Wolf Creek 2
Un grupo de excursionistas en busca de pasar unas vacaciones en la Australia más alejada de todo visitarán el legendario crater de Wolf Creek. Lo que debían ser unas fabulosas vacaciones acabarán siendo la mayor de sus pesadillas por culpa de ese ser al que nadie querría encontrarse jamás cara a cara en un sitio tan aislado: Mick Taylor. La caza ha comenzado.
La secuela de la Australiana Wolf Creek estaba cantada. Estaba cantada porque costando un millón de dólares recaudó cerca de 60 siendo una cinta muy rentable. Lo que no nos esperábamos es que fuera a tardar tanto, de hecho personalmente me había olvidado ya de la cinta. Pero aquí está, aterrizando en nuestro país al “direct to video”. Y gracias.
Crítica de Wolf Creek 2
Eso lo que consigue es que nos esperemos un producto bastante lamentable y la sorpresa es mayúscula cuando vemos que todo lo que hizo de su antecesora una cinta especial sigue aquí y ha mejorado en otras. Pero lo que hace de Wolf Creek 2 un cinta muy a tener en cuenta es simple y llanamente su protagonista, el alocado, majara y cada vez más sádico Mick Taylor. Y es que ya en la primera parte dio muestras de tener un potencial maligno increíble, y eso que tardó en aparecer, pero aquí empieza ya directo al grano. No solo eso, aquí veremos más su psique interior, su demencia no solo física, sino por dentro, por qué hace lo que hace, si es que realmente se puede llegar a comprender algo así.
Aquí los pobres excursionistas que iban en busca de emociones, las van a tener, y de las buenas. Un tipo como Mick, a simple vista puede parecer un viejales al cual podríamos tumbar a puñetazos, pero pronto nos damos cuenta que es un tipo que se ha curtido viviendo una vida aislada en medio de la nada, aprendiendo a usar las armas de fuego con una precisión exquisita. No tiene escrúpulos para abrir en canal a un animal o un ser humano y está acostumbrado al esfuerzo físico, es un maníaco con fuerza. Pero lo que realmente aterra al pensar en este animal dándote caza es darte cuenta que en medio de la nada, en pleno desierto sin apenas maleza, no puedes escapar. Puedes huir un tiempo, pero no escaparás. No pasará nadie a rescatarte. No hay casas ni más seres vivos que algún que otro depredador. Estás en un sitio que a nadie se le ha perdido nada para hacer acto de presencia. Y eso, estimado lector, es muy aterrador. Saber que la soledad a la que te enfrentas no está de tu parte y van a por ti, en su territorio.
En este aspecto, la saga ha tomado un camino paralelo al que seguía la anterior entrega, y es que aquí Mick dejará de lado ese toque misterioso y algo más reservado, que le otorgaba el poder de ejercer mayor terror para pasarse un poco al humor negro. Es algo que a algunos les parecerá bien y a otros no acabará de convencerlos. Pero lo que se sigue manteniendo intacto es el terrorifico escenario de caza y la increible maldad de Mick. La película es bastante explícita en cuanto a sangre, a desmembramientos y a palabras mal sonantes así que no es apropiada para todo el mundo. Aunque creo que ha llegado un momento que nuestras mentes se han acostumbrado a tal desfile gráfico de horror y ya nos parece hasta normal. Cosa que no acabo de estar convencido que sea algo bueno o positivo.
El director, Greg McLean, que tras la primera Wolf Creek tendría ocasión de dirigir El territorio de la bestia (Rougue) para el año pasado volver de nuevo a las áridas tierras de Australia junto con su morador/cazador favorito. Con solo tres películas en sus espaldas, Greg está considerado ya como un director de cintas de terror consagrado y seguido por muchos. No es para menos.
Con este film ha hurgado en el tema de la gran cantidad de desapariciones que se producen en Australia que quedan sin resolver. Dos casos en concreto han sido su inspiración: los asesinos de los “mochileros” perpetrados por Ivan Milat en el suroeste de Sidney y en la desaparición del turista británico Peter Falconio y posterior rapto de su novia Joanne Lees en julio de 2001, algo de lo que fue acusado Bradley John Murdoch. Dicho hecho hizo que la primera parte se retrasara un tiempo para “no interferir en la resolución del juicio y en el veredicto”. Supongo que si ves el film y te imaginas que ese tal Murdoch es el que sale en la película, lo declaras culpable si o si. También hacer inciso en que el cráter que da título al film existe realmente solo que su nombre real es Wolfe Creek. Está en el parque nacional de Wolfre Creek. Es algo increíble de ver, buscar imágenes del mismo y veréis su espectacularidad.
En conclusión:
Si disfrutaste con la primera, seguramente lo harás con ésta. Ahora bien, si la violencia malsana, el lenguaje obsceno y el tener el corazón en un puño constantemente no van contigo, Wolf Creek 2 no es para ti. Porque la sangre, violencia malsana y tensión no son para todo el mundo y en Wolf Creek 2 están estampados por toda la película, desde que empieza hasta su final. ¿Veremos una tercera parte?
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Antes de ver esta yo también me cascaré un revisionado de la primera, que por cierto me dejó muy mal rollo al terminarla. Mick es ya un figura dentro del panteón de matariles.
Tengo que ver la primera, en el videoclub al que suelo ir no la tienen, asi que tendre que tirar de los onlines. La verdad, no daba un centimo de euro por estas pelis, y leyendo pues veo que pueden molar.
Nuevas maldades ;D
Tela con Mick, menudo bicho está hecho el amigo.
La primera no me disgustó, así que, cuando pueda le pegaré un revisionamiento, y así enlazaré mejor con esta secuela para ver qué nuevas maldades nos tiene preparadas el «amiguete» Mick…