Leatherface
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En 1974 conocimos a un gigantesco botarate como el miembro más retrasado, pero también el más brutal, de una macabra familia de matarifes texanos. Ahora ha llegado el momento de descubrir cómo aquel bárbaro se convirtió en ‘Leatherface’.

“Nos has decepcionado… pero, recuerda: la familia siempre estará contigo” (Verna Sawyer)

Crítica de Leatherface

Aquí tenemos una nueva vuelta de tuerca al mito creado en 1974 por Tobe Hooper. Me refiero ¡claro está! a ‘Leatherface’, o “cara de cuero”. El descomunal matarife texano, junto a su demente familia, ha sido ya objeto de varias películas e innumerables imitaciones. En esta ocasión, lo que se pretende es contarnos su origen, es decir, cómo se convirtió en el monstruoso individuo que vimos enLa matanza de Texas’. Sin embargo, no todo lo prometido se cumple. Me explico en los siguientes párrafos…

En primer lugar tenemos un guión escrito por Seth M. Sherwood que debuta oficialmente en un libreto para cines. Y lo cierto es que su historia queda muy lejos de ahondar profundamente en el origen de Leatherface. Básicamente el mismo podemos reducirlo al comienzo y al tramo final del film. Lo que hay en medio es absolutamente prescindible. Así las cosas, el principio de la película nos muestra el primer cumpleaños importante de “cara de cuero”. Y, por su parte, el clímax nos ofrece el suceso que lo perturbó tantísimo como para convertirlo en un auténtico monstruo. El resto es una simple road-movie en la que un grupo de jóvenes inadaptados, y perturbados, huyen de la policía liderados por una especie de brutalísimos Bonnie y Clyde. Digamos que de 90 minutos de película nos pueden sobrar perfectamente 70. Y que te sobre metraje siempre es una mala noticia…

Como dato curioso de la trama, conviene apuntar que la misma es una precuela de La matanza de Texas (Tobe Hooper, 1974). Y, además, presenta varias e innegables conexiones con ‘La matanza de Texas 3D’ (John Luessenhop, 2013). En esta última se cortó por lo sano con el resto de entregas de la serie y se trató de continuar la historia partiendo del film original de 1974. Posteriormente hubo un nuevo intento de continuar los sucesos vistos en este film, pero todo quedó en nada. En su lugar, Lionsgate y Millennium Films (propietarios de los derechos) decidieron dar luz verde a ‘Leatherface’. Al final, esta nueva cronología establecida en estos dos nuevos films respondería a este orden: ‘Leatherface’, ‘La matanza de Texas’ y ‘La matanza de Texas 3D’.

Para liderar la producción se fichó a los franceses Alexandre Bustillo y Julien Maury, la pareja de directores que saltaron a la fama en 2007 con ‘Al interior’. Ambos entregan una filmación en la que ¡cómo no podía ser de otra forma! destacan las escenas violentas. Me refiero a las escenas de crímenes que están salvaje e implacablemente filmadas y con grandes dosis de sangre. También se recrean lo suyo en una escena de sexo que resulta bastante desagradable por no decir repulsiva y grotesca a muy altos niveles… En cuanto a la filmación, se produce un claro contraste entre algunas escenas con innegables toques cinematográficos y otras más cercanas al videoclip o a la realización televisiva.

Dejando al margen a Bustillo y Maury, comentar que Tobe Hooper intervino en esta producción con crédito de productor ejecutivo. Esto último era algo que ya había hecho en otros remakes o reboots de la franquicia. ‘Leatherface’ supuso su última participación en la saga. Recordemos que Hooper falleció un 26 de agosto de 2017.

En el reparto, los nombres más conocidos son los de Stephen Dorff y Lili Taylor. Ambos interpretan a dos personajes ciertamente desagradables. Dorff hace del Sheriff Hartman, un hombre que pierde totalmente la razón y el concepto de justicia cuando su hija es asesinada. Bien se puede decir que el shock que sufre Hartman al principio del film lo convierte ya para el resto del metraje en un villano. Por otro lado, Taylor interpreta a Verna Sawyer, la madre del clan de matarifes. Su interpretación hace a su personaje totalmente irritante a ojos del público. Verna es una mujer arisca, antipática, desagradable al máximo, furiosa y totalmente dominante y protectora con sus “cachorros”. Tan bien hace su trabajo la actriz que se hace difícil soportar a su personaje en pantalla…

El resto del casting se completa con un quinteto de jóvenes prácticamente debutantes todos ellos en un largometraje para “cines”. De este quinteto, los más repugnantes son la pareja formada por Jessica Madsen y James Bloor, que dan vida a una macabra réplica de Bonnie & Clyde. Otra pareja es la que forman Sam Strike y Sam Coleman como Jackson y Bud, dos amigos que se protegen mutuamente. Digamos que Jackson es el protector educado y noble, mientras que Bud es un chico voluminoso de gran fuerza y poco cerebro. Finalmente tenemos a Vanessa Grasse dándolo todo en su rol de Lizzy, una primeriza enfermera con buenas intenciones que es secuestrada por los cuatro anteriores al poco de entrar en Casa Gorman.

“Se ha metido con la familia equivocada” (Verna Sawyer)

En conclusión.
Termino esta crítica de Leatherface, una película que prometía contarnos la infancia y adolescencia de “cara de cuero” y, sin embargo, se queda en una sangrienta road-movie de persecuciones y secuestros. Como película violenta cumple con su cometido… pero como intento de exploración del origen del gigantesco matarife no cubre las expectativas deseadas.

Tráiler de Leatherface

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