Superdetective en Hollywood

Axel Foley es un agente de la ley en Detroit que acaba de sumar un duro revés a su ficha de méritos: Foley ha fracasado como poli encubierto en un falso intercambio de tabaco de contrabando. Tras llevarse la correspondiente bronca se cruza con un antiguo amigo de las calles, Michael Tandino. Tandino es un buscavidas que nunca se reformó y está recién llegado de California, con un buen bronceado y un fajo de bonos al portador en dinero alemán. El problema es que se los cogió prestados a Victor Maitland, un tipo al que no puedes robar y salir impune. (Cineycine).
Tras debutar por todo lo alto en ‘Límite 48 horas’ (Walter Hill, 1982), a Eddie Murphy le llegó la hora de ser el protagonista absoluto de la función en una comedia de acción. Una cinta que lo llevaría desde Detroit hasta Beverly Hills. Prepárense para un descacharrante viaje y el lujo y el glamour de la costa este de los Estados Unidos de la mano del único e inimitable Axel Foley. ¿Quién es Axel Foley? Un tipo que usará todo su ingenio, su maña de poli callejero y sus incansables habilidades para el lío verbal con el fin de averiguar la verdad y ajustar cuentas con los asesinos de su amigo. Axel Foley es todo un… ‘Superdetective en Hollywood’.
“¿Sabes… Víctor? Me parece que estás de mierda hasta el cuello. Y me da que fuiste tú quien mando matar a Mickey. Me voy a enterar de todo y te voy a joder vivo” (Foley)
Crítica de Superdetective en Hollywood
La historia de cómo se gestó ‘Superdetective en Hollywood’, y cómo pasó de ser un thriller policíaco setentero a la consolidación definitiva de Eddie Murphy como la primera gran estrella afroamericana de la historia, con permiso de Sidney Poitier, fue realmente interesante y abarcó casi diez años. Hagamos un breve recordatorio…
El primer borrador del libreto llevaba el título de ‘Beverly Drive’ y lo escribió Danilo Bach en 1977. El libreto tenía la forma de un thriller policíaco del estilo de los 70. Al Pacino, James Caan o Clint Eastwood fueron algunos de los actores en mente para protagonizarlo. Sin embargo, el guión acumuló polvo durante años en algún cajón de la Paramount. Allí estaba esperando que alguien lo rescatara. Y ese alguien fue Michael Eisner en 1981. Eisner se lo pasó a Don Simpson para que le diera salida como próximo proyecto a producir. Simpson, y su mano derecha, Jerry Bruckheimer, rápidamente contrataron a Daniel Petrie Jr para que actualizara el guión a los 80 e incluyera un tono más ligero a la trama. Entonces se pensaba en Mickey Rourke para el rol protagonista.
Mickey Rourke estaba recién salido de su primer papel con cierta importancia en ‘Fuego en el cuerpo’ (Lawrence Kasdan, 1981). Pero no mostró ningún interés en el film. El siguiente en la lista era la mayor superestrella del momento, Sylvester Stallone, al que Eisner quería a toda costa. Pero, Simpson y Bruckheimer preferían a Eddie Murphy. Sin duda, una opción mucho más barata y manejable que Stallone. Este último tenía fama de controlar en exceso todos los proyectos en los cuales se involucraba. Aun así, los dos productores enviaron el libreto a Sly, creyendo que este lo declinaría por el tono de comedia que había impregnado Petrie Jr. Para su sorpresa, Stallone aceptó la propuesta… pero, fiel a su personalidad, rápidamente comenzó a introducir cambios: el personaje pasaría a llamarse Axel Cobretti, se incrementarían sustancialmente las secuencias de acción y su hermano, Frank, tendría un papel secundario.
Sin embargo, contra todo pronóstico, y a dos semanas de empezar el rodaje con el reparto ya contratado y las localizaciones buscadas, Sly abandonó el barco. ¿Los motivos? La imposibilidad de llevar el proyecto hasta los 20 millones de $ que este exigía de presupuesto para coordinar toda la acción. Algunos cambios introducidos por Sly en el guión serían retomados, posteriormente, en ‘Cobra’ (George P. Cosmatos, 1986).
Como consecuencia de lo anterior, Martin Brest y Jerry Bruckheimer tomaron nuevamente el mando. Entonces se pusieron en contacto con Eddie Murphy. El cómico acababa de salir del éxito de la ya citada ‘Límite 48 horas’ (Walter Hill, 1982). El presupuesto se mantuvo bajo control y no llegó a los 14 millones, incluso menos, ya que, como relata Brest en el audio-comentario del film en DVD, tuvo muchísimas presiones e inconvenientes para rodar la cinta en el tiempo estimado y con el dinero asignado. Sin un guión acabado, comenzó la filmación en Detroit y Los Ángeles en el verano de 1983. A pesar de llevar el título original de ‘Beverly Hills Cop’, solamente se rodó en BH una escena del film, la que escenifica la llegada de Foley a California. Para filmarla tuvieron treinta minutos: desde las 07:30 hasta las 08:00 de la mañana.
La mayoría de las escenas cómicas de Murphy fueron escritas por él, en colaboración con Brest y bajo la supervisión de Petrie. Varios personajes sufrieron cambios sustanciales tras la marcha de Stallone y la llegada de Murphy. Por aquel entonces, Murphy era un cómico afroamericano con un particular y desvergonzado sentido del humor. Frank Stallone salió del elenco y en su lugar fue contratado James Russo. Además, el interés amoroso del relato, Jenny Summers (Lisa Eilbacher), pasó a ser sólo la amiga de la infancia del protagonista. Finalmente, la acción se redujo a lo justo y la comedia tomó claramente el protagonismo, poniéndose al servicio del políticamente incorrecto estilo Murphy.
Expuestos los importantes antecedentes, pasemos estrictamente a la reseña del film. Estamos ante la versión en clave de comedia de ‘En el calor de la noche’ (Norman Jewison, 1967). Al menos, esa era una de las intenciones de Martin Brest. La verdad es que la frescura que Eddie Murphy le da al film es notable. Viéndole en escena se nota que teníamos en pantalla a un cómico de primera. Una metralleta humana con un humor políticamente incorrecto y que rompía con los esquemas de la época. Por aquellos tiempos, ver a un negro hablar sin pelos en la lengua, resolver la papeleta y ser el protagonista… todavía era algo muy poco usual. En ese aspecto, Murphy fue de los primeros en abrir el camino. Un camino que luego recorrieron gente como Martin Lawrence, Chris Rock y unos cuantos más.
Cinematográficamente hablando, todavía hoy en día los chistes de ‘Superdetective en Hollywood’ funcionan con bastante acierto. Y su banda sonora sigue siendo cool. Incluso las ropas y el vestuario de los actores no se ve tan desfasado como el de otros films de los 80, por aquello de las que modas siempre vuelven. Más que la historia, lo que hace avanzar al film son los momentos de humor. Y todos están puestos todos al servicio de Murphy. El cómico se aprovecha del choque cultural entre Detroit (una de las zonas más pobres de Estados Unidos) y Beverly Hills (estandarte de la opulencia americana por excelencia).
La palabrería de Foley, su risa (una de las grandes marcas registradas de Murphy) y su pericia para salir indemne de cualquier lio, son las grandes bazas de la cinta. Además de la genial aparición de un buen número de personajes secundarios que acompañan a la perfección a Foley: los polis Taggart y Rosewood (interpretados por John Ashton y Judge Reinhold), el indescriptible Serge al que da vida Bronson Pinchot (uno de los ‘Primos lejanos’) y unos malosos con unos rostros duros como el acero a los que encarnan unos imponentes Steven Berkoff y Jonathan Banks. Finalmente, cameo para Damon Wayans. Y apariciones de Ronny Cox y Gilbert R. Hill como el jefe de Foley.
También es de alabar la buena mano de Martin Brest (al que acababan de despedir de ‘Juegos de guerra’) para aunar comedia y acción. Aunque de esta última hay que admitir que tiene lo justo. Y encima está casi condensada en su comienzo. En este sentido, ojo a la descomunal aparición del camión que arrasa con todo a su paso. También hay acción en su clímax en la Mansión Maitland. Entre medias, el humor sustenta el film con secuencias como la de los plátanos en el tubo de escape, las conversaciones entre Taggart & Rosewood, la escabechina en el bar de striptease y los cara a cara con Victor Maitland, a cada cual más genial.
Por último, sería un pecado cerrar esta reseña sin alabar la genial partitura de Harold Faltermeyer, que junto a Giorgio Moroder eran los reyes del sintetizador que tan de moda estaba en aquellos años. Entre las canciones no originales que podemos escuchar están: “The Heat is On” (Glen Ferry), “Neutron Dance” (The Pointer Sisters), “Stirt it Up” (Pati La Belle)… Temas todos ellos que forman parte de la iconografía de la cinta y la elevan aún más como una de las imprescindibles de la época.
En resumidas cuentas.
Finalizo esta crítica de Superdetective en Hollywood, un clásico de la comedia de los años 80. Un film que alzó hasta el olimpo a Eddie Murphy con un personaje para el recuerdo, Axel Foley. Además, preparó el camino para que su director, Martin Brest, hiciera carrera en Hollywood.
Tráiler de Superdetective en Hollywood
Escucha nuestro podcast