Kill Bill: Volumen 2
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“He matado a muchos para llegar hasta aquí. Tenía lo que en las películas llaman una ansía ciega de venganza. Un ansía ciega de venganza que se necesita saciar con sangre. Y cuando llegue a mi destino… voy a matar a Bill”. Quentin Tarantino presenta nuevamente a Uma Thurman como la Novia sin nombre en la culminación de su viaje: ‘Kill Bill: Volumen 2’.

“Así es. Liquidé a tu maestro. Y ahora… acabaré contigo. Y lo haré con tu propia katana. Que en un futuro muy próximo, se convertirá en mi katana” (Elle Driver)
“Puta. Tú no tienes futuro” (La novia)

Crítica de Kill Bill: Volumen 2

Unos meses más tarde, y ya en otro año, concretamente de 2003 a 2004, Quentin Tarantino dio a luz a la que fue su obra maestra. Y esto por mucho que en boca de Aldo Raine en Malditos bastardos (2009) pudiera desdecirme. El díptico de ‘Kill Bill’ fue el fin del primer Tarantino. Y, en cierta manera, como tal debe tomarse. Tras firmar semejante magnum opus, el Tarantino que regresó después de ella ya no era el mismo…

No hay que interpretar lo que acabo de comentar como algo negativo. De hecho, las reseñas de sus siguientes obras están en esta misma página para dar validez a su filmografía posterior. Pero el punto a donde quiero llegar es que existe un Tarantino 1.0 y un Tarantino 2.0. El primero fue desde Reservoir Dogs (1992) hasta ‘Kill Bill 1 & 2’ (2003 y 2004). Y el segundo fue el que volvió con un nuevo enfoque claramente volcado a reinterpretar la historia bajo su propio prisma. Ahí está la ya citada ‘Malditos bastardos’ y otros de sus posteriores trabajos como, por ejemplo, Érase una vez en… Hollywood(2019).

Toda la introducción anterior se hace necesaria para valorar, en su justa medida, el alcance cinematográfico, y mediático, que supuso hace ya ¡20 años! ‘Kill Bill: Volumen 2’. Algo que nadie puede contarle a este servidor, puesto que lo viví de lleno. Tan es así que fui un claro participe del fenómeno viral. Y eso antes de que la palabra “viral” ni siquiera estuviera tan de moda… El 16 de abril de 2004, llegó a salas de Estados Unidos esta continuación. La cinta logró más de 150 millones de dólares de recaudación mundial y un número 1 de taquilla intocable durante toda su primera semana de exhibición. Sumados a los millones de Kill Bill: Volumen 1’, el montante total amasado en salas del díptico fue de 334 para una inversión de solo 30 millones. Todo un éxito sin paliativos.

Lo primero de todo para valorar este segundo volumen es tener en cuenta que aquí tendremos más historia, mayor desarrollo y más momentos en donde los personajes nos narran sus emociones. No todo es una montaña rusa de acción, asesinatos y ajusticiamientos. Sí, es verdad que tendremos nuestras buenas dosis de set-pieces. Pero, en contraposición al volumen anterior, están puestas al servicio de la historia. Es más, llegado el momento de los enfrentamientos entre La novia y el resto de miembros del escuadrón, estos serán viscerales, tremebundos e incluso plenos de emoción. ‘Kill Bill: Volumen 2’ contiene momentos de drama, superación y aprendizaje. Pero también de venganza y acción. Además abraza el western fronterizo y desértico como su género embrionario. Y, al mismo tiempo, nos narra una épica historia de amor. Amor extremo o amor tóxico, si se quiere decir, pero amor.

El reparto de la cinta todos los interpretes brillan a un nivel magistral. Por supuesto, Uma Thurman redondea el recital que ya entregará en la primera parte. Ahora nos ofrece una performance más sentida si cabe. Tarantino le pide y exige todavía más y Uma cumple. Su nivel interpretativo es inalcanzable y hasta la propia Uma lo sabe. No en vano, no hay más que ver su carrera posterior a este díptico para refrendarlo… Como anécdota, luego descubierta, Thurman estuvo a punto de perder la vida durante el rodaje de una secuencia peligrosa en coche. Esa escena le exigía que recitará su diálogo mientras conducía a gran velocidad. Uma acabó por estrellar el coche contra un árbol y, según su propia versión, sufrió lesiones crónicas en vertebras y espalda.

Por su parte, David Carradine, intencionadamente omitido su rostro por Tarantino en la primera entrega, nos regaló aquí la mejor interpretación de su carrera. Carradine llena totalmente las botas de su complejo personaje. Un tipo mucho más que un cabrón despiadado… como él mismo se define en determinado momento. El punto épico y misterioso que Tarantino le dio, obviando su rostro en el primer film, le ayuda sobremanera. Pero la forma en la que Carradine entiende e interpreta a Bill es de auténtica leyenda. No en vano, su participación en ‘Kill Bill’ le valió para un resucitamiento cinematográfico… que se vio cortado de lleno por su prematura y accidental muerte en Tailandia en 2009.

Otro que también da un auténtico recital es Michael Madsen. Su peculiar forma de dicción y su voz profunda como Bud le hacen sobresalir. El tal Bud es un arrastrado palurdo que trabaja de “hombre para todo” en un mugroso burdel. Ojo con él y su, a priori, apesadumbrado modus vivendis.

Del Volumen 1 regresa, de nuevo, Daryl Hannah como Elle Driver. La actriz hace de una rubia tuerta y pérfida. Una mujer sin corazón y podrida de odio y resentimiento para con la novia, que siempre fue la favorita de Bill. Elle podrá lucirse aquí en todo su esplendor. Atención a su tremebundo versus con La novia. Una de las mejores peleas de la filmografía de Tarantino.

Imposible no citar en este repaso al casting a Gordon Liu como Pai-Mei un ancestral maestro marcial que odia al hombre blanco, a los americanos y a las mujeres. Y no precisamente en ese orden. Él será el encargado de instruir en todas las artes marciales conocidas a La Novia en los vitales flashbacks. Y ya, en cameos expendables, veremos a: Michael Parks como el anciano Esteban Vihaio, un resabido vividor. Larry Bishop como el cabreado jefe del burdel donde trabaja Bud. Samuel L. Jackson en su inevitable aparición especial como el pianista. Y a la joven Perla Haney-Jardine en el papel de B.B.

“Soy un asesino. Un cabrón despiadado… y lo sabes. Y hay ciertas consecuencias cuando una traiciona a un cabrón despiadado. Tú ya has sufrido algunas” (Bill)

En resumidas cuentas.
Acabo esta crítica de Kill Bill: Volumen 2, un glorioso viaje final para La novia en busca de saciar su sangrienta sed de venganza. La obra definitiva para entender el estilo Tarantino más puro. La interpretación de su vida para Uma Thurman y David Carradine. Y, en conjunto, una de las obras más impactantes del cine de los últimos 30 años. Un díptico que o amas u odias. Ambos volúmenes forman una obra que gana enteros si se ve de una sentada.

Tráiler de Kill Bill: Volumen 2

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