La jungla 4.0
John McClane está en Nueva Jersey y para empezar tenemos un argumento sencillo en esencia (la destrucción del mundo o más bien de EEUU), pero complejo en desarrollo (bloquear los ordenadores principales del país). El malo de turno se llama Thomas Gabriel y está resentido con la nación y se considera un patriota por lo que está haciendo: someter al país de nuevo a la edad de piedra, secuestrando todo lo que sustenta la vida que conocemos. Ocurre que no contaba con un viejo detective de la policía de NY, llamado John McClane, que se interpondrá en sus planes. (Cineycine).
En los tiempos que corren, donde muchos nos quejamos (no sin razón) de los males del nuevo cine de acción, en 2007 nos llegó un film que mezclaba el aire tecnológico de las películas del género que se hacen hoy día junto a un homenaje sincero, puro, nostálgico y tremendamente entretenido. Un homenaje parido por un sorprendentemente hábil Len Wiseman y con una leyenda como Bruce Willis pasándoselo en grande interpretando a un mito: John McClane. Bienvenidos a… ‘La jungla 4.0’.
–«¿McClane, no te había matado ya antes?» (Thomas Gabriel)
-«Si… me lo dicen mucho» (McClane)
Crítica de La jungla 4.0
La cuarta entrega de “La jungla” se estrenó casi 20 años después de la que abrió la saga. Y se supone iba dirigida a un público potencial. Me refiero a jóvenes de 15 a 20 años, que son los que pueblan los cines hoy en día. Jóvenes que ni siquiera habían nacido cuando se estrenó ‘Jungla de cristal’ (John McTiernan, 1988).
Pero toca estar ahora a ‘La jungla 4.0’, la cuál comienza verdaderamente después de una pequeña presentación de la situación familiar de McClane (jodida, como no podía ser de otra manera). Inmediatamente llega la acción con una serie de set pieces a cada cual más espectacular. Atención especial al brutal tiroteo en el apartamento de Farell (un simpático Justin Long) y a la tremenda escena del túnel que deja en pañales a las persecuciones de la Saga Bourne. Tantos inconvenientes le empieza a dar el malo, Thomas Gabriel (Timothy Olyphant), al viejo y legendario detective que éste se empieza a cabrear mucho y lo que le queda. McClane no se detendrá ante nada ni nadie y está dispuesto a encontrar a Gabriel y a partirle la cara en su propia fiesta. Palabra de detective. Una fiesta en dónde John se ha vuelto a colar sin invitación. Y ya van cuatro…
Es de agradecer en esta crítica de La jungla 4.0 que tanto Wiseman, Willis y algunos productores (de lado quedan los cobardes que se negaron a estrenar en USA la versión sin censura) nos ofrezcan aquí una continuación que sigue la estela de la saga. Una secuela que no traiciona los valores “Die Hard”, que no disimula la edad de McClane (y por ende de Willis) y que da justo lo que uno espera: mucha acción trepidante, humor McClane puro y duro, tacos por doquier, malos malosos que plantan cara y mucha batalla. También destaca una china karateca (la bellísima Maggie Q) que no sabe de las habilidades de McClane para destruir, matar, masacrar y soltar chistes -no en ese orden- con un aplomo fuera de lo común y que, a pesar de las heridas, siempre consigue volver a levantarse dispuesto a seguir pateando culos y repartir obleas como panes.
Hay que admitir que el reparto cumple con su papel con nota. Pero de todos hay uno que se eleva por encima como el auténtico rey del cotarro. Ese es Bruce Willis. En este film hace gala de su carisma, su única y viril presencia escénica, su calvicie, y su colección de chistes y frases lapidarias. Willis consigue en el film lo que pocas cintas logran: nos lleva a identificarnos con el protagonista. Nos lleva a sentir su dolor junto a él, y a reír y sufrir a su lado. ‘La jungla 4.0’ nos mantiene en tensión constante. Nos lleva a pensar que quizás esta vez McClane no lo logre, como el mismo cree en un determinado momento. Pero todos sabemos que esto no acaba hasta que no suelte ese esperadísimo e intraducible “Yippie Kay Jee, hijo de puta”.
Decir a los que piensan que ese de la pantalla no es John McClane, y que esta cinta no pertenece a “La jungla”, que me digan que esperaban… McClane es este. No es un alcohólico y nunca lo fue. Así lo vimos sólo en la tercera entrega. Allí nos dieron una «degeneración» del personaje que se salía del perfil que todos conocíamos. Aquí todo vuelve a su cauce. Tenemos al héroe que no quiere serlo pero que no tiene más remedio… porque como él mismo dice “nadie más lo hará”. Tenemos a un hombre corriente, cincuentón, divorciado y con enormes problemas de comunicación con su propia hija. Eso sí, ni rastro del pequeño Jack, el hijo varón de McClane que quedó para la quinta entrega.
En resumidas cuentas.
‘La jungla 4.0’ recupera el héroe de la saga. Un héroe que sufre la soledad del súper-héroe con la particularidad de que él no lo es, es de carne y hueso. Un poli normal sometido a situaciones extraordinarias que planta cara, busca soluciones y le echa huevos. Un tipo que se hace viejo a medida de que pasan los años. Un hombre que sangra y las pasa canutas pero que no se rinde… y hasta para eso, para acabar con los malos, hay que tener un algo especial que sólo tienen unos pocos. Y de entre ellos se alza por encima de todas las cabezas la de John McClane.
Tráiler La jungla 4.0
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