Lobezno: Honor

Logan vive sus días como lobo solitario, estando alejado del mundo, pero después atender unos asuntos en Canadá y antes de reunirse con la Patrulla X, recibe unas cartas de su amada Mariko. En las mismas, le cuenta que se casará con otro hombre por deseo de su padre (a quién años atrás, se daba por muerto). Por ello, y aunque Logan no es bienvenido en Japón, nada le detendrá a la hora de regresar al país del sol naciente y enfrentarse a la Yakuza. (Cineycine).
Comentario de Lobezno: Honor
Lobezno, el mutante más famoso de la Marvel, se embarcó en su primera aventura en solitario y lo hizo a través de la mano del gran guionista Chris Claremont y del siempre estilista Frank Miller, en uno de los mejores cómics sobre el famoso mutante canadiense, su título, Lobezno: Honor.
«Soy el mejor en mi oficio, aunque mi oficio no sea agradable».-Lobezno.
Valoración.
Con Chris Claremont al frente de los X-Men, la franquicia del grupo de mutantes alcanzó cotas altísimas de popularidad, pero quien subió como la espuma fue Lobezno, antaño personaje mucho más antipático a manos de Byrne. Claremont visionó al personaje de una manera distinta a la de Byrne: un personaje atrapado por su instinto animal, un hombre de honor y sentimientos que se rendía a sus sentidos animales. En definitiva, un personaje mucho más carismático y más interesante que el que visionó Byrne en su día. En consecuencia, los responsables de Marvel le ofrecieron a Claremont la oportunidad de oro: una aventura en solitario para Lobezno.
Claremont decidió ambientar la historia en Japón y explotar uno de los aspectos más interesantes del personaje: su relación amorosa con Mariko. Mariko era la hija de un mafioso japonés fallecido a la que los X-Men ayudaron en su momento y por la cual, al propio Lobezno le vino el flechazo, y que, a pesar de su abandono, permitió al mutante mostrar algo de humanidad que por aquel entonces no mostraba, salvo su mal humor y habituales chascarrillos.
Para semejante epopeya, Claremont contó con Frank Miller, que también había insulflado a Daredevil una etapa de éxitos. El propio Miller, además de guionista y dibujante, era un fan empedernido de la cultura japonesa, no en vano, el justiciero de rojo se enfrentó a “La Mano” en algunos de los números que escribió el propio Miller.
Con «Lobezno: Honor», nos encontramos ante una obra trepidante, cargada de drama y acción a partes iguales. Destaca especialmente el poderío visual de Miller que dibuja unas escenas de auténtico infarto: la primera pelea de Lobezno contra los ninjas de “La Mano” o el enfrentamiento contra Shingen al principio de la obra… son momentos de absoluto infarto. Sin embargo, lo visual no serviría de nada sin la historia de Claremont. El guionista es directo, y busca la compenetración con el lector, gracias a un ritmo trepidante, y sus dosis dramáticas e incluso cómicas cuando Lobezno suelta sus chascarrillos habituales.
En líneas generales, se podría decir que «Lobezno: Honor» es como un western, donde un forastero («gaijin» en japonés) clama el amor de una joven a quien su padre la obliga a casarse con otro hombre. Por otra parte, quizás el puntito flojo de esta obra es la relación entre Lobezno y Yukio, una asesina fría que se enamora de Logan a pesar del enamoramiento de este por su amada Mariko. Esta “relación Logan-Yukio” bajo mi punto de vista, es un punto muy flojillo porque sólo sirve para amplificar más el amor entre Logan y Mariko.
«Soy Lobezno, si eres inteligente, no querrás tenerme como enemigo».-Lobezno.
Conclusión.
Lobezno: Honor debe estar entre las favoritas y entre las colecciones de todo fan de los cómics. Es potente, entretenida, dinámica, dramática y muy, muy buena. El dúo Claremont/Miller marcó para Lobezno una de sus aventuras más trepidantes y completas. Una obra sobresaliente y recomendada.
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