Mi primer sueño con Steven Seagal que yo recuerde. Y de lo más surrealista.
Estoy en una cafetería cerca de la estación de tren de Gijón y me llaman al móvil. Me informan de una distribuidora de cine que Seagal llega a la ciudad de visita y que, ya que "soy un bloguero famoso", de la zona y escribí sobre el aikidoka, que sea su acompañante oficial durante su estancia, enseñándole sitios emblemáticos. Seagal llega en tren y entra en la cafetería, sin guardaespaldas, managers ni sin su mujer. Es un hombre amable y simpático, dicho sea de paso.

Le pregunto a qué sitios le apetece ir y mientras pienso que quizás quiera ir a algún centro de artes marciales a saludar y hacer una master class o, por qué no, al Molinón para que se lo abran para él solo (y para mi

) me dice, con palabras textuales:
"Quiero ir de putas" Le respondo que a una estrella como usted no le hace falta pagar por sexo y me responde, "
ya, pero prefiero estar con profesionales que sepan estar calladas". Yo no digo nada más y me pide que busque en la sección de contactos del periódico. Andamos los dos mirando anuncios y al final Seagal escoge un apartamento algo alejado de la ciudad "tranquilo y acogedor" donde hay prostitutas de lujo para escoger: Rubias, morenas, brasileiras, orientales, etc.
"¿Pero no le apetece visitar la ciudad?", "Mañana, estaré por aquí unos cuantos días."En esto, nos informan que se ha declarado una huelga de transportes que durará hasta las 10 de la noche. Nos quedaba un buen rato hasta pillar un taxi e ir a la zona, demasiado alejada para ir a pie. Durante ese tiempo entramos en heladerías (adivinad quién se comió muchos helados), tiendas de discos donde Seagal se pilló unos cuantos de Bob Dylan, paseamos por el parque, donde Steven firmó algunos autógrafos y posó para fotos y finalmente fuimos a un restaurante italiano, donde cenamos a la velocidad de la luz. Hora de ir al piso de las lumis.
Pillamos el taxi y Seagal le dió un billete de 100 euros (
"quédese con el cambio"). Imaginaba que tendría que ir a una discoteca o un bar a esperar a Seagal mientras se "ponía en forma", pero me dice, palabras textuales, "
Sube, que vas a f****r". "A mi no me hace falta acostarme con una puta. Ya le espero yo en la discoteca y allí siempre pillo algo". "Que sí, chaval, te portaste muy bien conmigo y te mereces una chica para ti solo. Te la pago yo." Acabamos en el apartamento y la madame manda a las chicas que se pongan en fila para que escojamos. Seagal se pilla a una rubiaza y yo a una morena. Le paga a la madame con un buen fajo de billetes.
Ahí fue cuando sonó el despertador. Sueño real como la vida misma.
