Renacimiento: Wonder Woman: Número 18

A Wonder Woman y sus aliados les toca lidiar con los efectos que la presencia de Atlantíades causa en Summergrove (Connecticut, USA). Por otro lado, Diana recuerda una situación que vivió de niña con su madre en la Dimensión Chi. (Cineycine).
Ha llegado el momento de lo inevitable. Hay que tratar con la trama de G. Willow Wilson sobre Atlantíades… alias Hermafrodito. ¿Es tan desastrosa como cabría de esperar? Por otro lado, Steve Orlando comienza un arco argumental mucho más interesante. En los lápices Xermánico, Jesús Merino, Tom Derenick y Aaron Lopresti.
Comentario de Renacimiento: Wonder Woman: Número 18
En la entrega anterior se incluyó un número del arco argumental “El amor es un campo de batalla”. No quise hablar entonces de esa trama porque me quería centrar en la historia de Giganta que era la que tenía protagonismo. Además, supuse que, dado el personaje que aparecía, iba a merecer toda una reseña. Y aquí estamos para hablar de Atlantíades.
Atlantíades es un dios muy pocas veces mencionado. Se trata de la representación del hermafrodismo. De hecho, su nombre original es Hermafrodito y es hijo de Afrodita y Hermes. De igual manera es una deidad que combina ambos sexos y de ahí su denominación genética. El nombre utilizado en el cómic también es válido. Dados los tiempos actuales en los que vivimos, y la propia escritora, me esperaba lo peor. Por suerte puedo decir que no sucede nada «escandaloso»… aunque sí me gustaría tocar ciertos puntos más adelante.
A Wonder Woman, Afrodita, Maggie y Cadmo los vimos llegar antes al pueblo de Summergrove. Allí la gente está dando rienda suelta a sus deseos carnales causando todo tipo de problemas. Esto se debe a que, como el mismo Atlantíades dice: “La viva imagen del deseo y la unión. Varón y hembra”. El concepto no es erróneo y se puede encontrar a lo largo de la mitología griega… por no mencionar cómo era el tema de la sexualidad en los antiguos griegos y romanos (“herederos” de su mitología). Ahora bien, ¿era necesaria toda esta trama? La respuesta es “No”.
A lo largo del arco argumental hay algunos momentos donde Atlantíades intenta tener relaciones con Maggie y Wonder Woman… hasta Cadmos (el Pegaso) siente atracción por él. Y antes vimos cómo un hombre dejaba a su esposa por su amante para, inmediatamente, descubrir que esta lo abandonaba a él por la niñera. Como ven, el tema de dar rienda suelta a la sexualidad… Tal y como he dejado establecido está sacado de la misma mitología griega. Pero no creo que actualmente haya que discutir esto porque ni es un tabú y aun no siéndolo no hay necesidad de machacar con lo mismo todo el tiempo y en casi todos los medios.
Por fortuna esas situaciones son esporádicas. Si bien es de agradecer que no hayan ido a más también es cierto que globalmente no pasa nada. Estamos ante una trama que no aporta nada relevante y pareciera que fuera únicamente relleno. Esto último en los cómics abiertos es algo inevitable porque no siempre se pueden contar historias soberbias. Ahora bien, hay rellenos que te entretienen verdaderamente y otros sólo te hacen pasar el rato. “El amor es un campo de batalla” cae en la segunda categoría. Algo que se resiente más dado los precios de los cómics.
Una vez se resuelve el “impresionante” conflicto que producía Atlantíades da comienzo otro: “La Reina y la Emperatriz”. Esta historia tiene como guionista a Steve Orlando de la Liga de la Justicia América. Wonder Woman y sus compañeros llegan a un lugar donde esta recuerda una aventura de niña y que supone una dimensión alterna de Themyscira. Lo genial de esta grapa es que homenajea el estilo de la Edad de Plata de los cómics. En la misma se sucedían situaciones que tiraban de lo absurdo pero desarrolladas con las mejores intenciones y que el lector disfrutaba. Cabe mencionar también que el dibujo de Aaron Lopresti es el mejor del tomo.
Conclusión.
Termino esta crítica de Renacimiento: Wonder Woman: Número 18, puedes respirar tranquilo si, como yo, te llevaste las manos a la cabeza al ver en quién y de qué se iba a desarrollar la narrativa que ocupa la mayor parte de estas grapas. Sí, se tocan ciertas situaciones que cabría esperar dada la elección de Atlantíades y de conocer algo del trasfondo de G. Willow Wilson, pero no es el foco. Al final termina siendo un arco argumental irrelevante. Por otra parte, Steve Orlando comienza con buen pie en su aportación como guionista. Parece que nos espera algo muy bueno en el futuro próximo.
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