Sin novedad en el frente
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La guerra es descarnada y Erich Maria Remarque lo demostraba en una de las novelas más antibelicistas y famosas de la historia. Ahora, en Netflix, tenemos en catálogo su adaptación cinematográfica. Una película co-producida en Alemania, rodada en alemán y dirigida por un director alemán. Damos paso a las vivencias de un joven soldado germano en los últimos meses de la Primera Guerra Mundial. El horror y la deshumanización se dan cita en ‘Sin novedad en el frente’.

“Tenemos tanto que decir y nunca lo diremos…”

Crítica de Sin novedad en el frente

Ha llevado su tiempo ver adaptada a su lengua materna, en el cine, la famosa novela de Erich Maria Remarque. Una obra basada en sus propias vivencias durante la Primera Guerra Mundial y claramente antibelicista. El libro rompía con la imagen de aventura y grandeza que pintaron los diferentes gobiernos de los países que entraron en tan cruento conflicto. Remarque mostraba sin tapujos y sin florituras el horror, la deshumanización, el desamparo y el terror de la batalla. El escritor llegó a imaginar que en las mentes de los generales alemanes el desenlace supuso una vergüenza nacional. Esto último, llegado el momento, desembocaría en algo todavía peor… pero eso ya es otra historia.

La primera adaptación que se hizo de ‘Sin novedad en el frente’ fue en 1930. La cinta se rodó en inglés, se estrenó con el título original ‘All Quiet on the Western Front’ y la dirigió Lewis Milestone. El film es considerado como una de las mejores películas de guerra de la historia. La trama se centraba en el horror del conflicto, pero estaba suavizado para no incomodar al público de habla inglesa de por aquel entonces… También existe una miniserie o TV-Movie homónima en inglés. Esa película para la televisión fue dirigida por Delbert Mann y se estrenó en 1979. La misma estaba protagonizada por actores como Ernest Borgnine, Richard Thomas o Ian Holm. Aunque, nuevamente, existía la necesidad de ver la novela de Remarque en su lengua nativa. Y ahí es donde entra el cineasta Edward Berger.

Edward Berger es un realizador de la Baja Sajonia curtido en la televisión de su país natal. En ‘Sin novedad en el frente’ se ha visto respaldado por Netflix. Berger ha conseguido llevar el relato de Remarque a su lengua. Y lo ha hecho sin ningún tipo de dulcificación y mostrando el horror y terror de la Primera Guerra Mundial. La película no tiene nada que envidiar en cuanto a planteamiento técnico y narrativo a otras obras recientes del género. Me refiero a películas como 1917 (Sam Mendes, 2019) oDunkerque (Christopher Nolan, 2017).

Aunque la presente cinta sea un alegato, desde el primer minuto, contra de la guerra… el comienzo contrapone la belleza de los bosques franceses con el infernal campo de batalla. Todo esto en un impactante plano-secuencia donde se muestra, sin ningún tipo de corte, el desgarrador combate de la guerra de trincheras. Posteriormente pasamos al reclutamiento de los jóvenes alemanes para combatir en el frente. A los chicos se les vendía la idea de que iban a vivir una historia de aventura, épica y honor. De esta forma se les tapaba la hecatombe que resultaba el conflicto conforme pasaban los años…

En cuanto a las secuencias bélicas destaca la espectacular realización de Berger ofreciendo unas imágenes desgarradoras, brutales y todas ellas filmadas con un empaque visual que solo Netflix puede permitirse. Y todo con un tono áspero, duro y frio como el invierno que pasan nuestros protagonistas. También destaca la fotografía de James Friend con sus escenarios cargados de barro y sangre. Su trabajo enfatiza más si cabe el horror de la guerra. Por no hablar de las tres notas electrónicas del score de Volker Bertelmann, quien se encarga de llevar a los personajes al infierno de las trincheras. Sin lugar a dudas, el trabajo de inmersión de dirección, fotografía y música resulta fundamental a la hora de trasmitir el mensaje antibelicista que Remarque recogía en su novela original.

Berger cuenta la historia a través de los ojos del joven Paul y sus compañeros de Instituto. Los vemos siendo arengados por sus profesores para servir a la Patria en una gloriosa batalla. El engaño es brutal viendo cómo estos chicos, que acaban de cumplir la mayoría de edad, son llevados al frente ocultándoles la carnicería de las trincheras. Así pues, Paul se va desprendiendo de su jovialidad y entusiasmo. Así hasta dar lugar a un brutal proceso de maduración dentro del apocalipsis en el que se ve involucrado. Allí sirve a las órdenes del sargento Kat, quien ya desde un primer momento deja clara la realidad: “Dale un hueso a un perro y te obedecerá… dale poder a un hombre y será una bestia”. Esta sentencia es una contundente referencia a cómo los generales involucrados en el conflicto no pasaban de ser unos avariciosos del poder.

La otra parte del relato tiene que ver con los intentos por conseguir la paz. Esta parte se representa a través de la breve intervención de Matthias Erzberger, el personaje que interpreta Daniel Brühl. Este político se encarga de las negociaciones de paz con los franceses para llegar al armisticio. Destaca como Berger sabe llevar a cabo su narrativa alternando entre ambos hilos. Eso sí, el peso principal es la odisea de Paul y sus camaradas en el frente. Esta doble narración es un ejemplo dentro un metraje de 148 minutos. Y ¡ojo! sin perder el hecho de mostrar los pocos destellos de lo que sucedería años después… dejando clara la famosa frase de que: “la violencia solo engendra más violencia”. Un dicho que aquí es clave.

El casting, aparte del citado Brühl, está compuesto por actores alemanes bastante desconocidos de cara al espectador. Pero no deja de ser un elemento de enorme fuerza a la hora de la narrativa con el naturalismo como principal base para el impresionismo que busca su director. Algo llevado, en ocasiones, al extremo… Además creo que es imprescindible visionar el film en su idioma original, sobre todo por el tema de la dicción de los actores. Y también para poder captar plenamente el horror que los personajes llevan consigo… Desde un punto de vista individual creo que es imprescindible reconocer la labor de Felix Kammerer en su papel de Paul Bäumer (el alter ego de Remarque en la novela) y apreciar su evolución desde el inicio y hasta el final. Precisamente, en los últimos minutos alcanza cotas interpretativas de alto nivel.

En conclusión.
Acabo esta crítica de Sin novedad en el frente, una película que no tiene nada que envidar a las producciones bélicas realizadas en Hollywood. Estamos ante un relato antibelicista que traslada tremendamente el terror y el horror que supuso la Primera Guerra Mundial. La épica y la espectacularidad dejan paso de forma abrumadora y tremenda a la deshumanización. Creo que estamos, sin duda, ante una de las mejores cintas del 2022.

Tráiler de Sin novedad en el frente

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