Live is Life: La gran aventura
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“Esta vez deja los tiros y la acción. Haz algo con corazón”. Esas fueron las palabras que su madre dedicó a Dani de la Torre cuando intentaba superar el cáncer que terminó con su vida a los 65 años. Durante esa época, había llegado al cineasta gallego el guión de una historia juvenil escrita por Albert Espinosa. Y, precisamente, fueron las palabras de su querida progenitora, las que impulsaron a Dani a convertir en imágenes las letras de Albert. Así surgió ‘Live is Life: La gran aventura’.

“¡Todos juntos siempre!” (Amigos)

Crítica de Live is Life: La gran aventura

En 2015, el cineasta gallego Dani de la Torre nos sorprendió conEl desconocido’, su ópera prima en forma de thriller espectacular a contrarreloj. Tres años después, siguió demostrando su calidad como realizador con ‘La sombra de la ley’, otro destacado thriller centrado en los años 20. Ahora cambia radicalmente de género con su nueva película: ‘Live is Life: La gran aventura’, el último viaje que harán como niños un pequeño grupo de amigos de pueblo.

En Dani de la Torre no se puede ocultar su gusto por el cine norteamericano. Ahí están las influencias deSpeed (Jan de Bont, 1994) en ‘El desconocido’, y de Los intocables de Eliot Ness (Brian De Palma, 1987) en ‘La sombra de la ley’. Pues bien, en ‘Live is Life’ las fuentes bien pueden ser:Los Goonies (Richard Donner, 1985) y ‘Cuenta conmigo’ (Rob Reiner, 1986). En todo caso, en ‘Live is Life’ pesa más el realismo del film de Reiner que no el elemento “fantástico” de la cinta de Donner. Naturalmente se cambia el paisaje y cultura norteamericanas por una bellísima ambientación natural gallega con algunos toques costumbristas. Tampoco debemos olvidarnos del peso que en nuestra cultura tuvo ‘Verano azul’, mítica serie citada como inspiración por el propio de la Torre para su nueva propuesta.

Retomando lo expuesto en el párrafo anterior, y en su labor de dirección, Dani de la Torre vuelve a recurrir a Galicia como incomparable cuadro. Si en su ópera prima se encargó de exhibirnos y explotar en pantalla La Coruña, ahora hace lo propio con la hermosísima Ribeira Sacra. De la Torre se sirve de sus fantásticos y poco explotados ambientes naturales para regalarnos un marco incomparable de aventuras. Se nota en el realizador gallego el gusto por su tierra y sus ganas de presentarla ante el mundo. Serán varios los planos aéreos y lejanos en los que podremos disfrutar con paisajes propios de la Tierra Media. En este sentido, la dirección natural de Dani de la Torre consigue plenamente su objetivo entregando una factura técnica impecable en ‘Live is Life’. A esto último también contribuye el gran trabajo de fotografía de Josu Inchaustegui.

En el guión nos encontramos con Albert Espinosa. El guionista catalán nos entrega un libreto que es un verdadero canto a la amistad. A esa amistad verdadera que sólo somos capaces de crear y mantener en nuestra niñez y paso a la adolescencia. Momentos estos que, sin duda, son los más puros que podamos tener en toda nuestra vida. Además de la amistad, la historia del film se centra en un ilusionante viaje iniciático en busca de una flor que, según la leyenda, puede curar cualquier mal. Este viaje en realidad sirve para estrechar más los lazos de amistad y, de alguna manera, para que los amigos vayan madurando y afrontando juntos problemas que por separado no podrían superar. Entre estos últimos estarían la importancia de la aceptación de la vida y la muerte.

Por supuesto, y tal como expuse antes, se añaden unos toques costumbristas para situar la acción. Ahí están la presencia de los quinquis del pueblo, los cromos de Carrasco y Butragueño, las hogueras de San Juan o el pegadizo tema de la banda Opus que da título al film. Ahora bien, estos elementos están perfectamente encajados y no se abusa de ellos como hacen series del tipoStranger Things que te los meten hasta en la sopa…

En cuanto al reparto decir que todo el peso se entrega a cinco chavales con muy poca o directamente nula experiencia en el ámbito cinematográfico. Sin embargo, los chicos están excelentemente dirigidos por de la Torre, vocalizan francamente bien y entregan unas actuaciones de mucho nivel. En todo momento casan como pandilla y nos hacen partícipes de los avatares de sus personajes. También entregan alguna que otra gran escena. Ahondo un poco en ellos en las siguientes líneas…

Adrián Baena pasa por ser el protagonista principal como Rodri, un chaval melenudo con ciertos problemas con sus padres y al que las notas de clase no sonríen. David Rodríguez es Suso, el típico amigo que pasa todo el año en el pueblo esperando a sus amigos de ciudad. Además tiene la dificultad familiar de ver a su padre en coma. Atención a su escena en el hospital. Javier Casellas es Garriga, el típico gordito con gafas que no puede faltar en toda pandilla que se precie y que anda muy enamorado de una chica de su curso. Finalmente tenemos a los gemelos Maza y Álvaro interpretados por Raúl y Juan del Pozo. El primero presume de ser un gran karateka y el segundo está recibiendo un fuerte tratamiento contra el cáncer que le hace ver la vida y el humor de otra manera.

“La felicidad no existe. Lo que existe es ser feliz cada día” (Álvaro)

En conclusión.
Termino esta crítica de Live is Life: La gran aventura, una película muy agradable de ver que nos recuerda que la verdadera y casi única amistad es la que cultivamos de pequeños. Si te gusta ‘Cuenta conmigo’, creciste en los 80-90 y pasaste las mejores vacaciones de tu vida en el pueblo, entonces, deberías darle una oportunidad a este film porque, sin duda, te va a gustar lo que ofrece.

Tráiler de Live is Life

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