Los héroes de Telemark

Corre el año 1942, en la Noruega ocupada por los nazis los aliados encuentran pruebas irrefutables de que los alemanes están en la fase final para conseguir la fisión atómica. Para frenar el proyecto, el Alto Mando aliado decide mandar a un comando americano con el objetivo de sabotear la fábrica donde se está llevando a cabo la investigación.
¿Qué habría pasado si los nazis hubieran conseguido la bomba atómica? Afortunadamente no fue así, pero muchos se sorprenderían al saber lo a punto que estuvieron de conseguirlo. Basada en una historia real, esta película nos relata la heroica historia de los hombres y mujeres de Resistencia Noruega que lo impidieron, ellos fueron ‘Los héroes de Telemark’.
«Nunca cometa el error de subestimar a los alemanes».
Valoración:
‘Los héroes de Telemark’ es el penúltimo film que realizaría Anthony Mann, tras haber rodado sólo un año antes ‘La caída del Imperio Romano’. La película está inspirada en una novela de John Drummond y Knut Haukelid, que a su vez se basa en hechos reales acontecidos en Noruega durante la Segunda Guerra Mundial.
A mediados de los años treinta los alemanes habían construido en la pequeña población noruega de Vermork una fábrica donde producir agua pesada, que por su alto contenido en deuterio es ideal en la fabricación de reactores nucleares. En 1942 los aliados ya tenían conocimiento de la existencia de la fábrica y para evitar la posible utilización del agua pesada en la construcción de un ingenio atómico decidieron sabotear las instalaciones. La operación se alargaría durante dos años hasta que finalmente en 1943 el proyecto de producción de agua pesada fue abortado. El guión fue trabajado a partir de estos hechos y simplificado en exceso para condensar dos años de sabotajes e intentonas en una cinta de dos horas. El resultado es una trama atropellada que por momentos parece demasiado inverosímil.
De todas las películas dirigidas por Anthony Mann esta no es la mejor ni de lejos. Mediante un pulso narrativo algo atolondrado, se nos muestra el horror de la guerra en una versión muy suave para lo que estamos acostumbrados. En cambio retrata bastante bien el espíritu vengativo y de represalia que llevaban los nazis a cada lugar que ocupaban, ya sea mediante fusilamientos de civiles o con la toma de rehenes inocentes. Al final el mensaje es inequívoco, en una guerra todo vale, tanto para un bando como para el otro. Y quizás la quintaesencia de esta cruda realidad sea la dura decisión que deberán tomar los protagonistas cuando llegado el momento sólo quede una forma de parar a los alemanes.
La verdad es que incluso en el ocaso de su carrera y con un guión inconsistente, Anthony Mann consigue sacar lo mejor de si mismo. Prueba de ello son las vibrantes secuencias de acción durante el ataque a la fábrica de agua pesada o los bombardeos aliados sobre las instalaciones. Una secuencia especialmente memorable es la persecución con esquís, donde Mann retrata a los protagonistas como pequeñas siluetas negras en la inmensidad blanca, en un irresistible intento de retratar la vulnerabilidad del individuo. También es interesante el trabajo de fotografía y exteriores, que consigue imprimir un tono romántico y casi mágico de lo que debían ser las misiones secretas en zonas inhóspitas. Y por encima de todo Mann consigue cargar la trama de tensión y suspense, con la inestimable ayuda del duo protagonista.
Porque es evidente que uno de los pilares fundamentales que sostienen esta película es el duelo interpretativo que se establece entre Kirk Douglas y Richard Harris, ya que dentro y fuera de la pantalla no se podían ni ver. Es algo en lo que coincide absolutamente todo el mundo y realmente basta con ver la película una sola vez para darse cuenta de ello. Al final el que acaba llevándose el gato al agua es Kirk Douglas, ya que el personaje de Knut Straud resulta un poco pobre en matices y si algo tiene Douglas es fuerza expresiva. La parte femenina recae en Ulla Jacobsson, una actriz sueca cuyo mayor éxito haya sido probablemente su trabajo en la película ‘Zulú’ de 1964. En realidad su presencia sirve como nexo de unión entre el pasado más rural de Rolf y el presente como prestigioso científico. Y sin duda hay que hacer una mención especial para Roy Dotrice, que da vida al típico delator que pese a lo duro de sus circunstancias es visto como un traidor por su pueblo.
Las películas de Anthony Mann siempre suelen buscar el lado más humano de los personajes, dibujar la dureza de su existencia. Y en ‘Los héroes de Telemark’ consigue transmitir esa sensación de peligro constante y ansiedad que debía sentir el miliciano en su lucha constante, aún teniendo en cuenta que la acción se sitúa en espacios muy abiertos. La mayoría de secuencias de acción están rodadas visualmente, ya que para Mann siempre fue vital priorizar lo visual sobre lo sonoro. Excepto los momentos en que escuchamos los temas compuestos por Malcolm Arnold, el artífice de esa gran banda sonora que fue la de ‘El puente sobre el río Kwai’.
Conclusión:
Como he comentado al principio no es una de las mejores películas de Anthony Mann y tampoco una de las mejores cintas bélicas que podemos encontrar. Pero pese a las carencias del guión y que en algunos aspectos ha envejecido mal, creo que sigue siendo una opción muy interesante para disfrutar de una historia de aventuras ambientada en la Segunda Guerra Mundial. Es una película que mantiene el suspense a lo largo del metraje, cuenta con unas muy notables interpretaciones y nos ofrece unas memorables escenas de acción bélica, al viejo estilo. En fin, una de esas películas que podemos recomendar sin miedo.
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