada. La capacidad de mostrar sentimientos por parte de Suraj, y de conectar y empatizar con el espectador, consigue ser extraordinaria. El muchacho tiene muchas escenas para su lucimiento personal y en todas está a un gran nivel. Presten especial atención a cómo se va demacrando físicamente su personaje y el propio tigre en esta larga odisea.

Por otro lado tenemos a Irrfan Khan y Rafe Spall. El primero encarna al Pi Patel convertido en un hombre ya maduro. El segundo es el escritor que acude a su casa en busca de una historia que contar. Irrfan Khan es otro actor indio al que pudimos ver en la premiada ‘Slumdog Millionaire’ de Danny Boyle o en The Amazing Spider-Man’. Por su parte, a Rafe Spall lo hemos visto en Prometheus de Ridley Scott, y cabe decir que también ha trabajado en comedias tan alocadas como son Zombies Party’ y ‘Arma fatal’. Tanto Irrfan como Rafe están muy correctos en sus papeles, especialmente Irrfan Khan que, a través de su relato y su naturalidad al contarlo, conecta francamente bien con un público deseoso de escuchar su historia.

También cabe resaltar la breve aparición de Gérard Depardieu. El famoso y polémico actor interpreta al gruñón cocinero del barco en el que viajan Pi Patel y su familia con rumbo a Canadá. Su papel es muy breve (apenas unos 2 minutos) y no da para mucho. Y, por supuesto, hablar un poco de Richard Parker. Este tigre esencialmente es una mágica creación de la más avanzada tecnología digital. El CGI de Richard Parker también se combinó con cuatro auténticos tigres de Bengala utilizados como referentes a nivel físico e interpretativo. El entrenador de animales, Thierry Le Portier, encontró a tres de los animales principales en Francia y al cuarto en Canadá. Sus nombres eran: King, Min, Themus y Jonas. Se optó por King porque se ajustaba a la imagen que Ang tenía de Richard Parker y, por lo tanto, se convirtió en el principal referente físico del personaje.

«Los animales tienen alma» (Pi Patel)

En conclusión.
Concluyo esta crítica de La vida de Pi, una película muy agradable y entretenidísima de ver. Una cinta que cuenta una fabulosa aventura de supervivencia, fe y amistad. Ang Lee lleva a cabo una filmación repleta de imágenes extraordinariamente hermosas y de una belleza hipnótica. Por mi parte, no puedo hacer otra cosa que recomendar su visionado. Sobre todo véanla si se consideran amantes de la aventura y de la conexión que, indudablemente, existe entre humanos y animales. Es uno de los cuentos que todos quisimos escuchar de pequeños.

Tráiler de La vida de Pi

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