Las mejores películas de la segunda guerra mundial
En 1939 Europa se vio sacudida nuevamente por una guerra mundial que traería miseria y destrucción. La pronta aparición de este nuevo conflicto llamó la atención de la industria del cine de forma casi inmediata, y al igual que sucediera anteriormente el cine se convirtió en un vehículo de propaganda idóneo, produciendo documentales que arengaban al pueblo a alistarse y defender su patria. El hecho de que la industria del cine estuviera tan avanzada en ese momento, unido a una evidente mejora en tareas de documentación, facilitó la proliferación de películas de la Segunda Guerra Mundial. Y aunque seguirían realizándose largometrajes inspirados en la Primera Guerra Mundial, a largo plazo este nuevo conflicto acabaría siendo la estrella de un género emergente que aún a día de hoy sigue inspirando a cineastas de todo el mundo. Así pues, y aprovechando el inminente estreno de ‘Corazones de acero’, haré con este monografíco un repaso a… Las mejores películas de la segunda guerra mundial.
Breve comentario introductorio.
Cuando estalló la Primera Guerra Mundial se carecía de los medios apropiados para documentarla adecuadamente, todo se reducía a meras fotografías y filmaciones de calidad insuficiente. La consecuencia directa es que el gran público apenas podía imaginar los horrores que estaban teniendo lugar en lugares como Verdun o el Somme y los directores de cine que empezaban a adentrarse en el género bélico no podían acceder a una documentación detallada. Esto cambió con la Segunda Guerra Mundial, cuando el acceso a gran cantidad de filmaciones del ejército y reportajes gráficos facilitó las cosas notablemente, y todo este material audiovisual se tradujo en una prolífica realización de películas. Al principio Inglaterra y Alemania dieron un uso práctico al medio y durante 1940 se dedicaron a realizar documentales con fines propagandísticos. Lógicamente no tardaron en aparecer las primeras películas comerciales ambientadas en la guerra, algunas desde el punto de vista más bélico y otras que buscaban una visión más romántica del conflicto. Hay que decir que el glamour que rodeó inicialmente este género se vio reforzado por el llamamiento a filas de estrellas de cine consolidadas como James Stewart o Clark Gable.
Durante décadas se han producido películas, series de televisión y documentales ambientados en este cruento episodio. Incluso se han abierto paso subgéneros como el del Holocausto, del que ya nos ocuparemos en otro monográfico. Así que debido a la ingente cantidad de largometrajes que ha inspirado esta guerra se hace especialmente difícil escoger unos pocos, de hecho es una tarea imposible porque hay decenas de buenas películas que merecen un lugar en nuestra memoria. Tampoco deseo hacer un simple ranking porque eso no dejaría de ser una opinión personal, y lo que me interesa mostrar es cómo ha ido evolucionando el género con el paso de los años, cómo se han ido abordando los distintos aspectos de la guerra y lo que supuso a nivel humano. Así que hagamos un recorrido por la historia del cine bélico y veamos qué podemos sacar en claro de este monográfico de La segunda guerra mundial en el cine.
1ª.-El triunfo de la voluntad.
Año: 1935.
Nacionalidad: Alemania.
Duración: 114 minutos.
Director: Leni Riefenstahl.
Guión: Leni Riefenstahl.
Actores: Adolf Hitler, Hermann Göring, Joseph Goebels y otros importantes nazis de la plana mayor.
Argumento:
Documental que muestra el desarrollo del congreso del Partido Nacionalsocialista en 1934 en Núremberg.
Comentario:
Antes de repasar las obras puramente comerciales creo imprescindible hacer esta mención al cine de propaganda mediante este documental encargado por Adolf Hitler que por méritos propios ha entrado en la historia. La encargada de realizar esta obra fue la artista y cineasta Leni Riefenstahl, que como la mayoría de alemanes se sintió cautivada por la figura del Führer. Mediante el uso de cámaras en movimiento, vistas aéreas y un ingenioso uso de la perspectiva consigue crear una pieza artística al servicio de la política en la que contemplamos desfiles militares y trozos de discursos con una música de fondo a base de marchas militares
La intención de este documental es clara y concisa, mostrar a Hitler como el nuevo Mesías que se presenta ante su pueblo para devolver a Alemania la gloria y poder perdidos, pero siempre sin olvidar la vertiente artística y el espectáculo visual. Además Hitler deseaba algo que movilizara y cautivara a toda la población que inicialmente no sentía interés alguno por la política. Por eso no es de extrañar que esta película fuera descrita como «hecha por nazis, para los nazis y sobre los nazis».
En resumen, un producto meramente propagandístico, el mejor de la historia me atrevo a decir, que muestra con gran talento el uso del cine puesto al servicio de la manipulación política.
2ª.-Destino Tokio.
Año: 1943.
Nacionalidad: USA.
Duración: 135 minutos.
Director: Delmer Daves.
Guión: Delmer Daves, Steve Fisher y Albert Maltz.
Actores: Cary Grant, John Garfield, Alan Hale, Dane Clark, Robert Hutton y John Ridgely.
Argumento:
El capitán Cassidy comanda un submarino norteamericano que se halla anclado en el puerto de San Francisco. De repente, en plena celebración de la Nochebuena, reciben la orden de partir inmediatamente sin un destino concreto. Ya en alta mar se les comunica que deben infiltrarse en la bahía de Tokio para establecer una estación de comunicaciones que permita bombardear Japón por primera vez.
Comentario:
En los primeros años del conflicto se notaba un nivel de patriotismo elevado en las producciones que salían de las factorías de Hollywood, y el fin propagandístico de las mismas era la tónica habitual. Pese a todo, esta película se mantiene bastante comedida para la época en que se estrenó, mitigando el tono de forma notable. En este caso estamos ante lo que serían los inicios de un subgénero dentro de las películas bélicas, el de submarinos. La historia se centra principalmente en la convivencia y tribulaciones de un grupo de combatientes que viajan a bordo de un submarino en pos de una peligrosa misión, pero en ningún momento se deja de lado la amenidad de la película. Eso permite que las más de dos horas de metraje se nos pasen volando sin darnos cuenta. Delmer Daves, que ya había demostrado su talento como guionista, se estrenaba como director con esta película. Y la verdad es que en todo momento orquesta con mano firme el conjunto de elementos que conforman la cinta, ayudado de un montaje magnífico y una composición de encuadres muy notable. Contó con la inestimable colaboración de Albert Maltz, que pese a tener entre manos una historia sencilla confeccionó un brillante guión, y con una fotografía de claroscuros que potencia el ambiente claustrofóbico del submarino.
El reparto es otro punto fuerte de la película. Aunque carecía de experiencia en papeles bélicos, Cary Grant resuelve con gran eficacia la labor de retratar al capitán del submarino, un hombre sereno que es capaz de transmitir la tranquilidad a sus hombres en los momentos más críticos. El resto de actores también contribuyen a crear ese ambiente de tensión que no decae en ningún momento y que nos acompaña hasta el final de la película. De todas formas es justo decir que dichos actores son sólo un mero vehículo para mostrar al auténtico protagonista de la historia: el heroísmo que subyace en toda guerra. En resumen, una película notable que sin duda ha resistido bien el paso del tiempo y que aún a día de hoy sigue siendo muy recomendable pese al tono patriotero de las obras de esta época.
3ª.-Tener y no tener.
Año: 1944.
Nacionalidad: USA.
Duración: 97 minutos.
Director: Howard Hawks.
Guión: Jules Furthman y William Faulkner.
Actores: Humphrey Bogart, Lauren Bacall, Walter Brennan, Dolores Moran y Hoagy Carmichael.
Argumento:
Harry Morgan se gana la vida en la isla de la Martinica alquilando su barco de recreo a turistas y pescadores. Pero al estallar la guerra en Europa verá peligrar su negocio y se verá obligado a aceptar una misión para la resistencia francesa.
Comentario:
Basada en una novela de Ernest Hemingway, esta película guarda cierta similitud con ‘Casablanca‘, un clásico del cine del que Howard Hawks quedó impresionado. Las similitudes entre ambas películas son enormes, por ejemplo aquí en vez de inmigrantes hay refugiados políticos y la acción se sitúa en la Martinica en vez del Norte de África. Pero Howard Hawks consiguió sacar petróleo de una historia que según el propio Hemingway era un montón de basura, tocando el tema de los héroes anónimos que luchan tras las filas enemigas.
Esta película supuso el debut en pantalla de una jovencísima Lauren Bacall, que al mes de rodaje ya había conseguido conquistar a Bogart. Fruto de ese romance surgiría una química entre ambos protagonistas que Howard Hawks quiso explotar al máximo modificando el guión con la ayuda de Jules Furthman y William Faulkner. El resultado fue espectacular, dando a la película una magia que no había tenido ‘Casablanca’ ni ninguna otra producción. Pero al margen de esto Hawks imprime su sello personal utilizando el concepto de la amistad como catalizador, algo que queda patente cuando su amigo en la ficción, un excelente Walter Brennan, es agredido motivando la implicación total de Harry Morgan. En resumen, una obra menor en la filmografía de Hawks que supuso el descubrimiento de una deslumbrante actriz y que nos ofrece una visión temprana del conflicto y las relaciones que se establecen bajo él.
4ª.-Objetivo Birmania.
Año: 1945.
Nacionalidad: USA.
Duración: 186 minutos.
Director: Raoul Walsh.
Guión: Ranald McDougall y Lester Cole.
Actores: Errol Flynn, James Brown, William Prince, George Tobias, Henry Hull y Warner Anderson.
Argumento:
Un oficial del ejército norteamericano y su equipo destinados en el Pacífico reciben la misión de destruir un radar japonés situado en Birmania. Para ello deberán saltar en paracaídas sobre territorio enemigo y una vez destruido el radar, escapar a bordo de aviones norteamericanos. Pero las cosas se complicarán más de lo esperado.
Comentario:
A medida que la guerra con los japoneses se iba recrudeciendo, muchos cineastas decidieron trasladar la acción de sus películas a las lejanas islas del Pacífico. Esta obra es un perfecto alegato a la supervivencia y el valor, al mismo tiempo que deshumaniza completamente a los japoneses, algo muy típico en las películas de los años cuarenta. No obstante Raoul Walsh consiguió ofrecer un espectáculo de puro entretenimiento a partir de una premisa que bien podría haber acabado siendo un producto propagandista del montón. Ya no sólo retratando la tensión y el lento pasar de los días para los soldados, sino incluso creando unos escenarios agobiantes. El resultado es francamente bueno, más teniendo en cuenta que dichos escenarios fueron rodados en un jardín botánico y en interiores plagados de plantas artificiales que dan el pego perfectamente. Añadir que pese a estar rodada en blanco y negro, el trabajo de fotografía es excelente a la hora de aprovechar los matices de grises y las sombras.
El actor escogido para liderar el proyecto fue un Errol Flynn pletórico que además de esta película rodaría seis más a las órdenes de Walsh. El resto del reparto consigue unos resultados más que correctos transmitiéndonos la angustia y la desesperación de unos hombres atrapados en la selva. Y es que esta película no ofrece otra cosa que hazañas bélicas en estado puro, aderezadas con el sentimiento de sacrificio de unos hombres que luchan lejos de su hogar. En resumen, una magnífica película bélica que sirvió de inspiración para tantas otras y que es imprescindible para cualquier amante del género.
5ª.-Rommel, el zorro del desierto.
Año: 1951.
Nacionalidad: USA.
Duración: 85 minutos.
Director: Henry Hathaway.
Guión: Nunnally Johnson y Desmond Young.
Actores: James Mason, Cedric Hardwicke, Jessica Tandy, Luther Adler, Everett Sloane y Leo G. Carrol.
Argumento:
Año 1942, las fuerzas británicas están a las puertas de El Alamein y el Mariscal Erwin Rommel ordena la retirada de sus fuerzas a pesar de la consigna de Hitler de luchar hasta la muerte. Una vez relevado de su cargo, Rommel vuelve a Alemania para hacerse cargo de la defensa costera en vistas a una posible invasión aliada. Será entonces cuando su deber de soldado entre en pugna con su deseo de hacer lo mejor para la salvación de Alemania.
Comentario:
Si alguna vez ha habido un militar alemán respetado por el bando aliado, ese es sin duda Erwin Rommel. Así que era lógico que tarde o temprano alguien se decidiera a hacer un biopic sobre él. De hecho este fue el primero que se hacía de un personaje de la segunda guerra mundial, aunque le seguirían otros, incluyendo una secuela llamada ‘Ratas del desierto’ donde James Mason se vería acompañado por Richar Burton. No obstante esta biografía de apenas hora y media sólo se centra en los últimos años de vida del mariscal y pasa por alto el resto, incluyendo su relación con ciertos miembros del Reich. Y es que el guión de la película está basado en la biografía del estratega alemán escrita por Desmond Young, que durante la guerra fue capturado por los soldados de Rommel. Fruto de ese libro nació una visión un tanto idealizada de Rommel en la que el desengaño del mariscal alemán hacia el régimen nazi se exagera un pelo.
Basado en eso, Henry Hathaway retrata al régimen nazi de una forma bastante informal, cercana a lo que sería una típica película de cine negro. Y como era costumbre en muchas películas de la época se ayuda de grabaciones reales para otorgar más realismo. Qué duda cabe que si hay un pilar sobre el que descansa esta cinta es James Mason, que realiza una labor impecable interpretando al legendario mariscal de campo desilusionado con Hitler y su nefasta política de guerra. Y junto a él unos correctos secundarios que completan una película notable que es perfecta para echar un primer vistazo a la vida de este legendario militar.
6ª.-El puente sobre el río Kwai.
Año: 1957.
Nacionalidad: USA.
Duración: 156 minutos.
Director: David Lean.
Guión: Carl Foreman y Michael Wilson, basado en una novela de Pierre Boulle.
Actores: Alec Guiness, Jack Hawkins, James Donald, Sessue Hayakawa y William Holden.
Argumento:
La acción se sitúa en Siam, donde cientos de prisioneros de guerra británicos están trabajando en una línea de ferrocarril. Es entonces cuando surge una fuerte discusión entre el coronel japonés Saito y el británico Nicholson, que no está dispuesto a que sus oficiales construyan un puente sobre el río Kwai. Pero el cruel trato que reciben por parte de Saito les obliga a claudicar, y el coronel Nicholson acaba tomándose la construcción del puente como un intento de elevar la moral de sus hombres. Mientras todo eso sucede, el Estado Mayor británico da la orden a un comando especial para que vuele el puente.
Comentario:
¿Quién no ha silbado alguna vez la pegadiza ‘Marcha del coronel Bogey’? Y es que esta película y su conocida banda sonora son ya un auténtico clásico no sólo del cine bélico sino de la historia del cine. El guión está basado en una novela escrita por Pierre Boulle, que curiosamente constó en los créditos como guionista porque Foreman y Wilson estaban en la famosa «lista negra». Digamos además que Boulle encajó con gran malestar las modificaciones que se hicieron respecto a su obra original. La trama no se centra ni mucho menos en la acción, sino en el enfrentamiento entre Saito y Nicholson, centrado en la testarudez del militar japonés y el orgullo del oficial británico. Esto queda plasmado con mano firme por un magnífico David Lean que retrata con gran complejidad psicológica y fino humor la lucha entre ambos bandos, no sólo como soldados sino como culturas totalmente opuestas. Además Lean no reparó en gastos, todo lo que vuela por los aires está construido a escala real.
La película consiguió llevarse siete Oscars, entre ellos el de mejor película y mejor actor. Y es que Alec Guiness lo dio todo en este papel, arropado por unos secundarios de lujo que realizan un magnífico trabajo. El mensaje de la película siempre ha sido algo ambiguo, pero en mi opinión es un alegato contra la locura que supone una guerra. Podemos concluir que con esta película y con ‘Lawrence de Arabia’ David Lean llegó a las cotas más altas de su carrera.
7ª.-Los cañones de Navarone.
Año: 1961.
Nacionalidad: USA.
Duración: 158 minutos.
Director: J. Lee Thompson.
Guión: Carl Foreman basado en una novela de Alistair MacLean.
Actores: Gregory Peck, David Niven, Anthony Quinn, Atanley Baker, Anthony Quayle, Irene Papas, James Darren y Richard Harris.
Argumento:
La guerra está en su máximo apogeo y el mar Mediterráneo se encuentra fuertemente controlado por el ejército alemán. En la pequeña isla de Keros se encuentran atrapados más de dos mil soldados aliados que si no son rescatados a tiempo caerán bajo el fuego enemigo. Desgraciadamente el acceso a través del Mar Egeo es imposible debido a dos colosales cañones que están ubicados en la cercana isla de Navarone. Con el objetivo de destruirlos y permitir el paso a una flota de rescate seis comandos aliados serán enviados en una peligrosa misión.
Comentario:
A partir de los años cincuenta el cine bélico de acción ya estaba consolidado, y sin duda una de las mejores muestras es esta película de J. Lee thompson, que siguiendo el estilo de Cecil B. DeMille se centra en el melodrama por encima de otros aspectos.
El guión escrito por Carl Foreman se sustenta básicamente en una historia sencilla pero sumamente entretenida y en un reparto de lujo. Primero tenemos dos personajes principales que aportan una gran dimensión heroica. Por una parte el intrépido y lacónico escalador interpretado por Gregory Peck y por la otra un correctísimo Anthony Quinn en la piel de un rudo oficial del ejército griego. Un buen puñado de secundarios completan el grupo, con mención especial para un David Niven en estado de gracia.
La película no pretende otra cosa que ofrecer diversión, y para ello emplea dos recursos tan antiguos como efectivos: la acción y el heroísmo de los protagonistas. Suficiente para todos aquellos que buscan pasar un rato lo más entretenido posible. Desde un naufragio que pone en juego la vida de los hombres hasta una peligrosa escalada, no creo que las más de dos horas de metraje se hagan largas para nadie, Thompson imprime un ritmo correcto a la película y mantiene la tensión hasta el final. La única pega que se le puede encontrar es que no ahonde un poco más en los problemas y dramas personales de los protagonistas. El éxito en taquilla fue considerable, y aunque al principio no se planteó una secuela, años más tarde se estrenaría ‘Fuerza 10 de Navarone’ con Harrison Ford y Robert Shaw.
8ª.-La gran evasión.
Año: 1963.
Nacionalidad: USA.
Duración: 168 minutos.
Director: John Sturges.
Guión: James Clavell y W.R. Burnett, basado en un libro de Paul Brickhill.
Actores: Steve McQueen, James Garner, Charles Bronson, Richard Attenborough, James Coburn, Donald Pleasence, James Donald, David McCallum y Gordon Jackson.
Argumento:
Un oficial que se encuentra prisionero en un campo de concentración nazi, pretende organizar una gran evasión en la que se verán implicados doscientos cincuenta presos. Para llevar a cabo su plan, y mediante la colaboración de diversos especialistas en fugas, comienzan la excavación de un túnel que los habrá de llevar fuera del campo.
Comentario:
Dentro del género bélico relativo a la segunda guerra mundial, apenas nadie había explotado los relatos de prisioneros de guerra. Basándose en hechos reales, John Sturges presentó una película que sería inspiración para muchas otras posteriores y se acabaría convirtiendo en un clásico de la historia del cine. Teniendo en cuenta que estamos ante una cinta puramente comercial no debemos esperar encontrar un trato excesivamente realista de lo que debía ser un campo de prisioneros nazi. Más bien al contrario, hay una clara idealización en lo relativo a los soldados alemanes y especialmente el comandante del campo. Ello propicia que aunque el tono narrativo sea dramático se nos olvide fácilmente dónde están encerrados los aliados. Sturges dirige con solidez, aplicando un ritmo que en ningún momento decrece y consigue mantener la tensión a lo largo de las casi tres horas que dura. Todo acompañado por una banda sonora excelente compuesta por Elmer Bernstein y un reparto de lujo que consigue que nos involucremos emocionalmente con los personajes.
Lógicamente uno de los platos fuertes de esta película fue la presencia de Steve McQueen, la superestrella del momento. Él y el resto de actores consiguen que nos convirtamos en uno más de los presos, viviendo minuto a minuto los problemas y vicisitudes que se presentan ante ellos. Y es que en esta ocasión vemos una clara evolución en la forma de dibujar a los personajes, empezando a mostrarlos como personas anónimas que viven atrapadas con el único instinto de huir de sus captores. Es una película que pese a pertenecer al género bélico navega entre lo que sería una obra de suspense y un drama carcelario, además de poseer una vertiente más cómica personificada sobretodo en el personaje de McQueen. Sin duda tiene sus fallos, sobretodo en lo que se refiere al guión, pero aunque no sea una de las mejores películas bélicas de la historia creo que es un ejemplo idóneo de lo que fueron los inicios del cine puramente comercial. Y sobretodo una muestra de que para entretener al público y mantenerlo pegado al asiento basta con una historia interesante, unos buenos actores y el talento de un gran director.
9ª.-Doce del patíbulo.
Año: 1967.
Nacionalidad: USA y Reino Unido.
Duración: 145 minutos.
Director: Robert Aldrich.
Guión: Nunnally Johnson y Lukas Heller.
Actores: Lee Marvin, Charles Bronson, John Cassavetes, Telly Savalas, Donald Sutherlandm, Ernest Borgnine, Robert Ryan, George Kennedy, Richard Jaeckel, Jim Brown y Clint Walker.
Argumento:
Año 1944. El mayor Reisman, un experto en la lucha de guerrillas y el sabotaje, recibe la orden de realizar una misión casi suicida tras las líneas enemigas. Para ello deberá reclutar a sus hombres de entre un montón de presos militares condenados a muerte. Tras un duro entrenamiento y con la promesa de que sus penas serán conmutadas si tienen éxito, los soldados parten hacia su destino dispuestos a cumplir la misión o morir en el intento.
Comentario:
Tras muchos años mostrando el lado heroico y glorioso de la guerra, entró en escena esta película, que muy probablemente fuera de las primeras en mostrar el lado oscuro del conflicto. Y es que el mensaje de ‘Doce del patíbulo‘ se sale de lo visto hasta el momento, insinuando que los mejores soldados son en ocasiones los que la sociedad ha desechado e incluso sociópatas que han violado y matado. Una forma más de decirnos que la guerra no es un acto civilizado y no hay lugar para las buenas formas en el campo de batalla. Pero también es una muy buena película de acción que tras tantos años sigue siendo recordada por sus coreografiadas secuencias y por su guión. Un guión sencillo pero sumamente efectista que serviría de inspiración en obras posteriores.
El reparto es uno de los puntos fuertes, ya que reune a algunas de las mayores estrellas del cine de acción de los sesenta. Y no creo exagerado decir que, salvando las distancias, Lee Marvin fue el Sylvester Stallone de su tiempo. Hay que decir que la primera opción para la productora fue John Wayne, pero finalmente el papel recayó sobre Lee Marvin, que estaba en la cresta de la ola tras haber ganado el Oscar un año antes, y que convierte en todo un icono al mayor Reisman. El resto de los actores están soberbios, desde un Charles Bronson duro como el granito hasta un excelente John Cassavetes que borda el papel de rebelde indisciplinado, pasando por un Telly Savalas histriónico. Y es precisamente el peculiar carácter de Reisman el que consigue unir a un equipo tan dispar.
Es importante destacar que por primera vez en una producción se muestra que las atrocidades se cometieron en ambos bandos. Y de hecho la misión comandada por Reisman acaba siendo una brutal carnicería a sangre fría en vez de un acto heróico. Quizas no fuera intención de Aldrich comunicar este mensaje, pero para todos aquellos que quieran tomarse su tiempo hay mucho que excarvar en esta magnífica película.
10ª.-Infierno en el pacífico.
Año: 1968.
Nacionalidad: USA.
Duración: 103 minutos.
Director: John Boorman.
Guión: Alexander Jacobs y Eric Bercovitch.
Actores: Lee Marvin y Toshiro Mifune.
Argumento:
Durante la Segunda Guerra Mundial un soldado norteamericano entra en combate y acaba en una pequeña isla deshabitada en medio del Océano Pacífico. Pero no estará solo, un soldado japonés se encuentra allí atrapado en su misma situación.
Comentario:
Una de las preguntas que subyacen tras un conflicto bélico es la hipotética relación que se podría establecer entre dos soldados de distinto bando obligados a colaborar para poder sobrevivir. Todos recordamos aquella entretenida cinta de acción y sci-fi protagonizada por Dennis Quaid que se tituló ‘Enemigo mío’, pero John Boorman ya se había adelantado contando la historia de un soldado japonés y otro norteamericano condenados a entenderse. Una película donde la acción queda reducida a la mínima expresión para dejar paso a una profunda reflexión acerca de las reacciones humanas ante la guerra, cuando la supervivencia es lo único que importa. Al principio la convivencia viene marcada por una profunda y natural hostilidad, pero llegados a cierto punto ambos hombres deberán entender que juntos tienen más posibilidades de sobrevivir.
Lee Marvin y Toshiro Mifune habían participado activamente en la Segunda Guerra Mundial, el primero en el cuerpo de marines y el segundo en la fuerza aérea nipona. Con ellos como únicos actores John Boorman consigue dar una visión muy aproximada de la frustración que puede sentirse ante los problemas de comunicación, algo que se potencia intencionadamente al no subtitular las líneas de diálogo en japonés. Estamos hablando de un trabajo interpretativo muy físico, más centrado en la expresión corporal y las miradas que en las propias palabras. Y todo filmado en unas islas paradisíacas que mejoran un trabajo de fotografía ya de por sí muy correcto. Como digo, no es una película de acción, pero proporciona una visión sumamente interesante de cómo los enemigos más acérrimos pueden unirse e incluso trabar una profunda amistad.
11ª.-Tora, Tora, Tora.
Año: 1970.
Nacionalidad: USA-Japón.
Duración: 144 minutos.
Director: Richard Fleischer, Kinji Fukasaku y Toshio Masuda.
Guión: Ladislas Farago, Gordon Prange, Larry Forrester, Akira Kurosawa y otros.
Actores: Martin Balsam, Joseph Cotten, E.G. Marchall, Tatsuya Mihashi, James Whitmore, So Yanamura y Jason Robards.
Argumento:
El 7 de Diciembre de 1941 el ejército japonés lanza un ataque sorpresa sobre la base naval de Pearl Harbor. De manera meticulosa se narran los hechos que precedieron dicho ataque, tanto desde el punto de vista norteamericano como japonés.
Comentario:
Por primera vez estamos ante una producción que trataba de aportar luz a un hecho histórico rodeado de sombras. En esta ocasión no se buscó dar la habitual visión aliada, sino que se prefirió mostrar los hechos desde ambos bandos y con la máxima imparcialidad posible. Para ello no se escatimó en gastos y la labor de documentación fue bastante exhaustiva teniendo en cuenta la complejidad de este episodio histórico. Además el equipo de dirección se separó de forma que cada director podía rodar en su país las escenas correspondientes antes de realizar el montaje final.
La película cuenta con una trama y un ritmo sensacional que nos mantienen pegados al asiento y que se apoya en un sencillo pero sólido trabajo interpretativo. En ningún momento se intenta maquillar la realidad, sino que se muestra con gran sentido crítico los fallos de la diplomacia norteamericana, el escepticismo militar de la época y las ansias de expansionismo del imperio japonés. Sólo por este intento de mostrar los hechos de forma objetiva ya merece un lugar en la historia del cine bélico. Pese a todo si de algo peca esta película es de un excesivo carácter documental, algo que en algunos momentos se traduce en una sensación de frialdad y apatía ante lo que se nos está explicando. En fin, con total seguridad podemos decir que es la mejor película que se ha hecho acerca de ese ataque que pasó a la historia como «el día de la infamia». Y por supuesto está a años luz por delante de esa otra película que nos ofreció Michael Bay en 2001 y que prefiero no nombrar.
12ª.-La cruz de hierro.
Año: 1977.
Nacionalidad: USA-Alemania.
Duración: 132 minutos.
Director: Sam Peckinpah.
Guión: Julius Epstein, James Hamilton y Walter Kelley.
Actores: James Coburn, Maximilian Schell, James Mason, David Warner y Klaus Löwitsch.
Argumento:
Invierno de 1943, el ejército alemán inicia su retirada de Rusia tras el desastre de Stalingrado. Pero hasta el frente llega un oficial prusiano dispuesto a ganar la Cruz de Hierro a costa de la vida de sus hombres. En el camino tropezará con el pelotón de Steiner, un condecorado sargento alemán que desprecia la guerra y no soporta el ansia de gloria en la batalla.
Comentario:
En su momento Orson Welles dijo que esta era la mejor película antibelicista que jamás había visto. Yo no creo que llegue a tanto, pero de lo que no hay duda es de que estamos ante una de las mejoras obras de Sam Peckinpah. Filmada con su estilo peculiar y frenético, con cámara lenta y violencia extrema. Una película que pese a contar con un presupuesto no muy alto salió adelante precisamente por el talento de su director.
En este caso se muestra el conflicto desde el punto de vista alemán, algo que posiblemente no gustara demasiado y motivó que hubiera que buscar productores independientes. En cualquier caso el habitual tono crepuscular de los westerns de Peckinpah se traslada a esta película mostrando un realismo que hasta entonces no se había visto, abordando con crudeza las luchas, la muerte e incluso la temática sexual.
A pesar de que la trama muestra algunas incoherencias e inexactitudes, la labor interpretativa es uno de los puntos fuertes. James Coburn y Maximilian Schell personifican con solidez a dos militares que son a todos los efectos las dos caras de una misma moneda. También es importantísimo destacar que se nos muestra a los alemanes como personas normales, con sus miedos y frustraciones, sin llegar al heroísmo pero tampoco cayendo en los tópicos de siempre. Es una lástima que el presupuesto de la película se resintiera por los problemas de producción, algo que se nota especialmente en ciertos momentos del metraje, pero cualquier amante del cine bélico quedará más que satisfecho con esta película.
13ª.-El submarino.
Año: 1981.
Nacionalidad: Alemania.
Duración: 293 minutos.
Director: Wolfgang Pertersen.
Guión: Wolfgang Petersen, basado en la novela de Lothar-Gunther Buchheim.
Actores: Jürgen Prochnov, Erwin Leder, Uwe Ochsenknecht, Bernd Tauber, Heinz Hoenig y Herbert Grönemeyer.
Argumento:
En 1942, en plena Batalla del Atlántico, un submarino alemán parte del puerto francés de La Rochelle con la misión de hundir la mayor cantidad de navíos mercantes británicos posible. Desgraciadamente para ellos, los convoyes ingleses están mejor protegidos que nunca y la tarea de los submarinistas alemanes resulta cada vez más difícil y arriesgada. A medida que transcurra la misión, la tripulación se verá sometida a toda clase de presiones que la pondrán a prueba.
Comentario:
Considerada con justicia como el buque insignia del subgénero de submarinos, esta película alemana describe con un realismo nunca antes visto las vicisitudes y peligros que se vivían a bordo de un submarino alemán durante la segunda guerra mundial. Las cifras hablan por sí solas, ya que de los casi 40.000 soldados alemanes que prestaron servicio en submarinos, apenas unos pocos miles regresaron. Partiendo de semejante realidad, y con un tono más que crítico con el régimen nazi, Petersen consiguió ofrecer una película vibrante que fue un éxito de taquilla no sólo en Alemania sino también en el resto del mundo.
La historia está basada en un libro de Lothar-Günther Buchheim, que fue corresponsal de guerra del Ministerio de Propaganda del Reich a bordo de un submarino. No obstante Petersen se toma una serie de libertades a la hora de retratar a una oficialidad alemana que dista mucho de ser realista, ya que al contrario de lo que se nos quiere contar, en los años en que transcurre la trama el sentimiento alemán era favorable al gobierno de Hitler. Digamos que es una clara manipulación de la historia en un intento de criticar el nazismo a través de unos oficiales alemanes demasiado rebeldes.
El trabajo interpretativo es correcto, con un Jürgen Prochnov en lo mejor de su carrera y unos secundarios que consiguen transmitirnos la angustia y la tensión que se mascaba en un submarino. Hay que decir que la fuerza de esta película radica en el aspecto humano y no en la acción, algo que puede gustar a unos y desagradar a otros teniendo en cuenta el largo metraje.
En resumen, una película que si no es una obra maestra poco le falta. Supuso un punto de inflexión en lo que al género de submarinos se refiere, y al igual que ocurre con otras grandes películas significó un antes y un después.
14ª.-Adiós, muchachos.
Año: 1987.
Nacionalidad: Francia.
Duración: 104 minutos.
Director: Louis Malle.
Guión: Louis Malle.
Actores: Gaspard Manesse, Raphael Fetjo, Francine Racette, Stanislas Carré de Malberg, Philippe Morier-Genoud, Irène Jacob, François Negret y Xavier Legrand.
Argumento:
Durante la ocupación alemana en Francia, en un colegio interno para chicos dirigido por religiosos católicos, Julián, un muchacho de trece años, queda impresionado por la personalidad de Bonnet, un nuevo compañero que ingresa en el colegio.
Comentario:
Louis Malle ya había tocado el tema de la segunda guerra mundial en una película que hizo en 1974, ‘Lacombe Lucien’. En aquel caso abordó el espinoso tema del colaboracionismo con los nazis durante la guerra con mano firme y sin tapujos. Y en esta ocasión prefirió retratar el lado más amable del pueblo francés, centrado en la figura de los ciudadanos que se opusieron a la deportación de judíos franceses. El motor de esta obra es la relación entre dos niños de orígenes muy dispares que poco a poco van consolidando una profunda amistad. En ese largo camino no faltan las desconfianzas y las traiciones, pero al final Malle nos ofrece una visión donde la sensibilidad juega un papel muy importante para entender cómo este conflicto afectó a las inocentes mentes de los niños.
El trabajo de dirección es sobrio, llevado con la elegancia acostumbrada de Malle y con un ritmo pausado. Hay quien opina que los trabajos que había realizado el director anteriormente eran une especie de preparación para acometer este proyecto.
Los actores interpretan con naturalidad y cierto sentido del humor, pero en realidad lo importante en esta película es la forma de mostrar, a través de la visión de estos niños, que la xenofobia y el maltrato que sufrieron los judíos en aquellos tiempos era una sinrazón más originada por la guerra. Al principio los dos niños sobre los que gira la historia no conectan, son adversarios en un microcosmos donde las travesuras y los méritos escolares son lo importante. Y sólo cuando llega el final somos plenamente conscientes de adónde nos ha querido llevar Louis Malle con esta película.
15ª.-La tumba de las luciérnagas.
Año: 1988.
Nacionalidad: Japón.
Duración: 88 minutos.
Director: Isao Takahata.
Guión: Isao Takahata, basado en la novela escrita por Akiyuki Nosaka.
Actores: Tsutomu Tatumi, Ayano Shiraishi, Yoshiko Shinohara y Akemi Yamaguchi.
Argumento:
El joven Seita y su pequeña hermana Setsuko son hijos de un oficial de la marina japonesa. Durante la Segunda Guerra Mundial, ambos viven con su madre, pero un día, en un bombardeo, ellos se retrasan y no consiguen llegar al bunker donde ella los espera. Después del bombardeo los dos hermanos buscan a su madre, y Seita la encuentra muy malherida en la escuela que ha sido convertida en un hospital de urgencia. Poco después la madre muere, y ambos vagarán sin casa y sin rumbo en una época donde la comida y la ayuda escasean.
Comentario:
Con el auge del anime en la década de los ochenta se abrió la puerta a que la guerra que asoló Japón en los años cuarenta pudiera mostrarse en toda su crudeza a través de la animación. El encargo recayó sobre el ya famoso Studio Ghibli, y con ‘La tumba de las luciérnagas’ se demostró que para contar historias sensibles y dramas humanos no era necesario recurrir al cine convencional. Para dirigirla se contó con Isao Takahata, que ya había realizado obras tan populares como ‘Heidi’ o ‘Marco’.
Esta película poco tiene que ver con otras obras más actuales de Studio Ghibli, aquí el realismo con el que se retrata el Japón en ruinas de 1945 es estremecedor y no deja lugar a dudas acerca de la crueldad de la guerra y sobre todo del hecho de que al final son los más inocentes los que pagan.
Esta película es una muestra perfecta de cómo el cine de animación puede llegar a contar las historias humanas más diversas, mediante un relato desesperanzador y triste pero que en ciertos momentos guarda sitio para situaciones más tiernas y sensibles. La técnica de animación empleada, si bien más rudimentaria que la actual, es más que suficiente para contar las desventuras de estos dos pobres hermanos que han de sobrevivir en una ciudad de Kobe recién bombardeada. La verdad, nadie debería perderse esta película ni lo que consigue transmitirnos. Absolutamente nadie.
16ª.-Stalingrado.
Año: 1993.
Nacionalidad: Alemania-Suecia.
Duración: 135 minutos.
Director: Joseph Vilsmaier.
Guión: Johannes Heide, Jürgen Büsche y Joseph Vilsmaier.
Actores: Dominique Horwitz, Thomas Kretschmann, Jochen Nickel, Dana Vavrova y Martin Benrath.
Argumento:
Riviera italiana, finales de 1942. Un grupo de soldados alemanes recién llegados de la batalla del Alamein disfrutan de unos días de descanso antes de ser enviados al frente ruso. Allí combatirán en la batalla que se convertirá en la más sangrienta y cruel de la Segunda Guerra Mundial.
Comentario:
Hay películas que ponen la trama al servicio de la sangre y la violencia, de hecho suele ser lo más fácil, pero en este caso nos encontramos justamente ante lo contrario. Stalingrado fue probablemente la más sangrienta y dura batalla acontecida en la Segunda Guerra Mundial. Y en esta película se emplea la violencia y el desastre que se desataron durante aquel fatídico episodio como vehículo de un fuerte alegato contra la guerra.
Joseph Vilsmaier retrata con gran fidelidad histórica lo acontecido durante aquellos interminables días, en este caso de la mano de un grupo de soldados alemanes que acaban derrumbándose ante los horrores que allí encuentran. Las secuencias de lucha son extremadamente realistas, rodadas con pulso firme y manteniendo la tensión a lo largo de todo el metraje, pero siempre sin olvidar el propósito al que sirven.
El mensaje es claro y directo: la guerra posee un poder destructivo no sólo físico sino también psicológico. Esto queda patente en el tratamiento que reciben los personajes, sobretodo el joven teniente que poco a poco va sustituyendo su patriotismo por un sentimiento de repulsa ante el trato inhumano que reciben los prisioneros rusos. La guerra poco a poco va minando los ánimos de los combatientes hasta que el instinto más animal, el de la supervivencia, sale a flote con toda su crudeza. Aunque los actores realizan una labor muy correcta, no es eso lo importante de la película. Estamos ante un retrato de cómo el ser humano puede perderse a si mismo, cómo se quebranta su espíritu y acaba convertido en poco más que un animal.
17ª.-Salvar al soldado Ryan.
Año: 1998.
Nacionalidad: USA.
Duración: 171 minutos.
Director: Steven Spielberg.
Guión: Robert Rodat.
Actores: Tom Hanks, Tom Sizemore, Edward Burns, Barry Pepper, Adam Goldberg, Vin Diesel, Matt Damon, Ted Danson, Giovanni Ribisi, Jeremy Davies, Paul Giamatti y Dennis Farina.
Argumento:
Francia, 6 de junio de 1944. Tras haber participado en el sangriento desembarco de Playa Omaha, el capitán John Miller y sus hombres son enviados en una misión de rescate. Atravesando territorio hostil, deberán adentrarse en suelo francés para localizar al soldado James Ryan y traerlo de vuelta, evitando así que el último de una familia de cuatro hermanos muera en combate. Al principio parece una misión sencilla, pero localizar a Ryan acabará convirtiéndose en una pesadilla.
Comentario:
Con esta película Steven Spielberg marcó un antes y un después en el género bélico. No tanto en el mensaje o en la forma de narrar el conflicto, sino en la crudeza con que se habían mostrado hasta entonces los combates. Esta sería la tercera película del cineasta ambientada en la segunda guerra mundial, tras haber realizado ‘El imperio del sol’ y ‘La lista de Schindler’.
Los primeros 20 minutos de la película narran de forma hiperrealista el desembarco en la playa de Omaha por parte de los aliados. La dureza de las imágenes nos sacude en la butaca, porque por un momento somos conscientes del infierno que se debió desatar en aquellas playas. También sirve como medio de presentación para conocer a los personajes que nos acompañarán durante la película. A partir de ahí la historia cambia drásticamente de tono y Spielberg nos presenta un tour por suelo francés en busca de un soldado perdido. No banaliza lo que es la guerra, pero la épica con que queda impregnada la trama hace que todo quede reducido a una aventura bélica muy entretenida. Quizás conscientes de esto y buscando profundizar más, se decidieron a rodar para la televisión esa fantástica serie que es ‘Hermanos de sangre’.
Aunque no es la mejor película de Spielberg ni la más arriesgada, el trabajo de dirección es sólido, con un buen ritmo que consigue que las más de dos horas y media se nos pasen relativamente rápido. Y el trabajo de los actores es correcto, especialmente el de Tom Hanks. Representan a un grupo de hombres en un escenario atroz, en una misión que para ellos (y para nosotros) es absurda. Y es que aquí cabría hablar de la manipulación, cuando una obra acaba convertida en vehículo para al patriotismo. Es evidente que Spielberg quería quedar bien con todo el mundo, sobre todo con las instituciones norteamericanas, y desgraciadamente la película se resiente de ello. El tono excesivamente patriotero acaba pasando factura, y es entonces cuando vemos que ese Spielberg que sabe incomodar como nadie con películas como ‘Munich’ prefirió limitarse a entretenernos. No obstante, sólo por esos bestiales primeros veinte minutos ya merece la pena echarle un ojo a esta cinta.
18ª.-Enemigo a las puertas.
Año: 2001.
Nacionalidad: Francia.
Duración: 133 minutos.
Director: Jean-Jacques Annaud.
Guión: Alain Godard y Jean-Jacques Annaud.
Actores: Jude Law, Joseph Fiennes, Rachel Weisz, Ed Harris, Bob Hoskins, Ron Perlman, Eva Mattes, Gabriel Thomson, Matthias Habich, Sophie Rois y Ivan Shvedoff.
Argumento:
Durante la batalla de Stalingrado el modesto y reservado Vassili Zaitsev empieza a destacar como francotirador del ejército rojo. Danilov, un oficial de propaganda soviética, se da cuenta del enorme poder moralizante que puede tener este joven para las tropas y decide alzarlo como un héroe nacional. Poco a poco Zaitsev irá eliminando a los oficiales alemanes que están destinados en la ciudad, llegando a convertirse en una leyenda para sus compatriotas y en una pesadilla para los nazis. Será entonces cuando el alto mando alemán envíe a su mejor francotirador, el mayor König, con la orden de eliminarlo a toda costa. Mientras la sangrienta batalla prosigue a su alrededor, estos dos hombres acabarán librando una guerra particular al final de la cual sólo uno quedará en pie.
Comentario:
Esta película está basada en un libro de William Craig titulado ‘La batalla por Stalingrado’, en cuya trama se incluye un supuesto duelo entre dos francotiradores. La historia real es algo diferente, de hecho es muy probable que este duelo no tuviera lugar, pero la propaganda stalinista necesitaba a un héroe y qué mejor forma de presentarlo que como verdugo de un gran francotirador alemán. En fin, pese a las licencias que podamos encontrar, la película adapta de forma efectista el típico duelo entre pistoleros que podemos ver en un sinfín de westerns. También nos muestra cómo funcionaban los engranajes de la propaganda soviética y de qué forma se encumbraba a los héroes de la patria cuando era necesario. El trabajo de documentación es riguroso, algo que se refleja en la ambientación de los escenarios, en el vestuario e incluso en el armamento.
Los primeros minutos de la película muestran un espectacular bombardeo que bebe directamente de ‘Salvar al soldado Ryan‘ en cuanto a efectismo y brutalidad se refiere. Jean-Jacques Annaud decidió centrar la cámara sobre la figura del joven francotirador ruso, interpretado por un magnífico Jude Law, mostrando su heroísmo desde dos prismas bien distintos. Por una parte el abuso de las autoridades políticas soviéticas, que sólo apostaban por dicho heroísmo si a cambio sacaban un rendimiento político. Y por otro lado la figura del héroe humilde y popular que insufla la esperanza y el valor en unas tropas que se jugaban la vida constantemente. En el lado opuesto se encuentra un soberbio Ed Harris que adquiere cada vez mayor relevancia a medida que el duelo final se acerca. Es en ese momento cuando la influencia de los westerns clásicos brilla con más intensidad ofreciendo un clímax de tintes épicos. Y paralelamente tenemos un segundo duelo, en este caso emocional, que gira alrededor de la figura de Rachel Weisz. El reparto es de lujo, con unos espléndidos secundarios que amenazan con robar el protagonismo en cada escena. En resumen, una obra muy notable que difícilmente decepcionará a nadie.
19ª.-El hundimiento.
Año: 2004.
Nacionalidad: Alemania.
Duración: 155 minutos.
Director: Oliver Hirschbiegel.
Guión: Bernd Eichinger, basado en un libro de Joaquim Fest.
Actores: Bruno Ganz, Alexandre Maria Lara, Corinna Harfouch, Ulrich Matthes, Juliane Köhler, Heino Ferch, Christian Berkel, Matthias Habich y Thomas Kretschmann.
Argumento:
Berlín, abril de 1945. Las tropas rusas ultiman el cerco final a la ciudad, mientras Hitler y el alto mando se atrincheran en el búnker de la cancillería para dirigir los últimos intentos de resistencia. A medida que las horas pasan y la caída del Reich se ve más inminente, el Führer y el personal del búnker afrontarán sus últimas horas con determinación.
Comentario:
A pesar de la cantidad de películas realizadas, nadie antes había decidido centrar la atención en las últimas horas de Adolf Hitler. Como base se utilizaron dos libros, uno del célebre historiador Joaquim Fest y otro que relata las memorias de Traudl Junge, la secretaria personal de Hitler. Oliver Hirschbiegel logra transmitir perfectamente la sensación de claustrofobia y desesperación que se debieron vivir en esos últimos días. Y aunque es innegable su trabajo de dirección, gran parte del éxito reside en el magnífico equipo artístico con que contó y por el excelente trabajo interpretativo de los actores, en especial un Bruno Ganz en estado de gracia que borda sin duda el papel más difícil de su vida. Quizás lo único que podemos reprocharle a Ganz es el excesivo histrionismo con el que retrata al personaje, si bien es comprensible debido a la dificultad que entraña interpretar a alguien tan enfermo, viejo y paranoico como Hitler.
El resto del reparto consigue dibujar con solvencia las sensaciones que se vivían dentro del búnker, mostrando las miserias humanas de cada personaje sin tapujos. No hay lugar para el autovictimismo o el perdón, se muestra al régimen nazi en toda su crudeza evitando caer en la compasión que despierta todo final trágico. Eso sí, como en toda película alemana se toman ciertas licencias para aumentar aún más la losa moral que pesa sobre los nazis, algo que se nota por ejemplo en el personaje de Magda Goebbels. También hay que decir que la exactitud del relato es un tanto discutible, ya que los historiadores no se ponen de acuerdo respecto a la veracidad de las declaraciones de Traudl Junge. Pero en general la idea que se pretende transmitir es evidente. Es una mirada dura y sumamente realista de lo que fueron los últimos días del Reich y del hombre que llevó a Alemania al abismo. Imprescindible, sin ningún lugar a dudas.
20ª.-Cartas desde Iwo-Jima.
Año: 2006.
Nacionalidad: USA.
Duración: 141 minutos.
Director: Clint Eastwood.
Guión: Paul Haggis y Iris Yamashita.
Actores: Ken Watanabe, Kazunari Ninomiya, Tsuyoshi Ihara, Ryo Kase y Shido Nakamura.
Argumento:
El ejército japonés manda a la isla de Iwo Jima a cientos de soldados con la misión de defender la posición ante el inminente ataque norteamericano. A partir de las cartas de uno de los combatientes seremos testigos de la desesperanza y desolación que vivieron los soldados japoneses en aquella cruenta batalla.
Comentario:
Clint Eastwood ya había analizado los engranajes del sistema propagandístico norteamericano en ‘Banderas de nuestros padres’. Pero para tratar en profundidad lo sucedido durante la batalla de Iwo Jima nos ofreció esta película, donde mostró más que nunca lo grande que es. Hasta entonces los japoneses siempre habían personificado al mal, su papel en el género bélico se había limitado a encarnar al feroz enemigo de las tropas norteamericanas. Pero Eastwood dio un paso más y prefirió retratarlos como personas, como simples soldados que a fin de cuentas no eran distintos de los de cualquier otra nación. El relato estremecedor de unos hombres que sólo anhelaban un final digno aún sabiendo que la muerte era lo que les esperaba, y todo para defender un inhóspito pedazo de roca. El poderoso mensaje antibelicista se apoya en las miles de cartas que escribieron esos hombres en un vano intento de no alejarse de sus seres queridos. Al final sólo queda una verdad, y no es otra que mostrar lo inútil y absurda que es la guerra.
Eastwood deja su sello personal en cada fotograma con una fotografía de marcados tonos terrosos que busca potenciar el sentimiento de desolación, y sobretodo evita caer en los estereotipos habituales. Para ello se nos ofrece un minucioso análisis de un Japón que estaba evolucionando, con un trabajo interpretativo soberbio que retrata a los personajes con una amplia gama de matices. Desde el oficial abierto de mente al soldado raso que sólo ansía volver a casa, pasando por el fanatismo de los suboficiales más patrióticos. Decir además que la película fue rodada íntegramente en japonés, algo que mejora y mucho la experiencia que supone disfrutar de esta película.
A estas alturas no creo que haga falta decir nada sobre Clint Eastwood, pero sin duda esta película es una de sus obras maestras. Es muy dura y sumamente certera a la hora de retratar lo absurdo de la guerra, pero además consigue emocionarnos sin caer en la sensiblería.
Una pincelada de historia.
Sin duda alguna faltan muchos títulos en esta lista, no en vano estamos hablando de más de sesenta años de películas. Pero creo que lo más importante es entender cómo este horrible conflicto cambió la vida a millones de personas. El cine ha intentado aportar diferentes visiones de este acontecimiento histórico, pero la verdad es que recrear en su totalidad lo que se vivió en aquellos tiempos convulsos es tarea imposible.
Las causas de esta guerra fueron muy diversas y complejas pero sin duda fue de especial importancia el Tratado de Versalles, que tras la Primera Guerra Mundial se encargó de castigar con excesivo rigor a las potencias perdedoras imponiendo una serie de compensaciones. Un castigo que fue visto por Alemania como una humillación y que propició el surgimiento de posturas políticas radicales que acusaban a los aliados de haber desmembrado el país. Alemania estaba hundida, con la economía en pleno declive y una serie de tensiones sociales que iban en aumento. La recién constituida República de Weimar no conseguía levantar la situación y con la Depresión de 1930 el partido nacionalsocialista (NSDAP) vio una oportunidad de presentarse como salvador de la patria de la mano de un carismático Adolf Hitler. El ideario del partido nazi había sido modificado tras el intento golpista de 1923, y aunque basaban su política en la fuerza militar y la represión, consiguieron cautivar al pueblo alemán haciéndole creer que eran la solución a todos los males. A partir de ahí todo se sucedió relativamente rápido, y en 1932 Adolf Hitler era nombrado Canciller. Un misterioso incendio en el Reichstag propició que el partido comunista fuera acusado del mismo y disuelto. Ya con sus rivales políticos ilegalizados, a Hitler sólo le quedaba liquidar a sus últimos contrincantes, algo de lo que se encargó en la tristemente célebre «Noche de los cuchillos largos». Con el apoyo del ejército y la industria Hitler ya tenía vía libre para emprender sus políticas represivas y expansionistas, todo con vistas a reunificar en una Gran Nación a la población alemana europea.
A partir de 1938 Alemania fue anexionando territorios que le habían sido arrebatados con el Tratado de Versalles, pero también invadió otros que simplemente entraban en la agenda del partido nazi y que había prometido no atacar. Gran Bretaña, Francia y Polonia vieron claro que los pactos que pudieran firmar con Hitler no eran de fiar y decidieron establecer un acuerdo de mutua defensa. Alemania, por su parte, acordó en secreto con Rusia el reparto de Europa Central, una fina ironía teniendo en cuenta que los rusos terminarían siendo sus verdugos. En el otro lado del mundo Japón ya había comenzado su particular invasión de China, afectando a colonias holandesas y norteamericanas. A todas luces el conflicto era inminente y se preveía que fuera de talla mundial. El 1 de septiembre de 1939 las tropas alemanas invadían Polonia y dos días más tarde Francia y Gran Bretaña ejecutaban el acuerdo de protección que tenían con los polacos, declarando la guerra a Alemania. Mientras, Rusia se sumó al ataque contra Polonia haciendo efectivo su tratado secreto con Alemania, un acuerdo que fue roto años después por los nazis cuando necesitaron hacerse con las tierras y el petróleo rusos. A partir de ese momento el conflicto iría de continente en continente, expandiéndose y alcanzando las partes más alejadas de la geografía. No fue hasta 1941, tras el ataque japonés a Pearl Harbor, que Estados Unidos entró en la guerra.
La complejidad de este conflicto mundial fue demasiado amplia como para tratarla en unas pocas líneas, pero baste decir que finalmente Alemania se vio contra las cuerdas y el Reich que debía durar mil años acabó convertido en cenizas, dejando tras de si más de sesenta millones de muertos.
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Enorme especial sobre esa bestia insensata inventada por el hombre que es la guerra.