Kickboxer
El campeón americano de kickboxing, Eric Sloane, no tiene rival en USA. Por ello, decide retar en Hong Kong al invicto rey del Muay-Thai, Tong Po. Tong-Po es un temible tailandés sin escrúpulos que no se contenta sólo con vencer a sus rivales: ¡disfruta dejándolos hechos trizas! El combate se disputa sin reglas y el mayor de los Sloane acaba siendo golpeado en la espalda con un movimiento prohibido que le deja una parálisis de por vida. Su hermano pequeño, Kurt, jura venganza. Para ello, contará con la ayuda de un ancestral maestro del Muay-Thai que vive en las montañas como un ermitaño. Su meta: vencer a Tong-Po en el ring y vengar así a su hermano. (Cineycine).
‘Contacto sangriento’ (Newt Arnold, 1988) fue uno de los films más rentables y taquilleros de la Cannon Group. En consecuencia, sus mandamases corrieron para atar a Jean-Claude Van Damme con un contrato en exclusiva. Sin embargo, este acuerdo finalmente sólo los unió para una película más ‘Cyborg’ (Albert Pyun, 1989). Tras dejar la productora de los inimitables Menahem Golan & Yoram Globus, Van Damme se alió con Mark Di Salle y Kings Road. El objetivo era rodar un nuevo film de artes marciales que traería a Occidente el arte milenario del Muay-Thai. Su título… ‘Kickboxer’.
“¡Quiero pelear con Tong-Po, quiero pelear con Tong-Po!” (Kurt Sloane)
Crítica de Kickboxer
El ya mencionado éxito de ‘Contacto sangriento’ hizo que muchos fans alrededor del mundo pidieran una nueva película en donde la estrella de aquella, Van Damme, y los responsables de su éxito, David Worth y Mark Di Salle, y el tono (el mundo de las artes marciales, parajes exóticos, luchas a muerte, la música pop y el estilo MTV) se repitieran.
Así fue cómo se gestó ‘Kickboxer’, la que sería la nueva gran película de artes marciales. Mark Di Salle optó por buscar él mismo los medios para filmarla lejos del amparo en la distribución de la Cannon o de otra productora. Por su parte, y tras su notable trabajo de fotografía y coordinación de cámaras, David Worth se ganó otro billete para Hong Kong. Eso sí, esta vez con el crédito de director. Finalmente, Van Damme se implicó no sólo en las coreografías de lucha, sino también en el guión del film. De esta forma, el libreto de la cinta fue escrito por el propio Van Damme junto a Di Salle y desde un esqueleto argumental obra de Glenn Bruce (también conocido como Glenn A. Bruce).
El rodaje de la cinta se extendió durante 36 días en localizaciones reales de Hong-Kong y Tailandia. El film contó con un presupuesto aún menor de los ya escuetos 2,2 millones de ‘Contacto sangriento’, la anterior colaboración entre Worth/Di Salle/Van Damme. El montante total de ‘Kickboxer’ no excedió los 1,8 millones de dólares.
Para el reparto se decidieron (al igual que en “Contacto”) a contratar a varios luchadores reales. Luchadores como Dennis Alexio (Kurt Sloane), Zennie Reynolds (rival de Sloane en el combate que abre el film) y varios peleadores nativos. Además, y como bonus-track, JCVD vendió al villano como un verdadero campeón de Muay-Thai. Una figura (luego descubierta como imaginaria) llamada Tong-Po, en realidad era el actor, entrenador y amigo de Van Damme, Michel Qissi.
Qissi era quien daba vida, sin el maquillaje de Tong-Po, a Paredes en ‘Contacto Sangriento’. La idea de contar con un campeón tailandés real la tomó JCVD con el consenso de Di Salle y sin que Qissi lo supiera… hasta que descubrió la treta publicitaria en los créditos del film. En la vida real, Qissi no fue nunca luchador de Muay-Thai, aunque sí lo practicó de forma amateur. En realidad, Qissi dominaba el boxeo francés.
La fuerza emocional de ‘Kickboxer’ es, aún hoy, una de sus grandes bazas. Digamos que estamos ante lo que vulgarmente se conoce como una película de hombres o de ensalzamiento de la hombría. No estamos ante una grandiosa película en ningún aspecto. Pero, sorpresivamente, sigue manteniendo intactos sus fuertes valores de lucha por tus metas, nobleza y espíritu de superación. Características que se suman al carisma de Van Damme, el cual supera con creces sus aptitudes interpretativas. También merece la pena resaltar el uso del entorno real de Tailandia, soberbiamente filmado por David Worth con la ayuda de Jon Kranhouse (director de fotografía).
Muchos momentos pasaron a la historia como míticos en esta cinta. Por supuesto, la escena de presentación de Tong-Po entrenándose mientras golpea a una columna cuyos cimientos se van deshaciendo en cada patada. El momento en slow-motion en donde Kurt grita “¡NO!” ante el golpe prohibido de Tong-Po sobre la espalda de su hermano ya vencido (este último fue un plano recurrente en la carrera de Van Damme y que se repetiría en sus siguientes películas con variaciones lingüísticas). Aunque, quizás, los momentos más memorables sean los de la escena del entrenamiento con la palmera y el baile de un Kurt borracho ante unos lugareños ofendidos (en nuestros días todo un hit viral de YouTube). La música de ‘Kickboxer’ corrió de nuevo a cargo de Paul Hertzog, también responsable de la misma tarea en “Bloodsport”. Se lleva la palma su inspirador tema “Never Surrender”.
Junto a Van Damme, que es la estrella del film, encontramos a unos cuantos personajes secundarios: el antes citado Dennis Alexio en la piel de Eric Sloane, el Maestro Xian interpretado por Dennis Chan, Winston al que dio vida Haskel V. Anderson III, o el gánster local Freddy Li por Ka Ting Lee. Y, por supuesto, el interés amoroso del relato: Mylee interpretada por Rochelle Ashana. El año anterior esta actriz había tenido otro de sus papeles más conocidos en ‘Noche de miedo 2’ de Tommy Lee Wallace.
Lo cierto es que todos los miembros del reparto vivieron su momento más álgido con ‘Kickboxer’. Si luego fueron contratados fue para volver a dar vida a personajes calcados de los que dieron vida en este film. El caso más notable fue el del ya citado anteriormente Michel Qissi, quien luego de aparecer en ‘Lionheart’ (Sheldon Lettich, 1990) dejaría de hacer equipo con Van Damme (con quien llegó a Los Ángeles a principios de los años ochenta para trabajar en la industria del cine) para hacer carrera por su cuenta.
Qissi apenas lograría papeles de villano como los de ‘Kickboxer 2’ (Albert Pyun, 1991), secuela directa a video con Sasha Mitchell recogiendo el testigo como un nuevo hermano Sloan. Tras varios sub-productos de video, Qissi no volvería al cine hasta el año 2001 con un lanzamiento en video, ‘Fuerza extrema’, que él mismo dirigió para el lucimiento de Hector Echavarria, un intento de Van Damme a lo latino que soltaba ridículas onomatopeyas al golpear a sus rivales, mientras intentaba mantener una forzadísima pose de galán de telenovela. A pesar de la escasa calidad de la cinta, sobre todo a nivel marcial (con unos golpes realmente falsos y pésimamente ejecutados) esta producción de tres millones de dólares logró pasar por unos pocos cines en USA. Echavarria luego haría carrera como productor, a menudo queriendo vender sus películas como producciones importantes.
El éxito de esta película hizo que, con el tiempo, fueran aflorando las imitaciones, y ¡cómo no! las secuelas. Hasta cuatro. La última de ellas ‘Kickboxer IV: El agresor’, firmada por Albert Pyun en 1994. Sasha Mitchell fue David Sloan en todas ellas. Hasta el año 2016, Pyun tenía en mente una nueva secuela/remake de ‘Kickboxer’. En la misma, el personaje de Sloan se habría reconvertido en un misionero en África que debía luchar con sus puños para paliar la injusticia. Este proyecto, aunque confirmado por Pyun, quedó suspendido por falta de medios interesados. En su lugar filmaría ‘Cyborg Nemesis: The Dark Rift’, actualmente incompleta debido a la precaria salud de su director.
En resumidas cuentas.
Finalizo ya esta crítica de Kickboxer, la cima de las cintas de artes marciales puras que luego sería completada en 1991 con la “santísima trinidad Van Dammia” del género con ‘Lionheart, el luchador’ (Sheldon Lettich). ‘Kickboxer’ sirvió para afianzar el valor de la marca “Van Damme”, que acabó llevando al actor a las grandes ligas sólo tres años después con ‘Soldado Universal’ (Roland Emmerich, 1992). También creó un villano icónico de la serie B, Tong-Po. Su excelente aprovechamiento del paraje místico de Tailandia y sus escenas de lucha son lo mejor del film. Un film de esos que uno ve ya sabiendo lo que tiene que esperar de ella. Tiene entre los amantes del género una merecida y bien ganada fama como cinta de culto.
Declaraciones exclusivas de David Worth a Cineycine sobre ‘Kickboxer’.
-CYC: Su labor en ‘Bloodsport’ le llevó a dirigir ‘Kickboxer’ (1989). ¿Qué recuerda de aquella experiencia? ¿Ya estaban en el guión míticos momentos como la “escena de la palmera” o el baile viral de JCVD borracho?
-DW: “Kickboxer fue una experiencia excepcional. Gracias a mi labor en ‘Bloodsport’ pude optimizar los recursos y lograr la dirección. Rodé mucho menos película que en ‘Contacto’, y ello hizo que la cinta se filmara en 36 días y no en los 42 que tardamos en terminar ‘Bloodsport’. Yo filmé cerca de 90.000 feets (metraje sin editar) menos que Newt Arnold, ya que él quería mucho material de cobertura. Escenas como la de la palmera o el baile ya estaban en el guión, pero fue el carismático JCVD, con su emoción y sensualidad, el que los hizo cobrar vida y fuerza en pantalla”.
-CYC: Las localizaciones de ‘Kickboxer’ son realmente electrizantes, sin duda es uno de los films que mayor partido le sacó a Tailandia. De nuevo, usted rodó un film con muy pocos medios, logró salir victorioso, fue un éxito de taquilla monumental y lanzó definitivamente la carrera de Van Damme poniéndole a usted en la rampa de directores de acción y artes marciales de catálogo, pero ¿Por qué no se involucró en las secuelas de Kickboxer?
-DW: “Nadie se molestó en pedirme que fuera parte de ellas, o director de cualquiera de las secuelas de ‘Kickboxer’. Ninguna de esas películas eran ni siquiera la mitad de buena que la original”.
-CYC: La idea de el águila como animal guardián, la retomó JCVD en su film inédito ‘Full Love’ (2007/2017). ¿Ese detalle ya estaba en el guión o fue una improvisación? ¿De quién fue la idea? Realmente parece que las antiguas ruinas de los guerreros tienen vida propia. La mitología de ‘Kickboxer’ es muy rica, ¿Fue algo ya marcado en el libreto o se sintieron inspirados por el lugar?
-DW: “No conozco ‘Full Love’ (2007). Sin embargo, tener aquí el Águila como su «espíritu” fue idea de JCVD y funcionó maravillosamente. Todas las verdaderas ruinas de Tailandia fueron muy inspiradoras en ‘Kickboxer’ y fue un acierto colocar el personaje de JCVD en ellas con toda esa rica tradición e historia detrás. Habíamos explorado y encontrado estas ubicaciones en preproducción y personalmente había dibujado cuidadosamente todas las escenas antes de rodarlas. Excepto las peleas, esas escenas se las dejé a JCVD”.
-CYC: En el film de nuevo podemos escuchar una BSO obra de Paul Hertzog, con ese triunfal “Never surrender” de cierre. En el remake han obviado ese estilo musical. ¿Ha visto ‘Kickboxer: Venganza’? ¿Qué opinión le merece? ¿Contactaron con usted en algún momento para involucrarse?
-DW: “La mayoría de las secuelas no se hacen tan bien como la primera y, por lo general, sólo están tratando de ganar dinero con el nombre de la película original. A regañadientes, recientemente vi la nueva ‘Kickboxer’ en Netflix y ¡la odio! No hay personajes, no hay drama, una historia muy estúpida y JCVD como el personaje de Xian (el maestro) es una broma total. ¡No, no soy un fan de esa película! Sobre lo que segundo, ¡nadie le preguntó al DP de la original ‘Bloodsport’ y al director de la original ‘Kickboxer’ para ser una parte de esta última producción!…”.
-CYC: ¿Ha mantenido contacto con Jean-Claude Van Damme viviendo ambos durante tantos años en Los Ángeles? ¿Hubo proyectos para volver a trabajar juntos?
-DW: “Fuimos muy profesionales cuando nos encontramos en las dos películas que rodamos. Yo a veces comento alguna de las publicaciones referentes a las películas que hicimos en conjunto. Pero no, no mantenemos ningún tipo de contacto y no hubo otros proyectos posteriores”.
Tráiler de Kickboxer
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