Cortocircuito
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Fue en 1986 cuando conocimos a otro simpático y tierno amiguito que supo ganarse nuestros corazones y entrar en la galería de los míticos personajes ochenteros. Ahora, 35 años después, es justo y necesario rescatarlo del olvido. Con todos ustedes el Nº5 provocando un nuevo ‘Cortocircuito’.

“Datos. Necesito datos” (Número 5)

Crítica de Cortocircuito

Nuevamente traemos a la palestra otra película de culto que dejó huella en la época dorada de los años 80. Al frente de la misma encontramos a John Badham, un director que tuvo su mejor etapa a finales de los 70 y hasta mediados de los 90. A ‘Cortocircuito’ llegó con títulos netamente comerciales y bien diferentes como fueron: ‘Fiebre del sábado noche’ (1977), ‘Drácula’ (1979), ‘El trueno azul’ (1983) o ‘Juegos de guerra’ (1983). Como vemos, ya sólo por esos títulos merece ser tenido en cuenta y respetado. La pena es que, pasada su temporada de brillo, cayó en las garras de las TV Movies y los episodios sueltos para series de televisión. Y ahí sigue todavía…

En ‘Cortocircuito’ Badham supo ser lo suficientemente inteligente como para plegarse totalmente a la estrella de la función. Y no una estrella cualquiera, sino el robot número 5 autonombrado y proclamado como Johnny 5. Eso sí, Badham se permite un pequeño guiño a sí mismo haciendo que el Nº 5 vea un fragmento de la citada ‘Fiebre del sábado noche’ y que incluso se lance a bailar como si fuera el mismísimo John Travolta. Al margen de este pequeño autohomenaje, Badham pone todo el film al servicio del simpático e ingenuo robot. El director sabía que tenía ante sí a un personaje encantador que engancharía a toda la audiencia mundial. Y así fue… basta con recordar que la película se estrenó un 9 de mayo de 1986 y que tan sólo dos años después llegaría su secuela.

El libreto corresponde a S.S. Wilson y Brent Maddock, una pareja de guionistas que nos han dejado obras del calibre de ‘Nuestros maravillosos aliados’ (Matthew Robbins, 1987) y Temblores (Ron Underwood, 1990). Aquí entregan un libreto con puntos muy aprovechables y apoyado totalmente en el humor blanco. Entre la parte destacada del script está el siempre interesante tema del robot que cobra vida y consciencia propias. En este nuevo status trata de conseguir su pedazo de humanidad ante la sociedad y ante su propio creador. En este sentido, el guión regala un buen puñado de frases destacadas y con corazón. Respecto al humor ya digo que es totalmente blanco. Esto quiere decir que la película es apta para todos los públicos, siendo los infantes los que más se reirán ante la ridiculización de ciertos personajes: los militares, por ejemplo.

El hecho de citar a los militares (o cuerpo de seguridad de NOVA) me lleva a resaltar el carácter netamente pacifista de la propuesta. Si bien el número 5 es fabricado con fines armamentísticos, al tomar conciencia de sí mismo se revela contra esto. Número 5 entiende que la vida es algo valioso que nadie está en condiciones de arrebatar y reniega de su programación. ¡Fantástico mensaje para todo el mundo!

Tras tanto hablar de Johnny 5, está bien hacer un pequeño repaso a su personalidad y diseño. Respecto al primer punto decir que Número 5 literalmente es como un niño pequeño: ingenuo, sencillo, bueno y con ganas de aprender y divertirse. Esta es la primera conquista del personaje ganándote por su forma de ser. En cuanto a su diseño hay que resaltar que el gran Syd Mead fue consultado para su creación y así consta en los créditos. Mucha parte de la expresividad de Nº 5 viene de sus ojos y de cómo los mueve (llegando a sacarlos fuera de órbita) junto a sus “párpados”. No hablamos de un diseño totalmente humanizado pero si de un diseño de efectos prácticos que te llega. Aquí también se cumple la frase de “menos es más”.

Antes comenté un pequeño guiño que John Badham se regaló a sí mismo proyectando en una televisión ‘Fiebre del sábado noche’. Pues bien, este no es el único easter-egg que podemos encontrar en el film. A lo largo del mismo se pueden ver muchos otros homenajes, sobre todo en el “aprendizaje” televisivo de Número 5. Películas como ‘Scarface’ (Howard Hawks, 1932) o números cómicos del grupo ‘Los tres chiflados’ son los más relevantes. También hay que hacer referencia a la música de David Shire con ese intento de componer piezas que suenen a circuitos electrónicos y sus composiciones paródicas del estilo militar.

“Es una máquina, sólo procesa programas”. Estoy vivo.

Dejando ya al margen al Número 5 entramos con el reparto humano que, claramente, quedan subordinados ante tan entrañable robot. La que más destaca es Ally Sheedy, actriz que hizo una buena carrera en los 80. Aquí encarna a una joven amante de los animales llamada Stephanie que se autodefine así: “Soy una amiga amable y simpática cuando tomo confianza”. La interpretación de Ally es tremendamente viva, echada para delante y entusiasta. Y también con un innegable temperamento. Desde luego que llega a brillar tanto como Johnny 5.

Por otro lado tenemos a Steve Guttenberg, otro actor que fue clave en los años 80, sobre todo en las comedias. En este film interpreta a Newton Crosby, el creador de la remesa de robots y “padre” de Número 5. Muy a su pesar, sus creaciones sólo son utilizadas con fines armamentísticos. A su lado tenemos a Fisher Stevens en una simpatiquísima performance como Ben, un divertido hindú que no para de hablarle de chicas a Crosby. La suya es una interpretación que tiene ciertos puntos en común con la del inolvidable Bronson Pinchot en la mítica serie ‘Primos lejanos’ (1986-1993). De hecho, el propio Pinchot fue tanteado para el rol de Ben.

Por último quedan por destacar Austin Pendleton y G.W. Bailey. El primero como el jefe y responsable de Newton. Y, finalmente, el segundo como una paródica versión del típico alto mando militar voceras, eternamente enfadado y amante del fuego a discreción, un papel bastante habitual en su filmografía.

“Tener vida no es estar averiado, Stephanie” (Número 5)

En conclusión.
Termino esta crítica de Cortocircuito, otro film de culto de la inolvidable época ochentera. Una cinta divertida y amable para verla rodeado de toda la familia. Atentos a su mensaje pacifista y vital con un simple robot amando, entendiendo y valorando más la vida que muchas de las personas que nos rodean actualmente.

Tráiler de Cortocircuito

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