La noche de los muertos vivientes (1990)
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En 1990 Tom Savini nos regaló un gran remake del film original de George A. Romero. Para dar luz a este proyecto contó con la ayuda del propio Romero y con la producción del popular Menahem Golan. Romero escribió el guión y también puso parte del dinero para rodar una nueva versión en color de la película que le había consagrado a finales de los sesenta. Es hora de volver a sobrevivir en ‘La noche de los muertos vivientes’ (1990).

“Es algo que nadie ha visto antes y que nadie conoce. Esto es el Infierno en la tierra. Esto es el maldito Infierno” (Ben)

Crítica de La noche de los muertos vivientes (1990)

Tom Savini firmó en 1990 este destacado remake de la obra original ‘La noche de los muertos vivientes’ dirigida en 1968 por George A. Romero. Para alcanzar cotas tan loables y tratar de tú al film original, Savini contó con la inestimable colaboración del propio Romero. Tal y como he adelantado en la introducción, el famoso cineasta además de productor ayudó escribiendo también el guión de esta nueva versión. Una nueva versión que, hasta el día de hoy, ha sido la única película que Tom Savini ha dirigido. ¿El motivo? Pues probablemente lo mal que lo pasó durante la producción chocando de manera casi constante con los productores, entre ellos el mítico Menahem Golan. El propio Savini revela que todo era abaratar costes y realizar cortes que él no aprobaba. Al final terminó repudiando casi toda la película. Y eso que el film ya digo que es muy top.

Como he manifestado en el párrafo anterior, este remake realmente puede llegar a resultar superior a su original. Un original en el que Romero abusaba del «estilo documental» con esos interminables boletines informativos. Además, presentaba alguna que otra actuación mediocre y, finalmente, los efectos visuales y el maquillaje quedaron un tanto desfasados con el paso del tiempo. Todo esto queda con mejor aspecto en este film de 1990. Una cinta que goza de un notable ritmo, actuaciones superiores y un trabajo de maquillaje mucho más acorde a nuestros tiempos.

Como realizador, Savini destaca usando la cámara de forma soberbia para recrear el interior de la casa. Una casa de campo en la que nuestros protagonistas se refugian de los zombies. Cuando Bárbara y Ben la van recorriendo, al entrar por vez primera en ella, hay secuencias que transmiten una atmósfera tan tétrica (esas escaleras, esa sangre que brota del techo, esos muertos) que directamente fueron copiadas u homenajeadas en el primer videojuego de la saga ‘Resident Evil’ que salió al mercado en los tiempos de la PlayStation, aquel en que el comando de los Stars se refugiaba en una mansión aparentemente abandonada.

Tanto la obra de Savini como la de Romero coinciden plenamente en denunciar la oscura maldad humana. Esa maldad que sale a flote en momentos de pesadilla y que demuestra que, sin leyes o reglas (y aún con ellas), el hombre no deja de ser un lobo para el hombre que diría Hobbes. Esto queda marcado no sólo en el personaje de Harry Cooper sino también en el irónico y descorazonador final. Un final en el que los hombres demuestra ser mucho peores que los zombies. Al menos ellos están muertos y tiene «excusa» para su salvajismo. Por el contrario, el hombre racional sencillamente no tiene justificación para las barbaridades que se presencian en el acto final y en los créditos que cierran, de forma magnífica, el film. Para recrear todo este horror, el propio Savini se valió de su experiencia como fotógrafo de guerra en Vietnam.

Respecto a los zombies decir que son de los clásicos, esto es: lentos y torpes. Algo a lo que se refiere la propia Bárbara en un momento determinado: “Son tan lentos… podríamos escapar andando”. Muchas escenas de liquidación de zombies fueron eliminadas para evitar una mayor censura a la hora de la calificación de la cinta. Destacar también la tétrica y siniestra banda sonora de Paul McCollough. Su música contribuye de forma notable a culminar una película que debe ser reivindicada y tenida muy en cuenta dentro de las joyas del terror zombi. Por su parte, los más avispados podrán disfrutar con los numerosos guiños/homenajes directos e indirectos y cameos con los que Savini trufa los casi ajustados 92 minutos de metraje.

“Vienen a por ti Bárbara… ya vienen”. Sobreviviendo a la noche de los muertos.

En el elenco tres son los actores más destacados. En primer lugar tenemos a Tony Todd como Ben, un hombre que viene huyendo de las zonas urbanas sumidas en el caos zombie. Tras encontrar a Bárbara la tomará bajo su protección. Además, y gracias a su carisma y capacidad organizativa, se convierte rápidamente en un líder destacado dentro de la casa asaltada. Su personalidad chocará rápidamente con la de Harry Cooper y entre ellos se abrirá un abismo de insalvable profundidad…

Posiblemente este ha sido uno de los mejores papeles protagonistas con los que ha contado Tony Todd. Yo siempre lo recuerdo por este personaje y por el deCandyman (El dominio de la mente)(Bernard Rose, 1992). Una pena que un intérprete de su valía haya tenido tan poco protagonismo principal en Hollywood, dedicando la mayor parte de su carrera a aparecer de secundario en gran cantidad de películas. Para la historia queda su primera aparición gritando y clamando al cielo la frase: “Dios os maldiga… os maldiga a todos”. Y, por supuesto, la penúltima e irónica escena en la que aparece sentado en la oscuridad del sótano encontrando un objeto de gran valor… Como curiosidad decir que para el rol de Ben también audicionaron gente como Laurence Fishburne o Ving Rhames.

La segunda o casi primera en importancia es Patricia Tallman como la «nueva» Bárbara. Y recalco lo de «nueva» porque su personaje poco tiene que ver con la asustadiza chica de la cinta de Romero. Tras sobreponerse a la tremebunda situación, Bárbara se convertirá en toda una guerrera. Esto último, unido a la elección personal de Savini por Tallman, también le hizo chocar mucho con los productores que querían una versión más clásica del personaje.

En cuanto a la interpretación decir que Patricia Tallman está magnífica dibujando “dos personajes” al precio de uno. Como acabo de comentar, en primer lugar la veremos como la típica mujer asustada y presa del terror más absoluto (la Bárbara de 1968). Sin embargo, luego nos encontraremos con una transformación totalmente radical que la convierte en toda “una Ripley mata-zombies”. Una mujer empoderada y capaz incluso de cuestionar el liderato de Ben. En tiempos en que las mujeres todavía no frecuentaban este tipo de papeles, Romero se adelantó a casi todos y su libreto permitió a Tallman lucirse y mucho. No dejen de escuchar en la VO sus gritos, lamentaciones y llantos. Una actuación tremendamente realista.

Finalmente, el ya fallecido Tom Towles (1950-2015) interpretó a Harry Cooper. Harry es el típico marido rico que domina a su familia y se cree en posesión de la verdad absoluta. Toda su idea es permanecer en el sótano de la casa encerrado como un cobarde sin prestar ningún tipo de ayuda al resto.

Towles recreó un personaje despreciable que demuestra lo tremendamente egoísta y cobarde que puede llegar a ser el hombre en situaciones de máximo riesgo para la vida. Se contrapone así al carácter organizativo, colaborador y valiente de Ben. Por si fuera poco, termina yendo más lejos y se convierte en un peligro para el resto del grupo, y para su propia familia, por su escasa solidaridad, egoísmo y cobardía. Respecto a la familia de Cooper decir que su esposa y su hija fueron interpretadas por McKee Anderson y Heather Mazur. Finalmente, otros dos supervivientes a destacar por ser familiares de los dueños de la casa son la pareja formada por William Butler (Tom) y Katie Finneran (Judy Rose).

“Si cierro esta puerta no la volveré a abrir hasta que alguien venga a rescatarnos” (Cooper)

En conclusión.
Finalizo esta crítica de La noche de los muertos vivientes (1990), un film brillante por sí solo. Además, como remake de la cinta original, queda muy cerca de la misma y puede que incluso la supere en varios aspectos. Tom Savini supo dar una nueva vitalidad y modernidad a la obra de Romero que marcó todo un hito. Entre los dos, Savini como director y Romero como guionista, dieron “un lavado de Micolor” al film original y rodaron una película imprescindible dentro del género zombi cuando este no estaba tan «prostituido» como lo está actualmente.

Tráiler de La noche de los muertos vivientes (1990)

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