Teniente corrupto

En Nueva Orleans se desata la tormenta que luego inundaría la ciudad. En esa situación, los detectives de homicidios, Terrence McDonagh y Stevie Pruit, comprueban que en las celdas no se encuentre ningún detenido. En los calabozos descubren a un preso a punto de morir ahogado que les pide ayuda... en el último instante, McDonagh se lanza al agua poniendo en peligro su propia integridad para salvar al prisionero. Como consecuencia, sufrirá heridas irreversibles en la columna vertebral para las que necesitará medicación de por vida. Pero, al mismo tiempo, será ascendido al rol de Teniente por su heroica acción. (Cineycine).
Nicolas Cage dejó sus habituales papeles de héroe de la función para dar vida a un antihéroe total en este film dirigido por el legendario Werner Herzog. Secundando a Cage encontramos a un ecléctico reparto con nombres muy dispares. Produjo esta función la Cannon de nuestros tiempos, Millenium Films / Nu Image. Abran paso al… ‘Teniente corrupto’.
“Es increíble lo mucho que consigues cuando un único propósito te guía en la vida” (Terence McDonagh)
Crítica de Teniente corrupto
A continuación, me limitaré a comentar esta nueva versión, obviando la original. Y no porque la tenga en un altar y esta ni siquiera se le acerque, sino porque no la he visto. Igual que Werner Herzog, que dijo desconocer que existiera previamente un film con el mismo argumento, dirigido en 1992 por Abel Ferrara y protagonizado por Harvey Keitel. Cosas curiosas de la vida… Por otro lado, y anteriormente a ‘Teniente corrupto’, Nicolas Cage había estrenado en cines españoles ‘Señales del futuro’ (Alex Proyas, 2009), un film de ciencia-ficción en el que mostraba una patética y monofacial performance. Ni rastro de aquel gran actor enormemente solvente que, a mediados y finales de los 90, nos dejó diversas muestras de talento en muy variadas propuestas. Por suerte, en ‘Teniente corrupto’, el Cage entusiasta regresó.
Y regresó porque Nicolas Cage lleva a cabo en este film un arriesgado tour de force interpretativo. Por desgracia, se encuentra muy solo porque el resto del film no está a la altura, salvo la siempre agradecida presencia de Vondie Curtis-Hall. Él y la esforzada labor de Cage, son lo único salvable de la quema. Y es que esa es la palabra clave, «esforzada», es decir, no grandiosa, no apoteósica o memorable. «Esforzada» porque Cage intenta, por todos los medios, que nos lo creamos como policía en pleno declive físico y personal. Y porque, en la mayoría de planos, se contiene de poner caritas y sobreactuar cosa mala. A pesar de estar interpretando a un psicópata en caída libre, mide los gestos físicos y expresivos. Aquí el oscarizado actor fue en busca de redención artística. La pena es que ni la mismísima Virgen María intercedió para salvar al film.
Werner Herzog todavía debe guardar una sonrisa en la cara cuando le pregunten por esta película. Se nota a leguas que fue un encargo. Un encargo muy bien pagado y que le serviría para seguir financiando sus magistrales documentales. Y es que el alemán ventila la dirección con enormes dosis de impersonalidad. Su dirección está despojada de tensión. El supuesto descenso a los infiernos del personaje principal no aparece por ningún lado. Y no nos muestra ni una sola muestra de arrepentimiento palpable por lo que hace… aunque, en determinados momentos, Herzog quiere hacer ver al espectador que ese hombre en el fondo quería cambiar, que era bueno… eso, en imágenes, no se muestra.
Al margen de lo anterior, hay momentos que debían crear (como mínimo) un mal cuerpo en el espectador, crear una animadversión clara hacia las acciones Terrence McDonagh. Sin embargo, todo está filmado de tal forma que al público le da igual. Vemos como abusa de una joven delante de su novio y no pasa nada, no transmite nada. Vemos como intenta asfixiar a una anciana (cortando las vías de oxígeno que van a sus fosas nasales) pero todo es tan falso, suena tan a «parodia involuntaria», que no nos lo creemos, nos da igual. Todo esto porque delante de nosotros no hay ningún personaje con el que conectar. Ningún lazo creado con lo que vemos. Y todo esto debido a la imposibilidad del director o a la desgana del que trabaja sólo por los ceros del cheque.
El guión es malo. Estamos ante un script plagado de clichés. Una copia mal disimulada de mil películas de parecida temática. Por ejemplo, hay un momento por el lugar y algunos vicios del protagonista que me acordé de ‘Prisioneros del cielo’ de Phil Joanu. Aquella, sin ser una obra maestra, se come a ‘Teniente corrupto’ plano por plano. Por otro lado, encontramos escenas que en el texto pudieron haber resultado interesantes, pero visualmente quedan patéticas. Amén de diálogos dignos del peor telefilm de detectives de Antena 3TV o similares… Sobre los personajes decir que todos los roles son caricaturas, o simplemente están ahí para que, en determinado momento, todo conecte porque sí, sin ningún disimulo y no porque la acción, o el devenir de la trama, los lleva a ellos. Y tampoco porque el guionista empuje la acción para que todo conecte.
Ahondando en los personajes tenemos a Eva Mendes en un rol de «florero». Es la novia prostituta y drogadicta que lleva a McDonagh a meterse en problemas por querer protegerla. Estamos ante un papel mil veces visto y mal narrado. El policía novato es Shawn Hatosy, un tipo que tiene idealizado al veterano Teniente. También está el compañero que, al final, resulta estar más podrido por dentro que el propio protagonista. Lo interpreta Val Kilmer en caída libre. Hay sitio además para el corredor de apuestas siempre estresado aquí en la piel de Brad Dourif. Finalmente, no pueden faltar los malos con pinta de raperos pero no con pinta de malos y liderados por Xzibit. Y alguno dirá que todo esto es intencionado. Pues yo creo que no. Esto es falta de talento.
Mención aparte merecen las escenas filmadas con una cámara estilo casera. En las mismas vemos a varios reptiles moverse sin más. Según el guionista y el director simbolizaban la personalidad encerrada del protagonista, ya que sólo él ve a esos animales, forman parte de su subconsciente y se hacen visibles al consumir psicotrópicos. Otro momento bochornoso surge cuando vemos a un breakdancer bailar simulando ser el alma de un difunto breakdancer que no se parece en nada al muerto… momento que culmina con Cage sacando los ojos de órbita y diciéndole a su colega que vuelva a disparar al muerto porque su alma aún sigue bailando…
Otro punto que no termina de destacar como debería es la ambientación en una Nueva Orleans post-Katrina. Fría, cuando debería de ser tenebrosa. Y con la mayoría de escenas a plena luz del día, restando de esta manera esa oscuridad que el film necesitaba. Por mucho que ambientar la cinta en esta decadente ciudad fuera una excelente idea sobre el papel, más aún cuando estás recalcando la importancia de estar cronológicamente enmarcada luego del huracán que la arrasó y siendo esto una una especie de sugestión nada disimulada del estado auto-destructivo del protagonista, a la hora de visualizarla dentro del contexto del film se muestra como totalmente fallida. Siempre luce vacía de gente en sus calles, apenas hay rastro visual de la desesperación que debería reinar en un enclave que vivió una tragedia de tanta magnitud.
En resumidas cuentas.
Finalizo esta crítica de Teniente corrupto, un film que a pesar de contar con numerosos puntos fuertes (la ciudad de Nueva Orlenas, un Nicolas Cage motivado con un personaje central prometedor) se acaba diluyendo como un azucarillo. Quizás si hubiesen tirado por la comedia negra, que es lo acaba siendo durante muchos instantes de forma involuntaria, todo se vería diferente. Innecesaria y una mala elección en la carrera de Nic Cage.
Tráiler de Teniente corrupto
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