Renacimiento: Wonder Woman: Número 20
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G. Willow Wilson dice adiós a Wonder Woman en lo que supone la peor entrega de la Princesa de las Amazonas desde que la vengo leyendo en el New 52. Jamás, en todos los años que llevo comprando cómics, me había sentido tan ofendido y molesto. Al mediocre guión le acompañan los dibujos de Tom Derenick y Jesús Merino que, francamente, no son de mi gusto ni estilo.

Comentario de Renacimiento: Wonder Woman: Número 20

De entrada decir que no es el último número de WW, a pesar de que así figure en la cubierta. ¿Cómo iba a serlo ahora que es el personaje de DC más importante en el cine? De hecho, cuando llegas a la página final claramente aparece escrito “Próximamente: Nuevos Principios”. En serio, no entiendo esta costumbre de poner ese sello en las portadas de cómics que no van a finalizar. En todo caso, lo que acaba es la etapa de G. Willow Wilson y no puedo estar más contento.

Cuando la escritora pasó de Marvel a DC me eché a temblar. Ya había oído hablar sobre su trabajo anterior en Ms. Marvel y era para estar preocupado. Sin embargo, descubrí que era una escritora capaz. En ningún momento hizo nada sobresaliente pero cuanto menos tampoco echó el comic por tierra. En la mayoría de los casos ofreció un nivel regular aunque puntualmente por debajo. Ahora bien, viendo lo que hizo con esta última entrega lo mejor ha sido que se fuera… ¡Jamás me había sentido furioso al leer un comic como en esta ocasión por varios aspectos en concreto!

Ya sabemos que el mundo de los cómics no es precisamente barato… Así pues, se debe compensar al lector por su inversión. En cambio, Wilson ofrece un guión tan flojo que lo que hace es rellenar/desperdiciar las páginas con momentos absurdos. Empezando el primer cómic tenemos una página compuesta por tres enormes dibujos en los que se muestran los rostros de Wonder Woman y Steve, un plano más lejos de ellos donde se les ve de cuerpo entero y la casa donde viven. ¿EN SERIO? Y cabe mencionar que sólo hay tres globos de diálogo. Llegamos a la página final de ese número y sólo hay dos dibujos: 1/4 de la página de un ladrón acusando a Wonder Woman y el resto es Cheetah observando (nada interesante) la ciudad.

En el segundo cómic tenemos una página completa para mostrar a Verónica Cale en un laboratorio hablando con un científico. Pero lo más insultante de todo es llegar al cómic final. En ese número se le dedican nada menos que ¡cinco páginas completas! para establecer una señal en el cielo y diferentes personajes reaccionando ante ella en diferentes lugares. ¿DE VERDAD ESTO MERECÍA 5 PÁGINAS INDIVIDUALES? Algo tan “irrelevante” se podía establecer en apenas unos pequeños cuadros en una misma página. Y estos son solamente algunos ejemplos… el cómic completo es así. Me sentí timado y burlado.

Por otro lado, un lamentable pecado actual de Marvel es su intento de ser políticamente correctos. Esto les lleva, en muchas ocasiones, a dibujar a las mujeres con el mismo tipo de cuerpo normal o directamente como hombres. Jamás había visto esto en DC… ¡hasta ahora con Etta Candy! Tal cual la dibujan aquí es un hombre. No hay otra manera de decirlo. Los rasgos de su cara son masculinos y hay un momento donde ni pechos tiene (cuando siempre los ha tenido grandes). Aunque ¡claro está! ahora ella es lesbiana y supongo que había que tirar del tópico…

En cuanto a la historia hay dos cosas que detesté. En primer lugar el uso de Cheetah y, en segundo lugar, terminar la relación entre Diana y Steve. Sobre Cheetah decir que no tendría que estar aquí. Si se lee Liga de la Justicia se sabe que ella está con la Legión de la Condena. Incluso lo que sucede al final se contradice del todo con lo que pasa en el otro cómic. Y sí, sabemos que, como lectores, hay que dejarse llevar para poder leer aventuras en solitario, pero eso es una cosa y otra contradecirse. Por otra banda se sacan de la manga que Steve se sentía resentido con Diana y rompe con ella. Sin embargo, esto no es NADA cierto puesto que jamás se mostró anteriormente.

Conclusión.
Termino esta crítica de Renacimiento: Wonder Woman: Número 20. Insisto en mi enfado al leer este cómic. Antes me había quejado de que los Anuales casi siempre terminan en relleno… pero cuanto menos cuentan historias que, aunque no merezcan la pena, hacen uso de cada rincón de página. Aquí G. Willow Wilson no tiene sustancia para desarrollar la suya y se tima al lector con enormes cuadros/páginas de dibujo totalmente irrelevantes. Amén de sus contradicciones. Esta ha sido una muy mala forma de “terminar” una colección.

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