La monja
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“Persona que pertenece a una orden monástica y que lleva una vida retirada, consagrada a Dios y dedicada principalmente a la oración y al trabajo”. Llegó el momento de adentrarnos en el capítulo más oscuro del Universo de Expediente Warren y conocer a… ‘La monja’.

“Dios acaba aquí”

Crítica de La monja

Antes que nada, echar un capote a una película española que nadie (o casi nadie) recuerda. Una película que fue dirigida en 2005 por Luis de la Madrid. Esa cinta estaba protagonizada por Anita Briem y la modelo Cristina Piaget. La historia fue una idea Jaume Balagueró y su título: ‘La monja’ (The Nun). Y sí, en la misma también nos encontrábamos a un espíritu fantasmal que adoptaba la imagen de una monja con dientes de sierra para asustar al personal. ¿Casualidad? Bueno, aquí dejo constancia por si alguien quiere recuperar su visionado.

Entrando ya en materia, y en lo que se refiere a este nuevo spin-off del “Conjuring Universe”, decir que el film se presenta dirigido por Corin Hardy. Hablamos de un especialista en cortometrajes cuya única película, hasta este momento, era ‘The Hallow’ (2015). La historia es obra de James Wan y el libreto lo firma Gary Dauberman, el guionista de las dos entregas de Annabelle, la muñeca maldita.

‘La monja’ sigue fielmente todos y cada uno de los patrones de las películas de terror recientes. Aquellas que no son nada exigentes, cuyo visionado se torna muy rápido y que están trufadas de sustos para disfrute del público más casual, es decir, aquel que acude a visionar la cinta de terror del momento para pasar un mal rato a gusto. En este sentido, nada que reprochar al film ni a la labor de Corin Hardy (si acaso, lamentar el limitado uso del espectro demoníaco que presta su título a la película). Así pues, los que busquen un film de “terror fácil” quedarán aquí más que satisfechos. Sin embargo, aquellos que desearan una cinta al nivel de las protagonizadas por el matrimonio Warren tendrán que esperar.

Respecto a la historia, esta nos presenta una abadía remota situada en las montañas de Rumanía a la que se nos irá introduciendo, poco a poco, en su leyenda y maldición. A decir verdad, es como si visitáramos el castillo del Conde Drácula… pero con la monja, haciendo de las suyas, como anfitriona en vez de con el famoso Conde. Esa es la sensación que te produce la cinta al ver al Padre Burke y a la novicia Irene deambular por las oscuras estancias del convento, cementerio incluido.

Ahondando un poco más en la historia, choca muchísimo encontrar varias incoherencias en el libreto. Por ejemplo, descoloca mucho ver como se nos presenta al Padre Burke como alguien, supuestamente, preparado para enfrentarse a eventos sobrenaturales y luego, en determinadas escenas, lo vemos aterrorizarse de miedo y salir disparatado (¿se imaginan al padre Merrin salir escopetado al ver a Regan? Pues eso). También resulta sorprendente, para mal, ver a un tipo como Franchute escopeta en mano enfrentarse a seres de ultratumba, o que objetos materiales sin poder religioso afecten a sellados espirituales… Estos son sólo algunos ejemplos que demuestran algunas cosas que “chirrían”. Entiendo que habría costado poco o nada haberlas presentado de otra forma, especialmente cuando la historia la ha escrito alguien de la experiencia de James Wan.

Precisamente, la mención a Franchute me lleva a destacar el mayor aspecto negativo de la película. Y este no es otro que el propio personaje: Franchute sobra claramente en la propuesta. Lo único que hace con su presencia a lo largo del metraje es sacarte por completo de la ominosa atmósfera del film.

Lo que sí que resulta logrado es la ambientación y el uso de los elementos religiosos. Todos estos ornamentos y parafernalia están claramente empleados para infundir todavía más miedo y sugestión en el público. Me refiero a los hábitos, los crucifijos, las estatuas, las monjas,… A destacar también la valentía a la hora de exhibir sangre e imágenes desagradables en pantalla (la propia monja ahorcada comida por los cuervos, por ejemplo). De esta forma, todo el recorrido por el convento se convierte en una especie de disfrutable “tren de la bruja”.

También logra sobresalir la banda sonora de Abel Korzeniowski. El compositor polaco se convierte en un buen “heredero” de Joseph Bishara y entrega unas ominosas composiciones que te meten totalmente en ambiente e impactan. A destacar los siniestros, breves y graves coros masculinos.

“María señala el camino”… La abadía del terror.

Tres son los protagonistas de la película, a saber: Taissa Farmiga, Demián Bichir y Jonas Bloquet. El resto del casting son obispos, aldeanos y monjas que están para “amueblar” las escenas que les tocan y poco más. De los tres intérpretes citados la que más brilla es Taissa Farmiga. La hermana pequeña de Vera Farmiga logra una interpretación que hace muy agradable y querida a su personaje, la novicia Irene. Es muy fácil empatizar con ella y ponernos en su hábito mientras recorre la oscura abadía de Santa Carta. Los motivos por los que El Vaticano la manda para acompañar al Padre Burke se descubrirán a lo largo del film.

Por su parte, Demián Bichir cumple en su papel del padre Burke, pero no va más allá. En este caso no es culpa suya, pues ya he incidido antes en los vaivenes que el libreto le hace pegar a su personaje: tan pronto firme y recto como chillón y asustadizo. Finalmente, Jonas Bloquet está para lo que está como Franchute. Aquí tenemos un personaje que vienen a ser una especie de alivio cómico y cuya presencia desentona y resulta excesiva.

Para terminar, justa mención a Bonnie Aarons que es la actriz que se maquilla como la siniestra monja y cuyo origen será revelado en esta cinta. La pena es que su presencia se intuya más que otra cosa, como dice una de las monjas: “Parece una de nosotras pero no lo es”. Sólo aparecerá físicamente en su máximo esplendor en el clímax (como sucedía con Godzilla en el film de Gareth Edwards).

En conclusión.
Finalizo esta crítica de La monja, una apuesta claramente orientada para hacer caja cogiendo a un personaje atractivo a la vez que siniestro y que llama la atención del público. La propuesta no va más allá de ofrecer un film de terror fácil y carente de cualquier tipo de pretensión. Recomendada para fans completistas del “Conjuring Universe”. Y también para todos aquellos espectadores amantes de sobresaltarse en la butaca a base de todo tipo de golpes de efecto.

Tráiler de La monja

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