Juego de asesinos
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Tras una fallida primera colaboración en ‘The Shepherd. Border Patrol’, Jean-Claude Van Damme y el emergente Scott Adkins volvieron a trabajar juntos con mejor suerte en ‘Juego de asesinos’, un thriller dramático que no sólo devolvió a Van Damme (aunque fuera de forma limitada) a los cines estadounidenses, sino que también significó uno de los mejores trabajos de ambos actores a nivel interpretativo. Película sobria y recomendable que nos trasladará a la fría y solitaria vida de dos asesinos con un objetivo común.

La gente elige su muerte cuando elige cómo vivir”.- Vincent Brazil.

Juego de asesinos

Crítica de Juego de asesinos

Tras visionar ‘Juego de asesinos’ se me plantean dos problemas. El primero, y que afecta directamente al espectador que no esté demasiado al corriente de la filmografía reciente de Van Damme: el nuevo rumbo que el actor ha dado a su carrera profesional en los últimos años, dejando de un lado la acción física en favor de argumentos más serios y actuaciones ciertamente dramáticas. Así pues, esto no será problema alguno para los que hayan seguido al pie de la letra los pasos profesionales del ‘Kickboxer belga”, ya que serán plenamente conscientes que, desde los tiempos de ‘Replicant’ (Ringo Lam, 2000) oSalvaje (Ringo Lam, 2003), el actor decidió centrarse en la actuación más que en la acción, algo que quedó definitivamente plasmado enDesafío a la muerte (Simon Fellows, 2007) o en la excepcionalJCVD (Mabrouk El Mechri, 2008). De este modo, quién no esté al tanto de las nuevas motivaciones profesionales del protagonista de Contacto sangriento (Newt Arnold, 1988) y espere encontrarse con acción a raudales, persecuciones, artes marciales y patadas por doquier en esta ‘Assassination Games’, que se abstenga de verla.

Y segundo problema, éste aún más grave: cierta tendencia de las compañías distribuidoras a divulgar publicidad engañosa. Si le echamos un vistazo al tráiler de la película, veremos que las escasas escenas de acción de la misma están condensadas en los pocos segundos que dura el tráiler, lo que llevará inevitablemente al fiasco del espectador que se espere un film netamente de acción. Lo mismo sucede con el cartel promocional, cuyo slogan recita «El doble de disparos. El doble de potencia». Ya les avisamos que disparos, cuchillazos y puñetazos hay (y todo bastante violento, por cierto), pero no como podrían esperar a tenor de la frase promocional del film, propia de películas más hiperactivas como ‘Doble Impacto’ (Sheldon Lettich, 1991) oBlanco Humano (John Woo, 1993), de las que les recomiendo una revisión urgente, dicho sea de paso.

Jean Claude Van Damme

Aclarado esto, si somos capaces de mantener presentes los dos puntos anteriores para dejar de lado los prejuicios y centrarnos en la película en sí, independientemente de quién la protagonice, entonces sí la disfrutaremos como es debido, y lo que es mejor, de forma objetiva. Así pues, centrémonos en ‘Juego de asesinos’ y todo lo referente a su estructura.

Cuando nos encontramos ante una película donde la trama gira en torno a dos asesinos aliados, uno que busca venganza y otro un profesional que lo hace por dinero, nos podemos encontrar con dos cosas: bien con un film de acción más comercial y al uso con ambos protagonistas repartiendo estopa sin mediar palabra, rodeados de explosiones y secuencias espectaculares (fórmula que funciona a la perfección como buen vehículo de entretenimiento), o bien nos podemos topar ante un thriller serio, quizás de desarrollo más pausado, pero con un argumento más elaborado y actuaciones ciertamente sólidas, relegando la acción a un segundo plano y haciendo hincapié en las relaciones entre personajes y sus propios miedos.

Vincent Brazil

Pues bien, esta historia (protagonizada a partes iguales por Jean-Claude Van Damme y Scott Adkins) se engloba en este segundo grupo, por lo que sería injusto valorar la película como un film actioner, sino que deberíamos hacerlo en función de lo que es, es decir, un thriller donde la venganza, la corrupción y las traiciones acaparan buena parte del guión. Un libreto aderezado con una historia claramente dramática que presta atención especial a la triste vida personal de ambos personajes.

El primero de ellos que se nos presenta en pantalla, y de manera brutal (por cierto) es Vincent Brazil interpretado por Van Damme. Brazil es un solitario, metódico y calculador asesino a sueldo que realiza trabajos por encargo a cambio de diamantes, y cuya principal afición (además de eliminar objetivos ya sea con una katana, una ballesta o un cuchillo de cocina) es la de tocar el violín.

De dudosa calidad moral a tenor de algunas de sus actuaciones a lo largo de la trama, finalmente el propio Brazil descubrirá que también existe una parte humana dentro de él. Y todo gracias a la amistad de una guapa prostituta (interpretada por Marija Karan) que le hará reflexionar sobre sí mismo y su condición en este mundo. Cabe destacar que Van Damme se encuentra muy cómodo interpretando este tipo de personajes, y en esta ocasión no lo es menos. El actor se mete con plena convicción en un papel a su medida, dando vida a un asesino profesional experto en armas blancas que no entiende de contemplaciones, de sentimientos ni de compasiones. De hecho, cuesta simpatizar con él a lo largo de la película, hasta el punto en que podríamos considerar a Brazil como un verdadero antihéroe.

Vincent Brazil

Mientras que, por otra parte, tenemos a un atormentado Roland Flint, interpretado con más naturalidad de la que esperábamos por un Scott Adkins que, con esta interpretación, demuestra que tiene buenos mimbres para hacer frente a papeles de mayor esfuerzo dramático. Flint es un joven que busca venganza tras la paliza que los miembros de una organización criminal propinaron a su esposa (interpretada por Bianca Bree, hija de Van Damme en la vida real), violándola y dejándola posteriormente en coma.

Esto es el desencadenante que hace que Flint se cruce casualmente en el camino de Brazil cuando éste va a eliminar a su objetivo, asociándose ambos a regañadientes tras una pelea Asesino vs. Asesino rodada con buen pulso por un Ernie Barbarash que sorprendió a propios y extraños en este film con las buenas maneras a la hora de mover la cámara (atención al plano en el que Brazil hace uso de su ballesta desde dentro de la furgoneta, o lo bien montada que se encuentra la secuencia de lucha entre Van Damme y Adkins) y, sobre todo, con el modo de aprovechar unos recursos limitados y adaptar el guión a los mismos.

Recordemos que el presupuesto de la película fue de tan sólo 8 millones de dólares, algo que apenas se nota debido al buen ritmo narrativo que predomina a lo largo de todo el metraje, la variedad de escenarios y localizaciones, unas escenas de acción escuetas pero bien distribuidas y una dirección con temple que no es propia de un director de tercera fila como lo es el aplicado Barbarash. Es más, si en el cine actual la calificación por edades predominante es PG-13, aquí nos encontramos ante un film R donde las secuencias de asesinatos se muestran en primer plano, sin tapujos y con buenas dosis de sangre, como debe ser en un film de estas características.

Así pues, y salvando las (muchas) distancias (tanto logísticas como presupuestarias y de casting), nos encontramos ante una variante de ‘Asesinos’ (Richard Donner, 1995), indudablemente menos divertida y comercial que aquella, pero sí más adulta y sólida en un planteamiento bastante inteligente, quedando el conjunto final especialmente bien arropado por una conmovedora banda sonora que nos erizará el vello en algunos momentos de la película, como sucede en el profundo y sentimental plano final.

Juego de asesinos

En resumidas cuentas.
Finalizo esta crítica de Juego de asesinos, una película que demuestra que cuando se cuenta con pocos medios y un paupérrimo presupuesto, pero se tiene interés en hacer las cosas bien, al final no hay obstáculo posible para llevar a cabo un buen trabajo. De esta manera estamos ante uno de los films más reivindicables de la carrera de Van Damme y de Scott Adkins de los últimos años, siempre fuera de lo que es el cine de acción, claro está.

Curiosidades.
-El proyecto se tituló inicialmente ‘Weapon’, e iba a estar protagonizado por Jean-Claude Van Damme y Steven Seagal, pero tras una serie de rumores y desmentidos, Seagal nunca firmó el contrato. Se rumoreó que Seagal rechazó por tal de no trabajar al lado de Van Damme.
-El primer argumento que se pensó para juntar a las dos estrellas del cine marcial de los 90 fue el siguiente: Jack Conway y Derek Chase son los dos mejores asesinos del mundo, pero desconocidos el uno al otro. Mientras Conway (Seagal) es un maestro tirador, Chase es igual de hábil con el cuchillo (Van Damme). Estos dos asesinos rivales formaran una difícil alianza para acabar con la cabeza de un cartel de la droga, que está respaldado por la DEA.
-El realizador Russell Mulcahy firmó para ponerse tras las cámaras, mientras que el actor Vinnie Jones hizo lo mismo para interpretar a Jack Conway, pero debido a la lentitud en la fase pre-producción, el contrato de ambos caducó y se desvincularon de la película.
-El guión de ‘Juego de asesinos’ fue reescrito, y esta vez la historia transcurriría en Europa del Este en lugar de Vancouver. Se contrató al director Ernie Barbarash para que se hiciera cargo de la película, mientras que para co-protagonizarla se tanteó al actor Val Kilmer, que ya había trabajado anteriormente con Barbarash. Finalmente, el elegido fue Scott Adkins.
-Durante la filmación saltaron las alarmas en la prensa internacional: Van Damme había sufrido un infarto de miocardio durante el rodaje de la película. Al final todo fue un molesto malentendido ocasionado por un señor que vio a Van Damme en el hospital, accediendo al departamento de cardiología, con la simple intención de realizarse un completo chequeo médico para comprobar su estado físico de cara al combate real que librará contra el medallista olímpico Somluck Kamsing.
-A lo largo del rodaje en Rumanía, Van Damme se encontró en las calles con un cachorro de perro abandonado. El actor lo adoptó y le dio hogar en su caravana hasta que la filmación finalizó. El perro ahora se encuentra en la Bruselas natal de Van Damme, viviendo en una enorme finca propiedad del actor dedicada exclusivamente al cuidado de perros abandonados, mutilados o heridos.
-La película se estrenó en cines americanos de manera muy limitada, por no llamarlo anecdótica. Ni más ni menos que en 10 salas. En 2008 el film ‘JCVD’ se proyectó en 28 salas de Estados Unidos logrando una excelente recaudación media por sala, mientras que la última vez que Van Damme estrenó un film en cines Americanos a gran escala fue en 1999 con ‘Soldado Universal: El Retorno’, en 1.639 salas.

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