Tootsie
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¿De qué es capaz una persona para conseguir triunfar en su profesión? Sidney Pollack nos sugiere con ‘Tootsie’ una posible respuesta a esta pregunta a través de una historia de travestismo y amor. Una película que, en su momento, tuvo un gran éxito y que pasados tantos años sigue manteniendo su frescura y, sobre todo, esa esencia tan propia de las producciones ochenteras.

«He sido mejor hombre contigo como mujer de lo que nunca había sido con una mujer como hombre».-Michael Dorsey.

Dorothy

Crítica de Tootsie

El travestismo en el cine es un recurso que se ha utilizado en innumerables ocasiones. Quizás uno de los mejores ejemplos sea la producción alemana de 1933 ‘Viktor und Viktoria’, que sería versionada en 1982 por el director Blake Edwards bajo el título ‘Victor o Victoria’, con Julie Andrews de protagonista. Obviamente, también tenemos ejemplos mucho más recientes, aunque seguro que la mayoría de nuestros lectores recuerda, sobre todo, a Robin Williams y su ‘Señora Doubtfire’ (Chris Columbus, 1993). En todos estos ejemplos el travestismo del personaje es un simple pretexto al servicio de la trama, del mismo modo que ocurre con ‘Tootsie’. Como dato curioso diremos que con esta película Sydney Pollack nos ofrece prácticamente la misma premisa argumental que Blake Edwards, algo especialmente remarcable teniendo en cuenta que ambas películas fueron producidas el mismo año.

A veces las cosas sencillas son las que funcionan mejor, y ‘Tootsie’ es una comedia memorable principalmente gracias a dos elementos: un espléndido trabajo interpretativo y un ingenioso guión. No hay mensaje filosófico ni reflexiones morales por ningún lado, no las necesita, simplemente estamos ante una comedia romántica que se desenvuelve con frescura. Eso no significa que no sea elogiable el modo en que toca ciertos temas que por aquellos años podían resultar incómodos. Por ejemplo, el acoso sistemático que sufre el personaje de Dorothy por parte de sus compañeros de reparto, una clara referencia al machismo que imperaba en la profesión. Y también el modo en que Michael Dorsey se enamora de Julie, incapaz de confesarle su amor porque se supone que es una mujer… al mismo tiempo que Julie siente cierta atracción por Dorothy pero tampoco se decide a avanzar porque ella no es una lesbiana.

Tootsie

Antes he citado otras películas donde el protagonista se transforma en alguien del sexo opuesto, pero creo que en ninguna de ellas conseguimos encontrar una caracterización tan convincente y verosímil como la de Dustin Hoffman. Como actor ya tenía una dilatada experiencia, habiendo participado en películas notables como ‘El graduado’, ‘Cowboy de medianoche’ o Papillon‘. En esta ocasión retrata de forma magistral la dualidad de caracteres de Michael y Dorothy. Tanto es así que por momentos se hace difícil notar que ambos personajes están interpretados por el mismo actor. Cuando aparece Dorothy en escena, tenemos la extraña seguridad de que estamos delante de una mujer fea y bastante hortera.

En el caso de Jessica Lange podemos decir exactamente lo mismo, la química que se forma entre Julie y Dorothy es evidente. No tanto ante el personaje de Michael, que claramente tiene menos escenas con Julie, pero en cuanto las dos «mujeres» coinciden en pantalla olvidamos totalmente el travestismo de Hoffman para contemplar un sencillo romance entre dos mujeres. Jessica Lange ya había realizado trabajos importantes, como en King Kongo ‘El cartero siempre llama dos veces’, pero fue precisamente por ‘Tootsie’ que ganó el Oscar a la mejor actriz secundaria, por su parte, Dustin Hoffman se quedó en la nominación. El resto del reparto está francamente bien, con pequeños personajes como el del representante de Michael, a cargo del mismísimo Sydney Pollack, o un joven Bill Murray que aún tardaría un par de años en saltar al estrellato.

Algo también a destacar en esta crítica de Tootsie es que la película que ha resistido bien el paso del tiempo. La historia es sencilla, los protagonistas están a un alto nivel y por encima de todo tenemos un guión que sigue repartiendo sonrisas. No es de extrañar que detrás estuviera el guionista Larry Gelbart, curtido en series de televisión tan míticas como ‘M.A.S.H.’, y es precisamente gracias a él que el timing y el ritmo de esta curiosa comedia se mantenga a lo largo de todo el metraje.

Tootsie

Conclusión.
A pesar de que el humor que se lleva hoy en día pueda parecer distinto, creo que las comedias románticas como ‘Tootsie’ no envejecen ni pasan de moda. A veces, tal como comentaba al principio, no es necesario complicarse con tramas enrevesadas sino que una historia sencilla pero bien trabajada te asegura el éxito. Y eso es precisamente lo que ocurre con esta película, han pasado más de treinta años y sigue siendo tan divertida e interesante como cuando se estrenó. ¿Qué más se puede pedir?

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