Lucy
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¿Qué pasaría si controláramos el cien por cien de nuestro cerebro? A partir de esta interesantísima pregunta, Luc Besson nos presenta a Scarlett Johansson en…‘Lucy’.

“Profesor ¿Qué pasaría si alguien controlase el cien por cien de su capacidad cerebral?” (Periodista)
“¿El cien por cien?… ¡No tengo ni idea!” (Profesor Norman)

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Crítica de Lucy

Estamos viviendo una época en la que el cine de superhéroes está en la cresta de la ola. Casi cualquier película que huela mínimamente a ello se convierte en un éxito seguro. Este es el caso de ‘Lucy’, una película no muy destacada y casi menor en coste.  Sin embargo, su recaudación fue excepcional con un poco más de 463 millones de dólares. La cinta fue aupada exclusivamente por el nombre y fama de su protagonista: Scarlett Johansson. Y también por su innegable “aroma o aire” a superhéroes. Porque básicamente ‘Lucy’ es Scarlett Johansson y no hay mucho más que contar.

Y el caso es que el film empieza muy bien con unos buenos minutos de tensa intriga. Todo por saber qué hay en el maletín de la sinopsis y por el interrogante de qué pasaría si se llevara el cerebro humano al límite. Lamentablemente luego el tema se descontrola y Scarlett se va convirtiendo en una imparable “superheroína” a la que nada se le resiste. Podríamos pensar que entonces vamos a ver muchas y buenas escenas de acción ¡y más siendo el director Luc Besson! Ahora bien, esto no sucede. Escenas de acción las hay, pero las justas y necesarias, y resueltas de manera tan relampagueante (con la excepción de una que tiene lugar hacia el final) como la única escena de persecución que hay en toda la película.

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Por otro lado, a lo largo de los 89 minutos de metraje, somos bombardeados cada cierto tiempo con molestos segmentos “documentales”. Estos “segmentos” duran unos segundos y, en principio, están insertados para “aleccionarnos”. Son «lecciones» sobre cómo va evolucionando el cerebro de Lucy hacia la perfección. Al final de todo distan mucho de ser “aleccionadores” y terminan por resultar molestos e irritantes. Esto es así porque entorpecen y desconectan de la película. En definitiva, devienen absolutamente innecesarios y redundantes.

La historia de ‘Lucy’ tampoco da para mucho. Como expuse antes tiene un buen inicio, pero luego todo se limita a ver pasearse por la pantalla a Lucy cambiando de vestuario, lentillas y pelucas. Todo eso al mismo tiempo que va sorteando algún que otro peligro en busca de más dosis del CPH4 y del personaje interpretado por Morgan Freeman, que parece ser el único que puede ayudarla. Cómo se puede apreciar, la trama es muy simple. Y eso a pesar de que Luc Besson trate de disfrazarla de cierta “complejidad ilusoria” o “trascendencia” que no van a ningún lado. Así pues, lo que podía y debía haber sido una interesante trama queda reducida casi a la mínima expresión.

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Respecto al reparto del film poco hay que rascar esta vez. Muy poco. La protagonista total y absoluta es la tan deseada Scarlett Johansson. Como la película, ella también empieza muy correctamente mostrando varios estados de ánimo en pantalla. Ahora bien, cuando el CPH4 le empieza a hacer efecto se deshace de todos sus sentimientos y se limita a comportarse como un “Terminator/Terminatrix”. Pero lo que en Arnold Schwarzengger funcionaba de maravilla, en Scarlett no funciona y pasa a recitar de manera automática sus líneas de diálogo como si estuviera memorizando una audición. De esta forma resulta casi imposible empatizar algo con su personaje.

El veterano Morgan Freeman está pero no está. Me explico, su personaje (el profesor Norman, un experto en la evolución cerebral que intentará ayudar a Lucy) aparece por la película en contados minutos. No es un cameo tipo “expendable” pero poco le falta. Y, finalmente, también se dejan ver con los mismos minutos que Freeman (o incluso menos) los actores Choi-Min-sik (el malvado Jang) y el egipcio Amr Waked. Este último interpretando a un policía de París del que Lucy podemos decir que se encapricha “como recuerdo”, según sus propias palabras.

“El tiempo es la unidad” (Profesor Norman)

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En conclusión.
Cuando se tiene delante una película dirigida por Luc Besson con Scarlett Johansson como estrella de la función, entonces, se tiene y se debe de exigir un productor superior… y no un producto como este al que aprueba por poco en esta crítica de Lucy. Al menos esto es lo que honestamente pienso yo. Bien se puede aplicar esta frase de la protagonista a la propia película: “La vida nos fue dada hace millones de años. ¿Qué hemos hecho con ella?”.

Tráiler de Lucy

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