Transporter 3
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Con esta review completamos en la web la trilogía original de Frank Martin, el mejor conductor cuando se trata de hacer un transporte internacional. Llegó el momento de volver a ponernos el traje de etiqueta, cumplir las reglas y sacar del garaje el Audi. Ya mismo nos preparamos para nuevas aventuras, zurras y persecuciones al límite en ‘Transporter 3’.

“Una condición: Conduzco mi propio coche” (Frank Martin)

Crítica de Transporter 3

Apenas tres años después de aquel cúmulo de excesos que fue Transporter 2 (Louis Leterrier, 2005), el equipo original de EuropaCorp se volvió a reunir para regalarnos la tercera entrega de las aventuras de Frank Martin, el mejor «transportista» del mundo que sólo obedece a sus propias reglas. Eso sí, esta vez se quedaba fuera de la ecuación Louis Leterrier. Su sitio en la dirección pasaba a Olivier Megaton. Hablamos de un realizador francés, apadrinado por Luc Besson, en la que era su primera película importante después de dirigir varios cortos y dos films de escasa trascendencia.

Conviene no olvidar que esta fue la última película de Jason Statham encarnando a Frank Martin. Y lo cierto es que resulta una pena porque ‘Transporter 3’ fue la más exitosa de la serie recaudando casi 110 millones de $ a nivel mundial. Sin embargo, Statham ya había dicho su última palabra con el personaje. Para la siguiente ruta se pondría al volante Ed Skrein en ese fallido invento titulado ‘Transporter Legacy’ (Camille Delamarre, 2015).

Para empezar ‘Transporter 3’ deja atrás las flipaduras del film precedente y apuesta por un tono más realista. Entendamos esto de “realista” dentro de lo que nos ofrecen las cintas de esta franquicia… Naturalmente las señas de identidad de la saga están aquí presentes retomando personajes, ambientes y set-pieces conocidas. Así pues, en los personajes vuelven a hacer equipo Jason Statham y François Berléand. Los ambientes regresan a territorio europeo con la casa de Frank Martin en Marsella o los viajes por Budapest, Bucarest y Odessa. Finalmente, en las set-pieces no pueden faltar las peleas grupales y la acción al volante. Afortunadamente esta vez todo está en su sitio.

En los lápices repiten por tercera vez Luc Besson y Robert Mark Kamen que abandonan los ecos deEl fuego de la venganza (Tony Scott, 2004) para centrarse en una trama más acorde con lo que fueTransporter (Louis Leterrier y Corey Yuen, 2002). Así las cosas, Frank se verá nuevamente obligado a llevar “un paquete de un punto “A” a un punto “B”. Este nuevo viaje está aliñado con empresas corruptas, medioambiente, extorsión y un ministro ucraniano que no está dispuesto a poner en venta su integridad. Todo este entramado queda desvelado a la hora y por el camino se le añade un acertado guiño aSpeed (Jan de Bont, 1994), por aquello de que Frank no puede alejarse mucho del coche sin que explote la muñequera electrónica que le han colocado como grillete.

Quien también repite es Corey Yuen en la coreografía de las peleas «calcando» las grandes zurras contra cientos de esbirros. Nuevamente veremos a Frank Martin repartir buenas patadas y puñetazos destacando cómo se ayuda de los elementos del entorno e inclusive de su propia americana, corbata y camisa. ¡Y no se pierdan el desigual enfrentamiento contra un gigantesco esbirro encarnado por el descomunal campeón Semmy Schilt! La novedad más apreciable en estas zurras es la ausencia del “chapapote” y unos movimientos filmados con mayor rapidez en busca de una mayor agresividad.

Por supuesto, también tenemos buenas set-pieces de conducción sacando toda la potencia del Audi A8 W12 de Frank Martin. Fundamentalmente destacan tres secuencias de este tipo: la persecución de la bicicleta, el duelo a muerte y a dos ruedas con el Mercedes y, finalmente, el clímax en el tren con los neumáticos demostrando su agarre. Ni que decir tiene que vista la película te dan ganas de ponerte al volante de un Audi. No es de extrañar que al final de todos los créditos se agradezca especialmente la colaboración de la multinacional alemana.

“¿Estoy en el cielo?”. El bueno, la bella y el malo.

Encabezando el reparto vuelve a estar Jason Statham por última vez, tal y como ya expliqué antes. El action-man británico hace lo que le pide su personaje (Frank Martin) y punto. Ya sabéis: sacudir a los malos, escupir alguna buena chulería y lucir unos músculos más impresionantes y fibrosos que en cualquiera de sus otras películas. Recordemos que Frank Martin es un exsoldado de élite ahora reconvertido en mercenario dedicado a los más variados transportes y todo lo que se le ponga por delante ¡Siempre que no se infrinjan sus propias reglas! A su lado vuelve a aparecer François Berléand como Tarconi. El actor francés regresa para aportar cierta vis cómica además de seguir una importante línea de investigación ayudando a su amigo.

Del resto del elenco tan sólo hay dos caras que destacar: Robert Knepper y Natalya Rudakova. El primero encarna al villano de turno, un sujeto muy malencarado al que le encargan extorsionar a un honrado ministro ucraniano. La presencia de Knepper hace subir el global por lo mucho que brilla en este tipo de roles de maloso. No se puede negar que a Knepper lo de hacer de individuo despreciable se le da de maravilla pues ya viene con el rostro de fábrica… Por su parte, Natalya Rudakova es la típica chica estilo modelo descubierta por Luc Besson y que aquí hizo su debut encarnando a Valentina, la copiloto a la fuerza de Frank Martin. Lo cierto es que Natalya llama la atención por su desparpajo, cara pecosa y largas piernas. Desde luego no pasa desapercibida.

“En mi profesión un hombre es tan bueno como el coche que conduce. Si cuidas del coche… el coche cuida de ti” (Frank Martin)

En conclusión.
Finalizo esta crítica de Transporter 3, un buen entretenimiento de acción que recupera parte del estilo del original. Un original al que no supera… pero en cambio sí que logra alzarse por encima de la segunda parte. En definitiva, estamos ante un film de acción de buena calidad y que ofrece justo lo que uno espera de esta trilogía: un potente héroe de acción al volante de un vehículo no menos potente.

Tráiler de Transporter 3

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