Noche de juegos
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Desde WB nos llega esta divertida película que en USA cayó en gracia consiguiendo casi 70 millones de $ para un coste de 37. ¿Sus bazas? No tomarse mucho en serio y saber enredar al público con los giros y sorpresas que nos aguardan en esta… ‘Noche de juegos’.

“Espero que contéis conmigo si hacéis otra noche de juegos” (Gary)

Crítica de Noche de juegos

John Francis Daley y Jonathan Goldstein son dos guionistas metidos a directores. En 2015 debutaron detrás de las cámaras con ‘Vacaciones’, y ahora vuelven ahora a probar fortuna en el terreno de la comedia adulta con ‘Noche juegos’. La dirección que nos entregan resulta muy correcta y convenientemente alocada. Ambos logran trasladar la acción (y el misterio) de un sitio a otro sin tiempo para el aburrimiento y con unas buenas escenas de acción.

Por su parte, el libreto de Mark Perez se alza como lo mejor de la propuesta. Su script presenta constantes giros, enredos varios, situaciones imprevistas e hilarantes, lenguajes subido de tono y multitud de referencias a la cultura popular. Entre estas últimas sobresalen las continuas referencias cinéfilas a películas y actores (destaca especialmente el gag relacionado con Denzel Washington).

Además, el film se estructura como un divertido puzle de 100 minutos. Un puzle en el que, durante toda una disparatada noche, seguiremos a tres parejas intentado resolver un supuesto juego criminal. Cada pareja intentará resolverlo por su cuenta hasta que, llegado el momento, tendrán que unir fuerzas. De esta forma, la diversión también viene de las surrealistas y comprometidas situaciones que se darán (por ejemplo, la del perrillo o la del huevo) y de la confrontación de caracteres (especialmente los de Ryan y Sarah).

No hay que dejar pasar por alto la original y simpática elaboración de los títulos de crédito finales a modo de esquema del plan trazado por uno de los protagonistas. Y mucho ojo porque en estos créditos hay también un nuevo interrogante. Un interrogante que sólo les será revelado a los que se queden, pacientemente, como los fans de las películas Marvel hasta que pasen todos los nombres y vean así la que es la última escena post-créditos del film.

Por último, y antes de entrar en las interpretaciones, cabe destacar también el buen hacer de Cliff Martinez entregando una muy dinámica banda sonora. Una música que destaca por su personalidad propia con esos aires electrónicos y modernos/clásicos tan suyos. Decir que le sienta como anillo al dedo al film es decir lo correcto.

Dentro de lo que es el reparto hay que decir que este funciona por parejas. Específicamente en base a tres parejas, a saber: Jason Bateman y Rachel McAdams son Max y Annie. De los dos, la que gana la partida claramente es Rachel por la naturalidad, diversión y espontaneidad con la que se desenvuelve (atención a sus secuencias en el bar). Al respecto de Jason, salvo en algunas escenas, empiezo a sospechar que siempre interpreta al mismo personaje.

Por otro lado están Billy Magnussen y Sharon Horgan dando vida a Ryan y Sarah. Aquí quién más destaca es Billy con un personaje que no pasa de ser un simple cretino con el que reírse de sus simplezas y comentarios inoportunos. El personaje de Sharon es más serio y eso la hace quedar tapada. Finalmente nos quedan Lamorne Morris y Kylie Bunbury como Kevin y Michelle. En este caso la balanza queda claramente en empate. Aunque a los puntos podría alzarse con el triunfo Lamorne debido a alguna que otra escena (especialmente una en la que se pega un gran porrazo).

Por libre, pero muy metidos en sus roles antagónicos, van Kyle Chandler como Brooks (el dominante hermano mayor de Max) y Jesse Plemons como Gary (un vecino de esos raros e inquietantes que además nunca se quita su traje de oficial). Terminando, Danny Huston tiene un pequeño cameo y Michael C. Hall sólo se deja ver en los minutos finales.

En conclusión.
Finalizo esta crítica de Noche de juegos, una comedia disparatada que juega con el público a través de sus varios giros y alocadas situaciones. Además, y al igual que sucedía con ‘Deadpool’ (Tim Miller, 2016), contiene gran cantidad de referencias cinéfilas para saborear a gusto del espectador más cinéfilo. En definitiva, aquí estamos ante un film cuya única pretensión es la de divertir al público adulto y esto es algo que realmente consigue. Es imposible verla y no reírse con ella y sus muchos guiños.

Tráiler de Noche de juegos

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