Deep Rising (El misterio de las profundidades)
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¿Quién no ha pensado alguna vez en realizar un idílico crucero a bordo de un lujoso trasatlántico? Es una idea seductora, pero tiene sus riesgos. Y, en esta ocasión, el peligro no reside en el típico naufragio, sino en algo mucho más terrorífico. Algo que acecha en las profundidades del océano y que puede convertir vuestras vacaciones en una pesadilla. Bienvenidos al Argonáutica y que tengáis una feliz travesía, si podéis salir con vida de… ‘Deep Rising (El misterio de las profundidades)’.

«¡¡Dios santo, esas cosas están por todos lados!!»

Crítica de Deep Rising (El misterio de las profundidades)

Vamos a hablar de una de esas películas que no me canso de ver. Quizás porque siempre me ha fascinado el mar y los misterios que esconde. Como la mayoría de nuestros lectores, me inicié en el peculiar subgénero del terror acuático de la mano de Steven Spielberg y esa gran película que es Tiburón’ (1975). Con el tiempo, fui ampliando miras con producciones tan dispares como Piraña (Joe Dante, 1978) oLeviathan, el demonio del abismo’ (George Pan Cosmatos, 1989). Estas películas no tenían un gran guión, ni las interpretaciones eran de otro mundo, pero en la sencillez de su planteamiento residía la clave de su éxito. A fin de cuentas, cuando me dispongo a ver una película de este tipo sólo pido dos cosas: entretenimiento y casquería. Y, amigos, con el film que nos ocupa la diversión está servida.

Todos conocemos a Stephen Sommers, director de películas como La momia’ (1999) o ‘Van Helsing’ (2004). Sommers comenzó su singladura en el mundo del cine trabajando para Disney. Pero pronto descubrió que necesitaba abrir horizontes, así que se adentró en el cine comercial con la propuesta que nos ocupa. El guión de ‘Deep Rising’ está escrito por él y hay que reconocer que, para tratarse de una película de terror marino, es bastante potable, tanto en lo que se refiere al desarrollo de la trama como a los personajes. La idea es sencilla, pero efectiva. Se trata de aislar a un grupo de personas dentro de un barco y dejarlas a merced de un depredador letal e invisible.

La cinta y la trama guardan ciertas similitudes conAlien, el octavo pasajero’ (Ridley Scott, 1979). Y, al igual que en la Nostromo, los protagonistas no tendrán lugar donde esconderse. Pero ‘Deep Rising’ también bebe de películas catastróficas como La aventura del Poseidón’ (Ronald Neame, 1972). Obviamente hay una subtrama detrás, pero es muy secundaria porque el principal aliciente es ver huir desesperadamente a los protagonistas mientras el monstruo marino se los intenta merendar. En líneas generales estamos ante un film con todos los ingredientes de una producción de serie B, tanto en el diseño de post-producción como en la puesta en escena. Pero eso sí, cuenta con unos efectos visuales más que aceptables. Además tiene un tema principal compuesto por Jerry Goldsmith que acompaña muy bien.

Como todo film de este tipo, los personajes son muy variopintos. Es como si quisieran decirnos que, en según qué situaciones, no se salvan ni las ratas. No obstante, en general, el aporte interpretativo es bastante bajo. A fin de cuentas tampoco hablan mucho porque el bodycount de nuestro monstruo marino va creciendo a un ritmo alarmante. Hay un valor añadido, y es que aparte de hacer frente al terrorífico depredador, nuestros protagonistas se encuentran divididos en dos grupos. Así nos encontramos con Finnegan y su tripulación, que se ganan la vida transportando lo que sea a bordo de su potente lancha y sin hacer preguntas. Y lo que en ese momento están transportando es precisamente a un grupo de mercenarios sin escrúpulos capitaneados por un cabronazo llamado Hanover. Y claro, una vez alcanzan el trasatlántico ¡no les queda más remedio que trabajar juntos para poder sobrevivir!

Reitero que los personajes no son gran cosa. En cualquier caso, cumplen con su cometido: ¡morir de forma atroz! Para dar vida al héroe tenemos a Treat Williams, un actor que alcanzó la fama en 1979 con la película Hair’ de Milos Forman. Tras cortarse la melena empezó una caída en picado. Digamos que no lo hace mal, pero acaba pareciendo una réplica mala de Don Johnson. Luego tenemos a un villano bastante solvente interpretado por Wes Studi. A Studi lo podemos recordar por papeles curiosos como el de Sagat en Street Fighter(Steven E. de Souza, 1994). Aunque en la mayoría de sus películas hace de indio por razones obvias. Y como no puede faltar la chica de turno encontramos a Famke Janssen. En esta ocasión interpreta a una choriza de buen ver que se ha colado en el trasatlántico para robar carteras.

El trío protagonista es el que se salva… porque el resto del reparto es infumable y, por momentos, cargante. Los malosos consiguen caernos mal pero sin perder del todo la gracia, algo que se recompensa cada vez que alguno de ellos palma. Quizás merezcan una mención especial Cliff Curtis y Anthony Heald. Este último como un tipo que consigue parecer especialmente despreciable. Y los buenos… en fin, digamos que los buenos tampoco nos preocupan demasiado que pasen a mejor vida…

Conclusión.
Hora de finalizar esta crítica de Deep Rising (El misterio de las profundidades), una película entretenida y nada pretenciosa que es ideal para pasar una tarde de domingo. No estamos ante una superproducción con grandes efectos visuales, pero tampoco ante una cutrez de esas que te dejan con la sensación de haber perdido la tarde. Cuando uno se sienta en el sillón para ver una película de este tipo ya sabe, o debería saber, qué es lo que va a ver.

Tráiler de Deep Rising (El misterio de las profundidades)

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