G.I. Joe
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Después del megaéxito de Michael Bay con la franquicia de los Transformers… Hasbro y Paramount decidieron, de nuevo, volver a unir fuerzas para llevar a la gran pantalla a los míticos ‘G.I. Joe’. Para ello, se agenciaron a Stephen Sommers, el director de las dos primeras entregas de la saga ‘La Momia’. Sin embargo, el resultado no fue como esperaban…

«Los Joes no saben lo que se les viene encima».-Doctor.

Crítica de G.I. Joe

En mis tiempos de infante había varias series que captaban mi atención. Entre ellas estaban Transformers’, ‘Jayce y los guerreros rodantes’, ‘G.I. Joe’ y ‘Street Sharks’. Las que acabé viendo durante más tiempo fueron las de ‘G.I. Joe’ y ‘Transformers’. Realmente me tragué más episodios de los Joes que los de los Autobots. De ahí que, cuando se anunció su aparición en la gran pantalla, en el 2009, mis expectativas fueron tremendamente altas (quizás, demasiado altas). De ahí que, durante su visionado, acabara profundamente decepcionado con el resultado final del producto de Sommers.

Stephen Sommers es un realizador que antaño estaba entre los más taquilleros, junto con mis admirados Bay y Emmerich, pero luego cayó en el más profundo de los abismos. Un abismo lo suficientemente profundo para que los grandes estudios de Hollywood dejaran de confiar en él. Queridos lectores, como  ya debéis saber, en «la Meca del cine» si no triunfas te mandan a freír espárragos.

No obstante, culpar a Sommers del fracaso artístico de esta cinta (que no taquillero, el film recaudó la friolera de 300 millones de dólares en todo el mundo, dando lugar a una secuela) no es del todo justo. Especialmente porque el año 2009 destacó por ser (quizás) el más nefasto en cuanto a producciones veraniegas se refiere. Recordad como Terminator Salvation terminó siendo despreciada por los fans más acérrimos de la saga de Cameron (además de provocar la bancarrota de Halcyon), o como Transformers: La venganza de los caídos fue tildada de ser el peor film de ese mismo año (obviaron, entre otras, a la candidata más perfecta para ello: Dragonball Evolution).

GI Joe

‘G.I. Joe’ acabó siendo despreciada por los fans hardcore de la franquicia. Sinceramente no me extraña, puesto que ‘G.I. Joe’ no es una película de ‘G.I. Joe’. Básicamente no lo es porque sus responsables cambiaron cosas a su antojo con el mero pretexto de ampliar el círculo de fans de los Joes. De hecho, el primer error es el añadir o cambiar los orígenes de determinados personajes que ya tenían un origen predeterminado en los dibujos animados o en los cómics. Especialmente los ligados a la Baronesa y al Comandante Cobra. Estos casos fueron (de lejos) los más sangrantes de la cinta. Una cosa es cambiar el diseño de un personaje o parte de su carácter, pero de ahí a cambiarlos por completo va un trecho. Resulta tan tremendamente horrible que desmitifica por completo al personaje.

Por si lo anterior no fuera suficiente, el cambio de espectro de los Joes es lo que más se distancia del espíritu de la historia. Los Joes originales son un grupo de fuerzas especiales bastante reducido y en defensa de los Estados Unidos. Sin embargo, aquí son cambiados por… ¡un ejército de fuerzas especiales de diversos países! Además de ser tecnológicamente bastante más avanzados que los soldados regulares. Esto deja K.O al fan y más si tenemos en cuenta que su rival en este film (¡sorpresa! no es Cobra) es un grupo llamado M.A.R.S, dirigido por el siempre inquietante Destro. Destro ni por asomo es el villano adecuado para enfrentarse a los protagonistas. Por cierto, gran acierto el de los traductores españoles en engañar al público, pues el título original hacía referencia al alzamiento de Cobra, personaje que no aparece en el presente film, lo haría en la secuela.

Dejando a un lado la imperante falta de fidelidad a los míticos juguetes, ¿podemos decir que la cinta entretiene? la verdad es que lo hace a medias. Sommers dirige de manera bastante errática la película, siendo su dirección sobre los actores quizás el punto más grave. Al margen de que la elección de Channing Tatum para interpretar al segundo al mando de los Joes (Duke) resulta bastante nefasta. Tatum no tenía, por entonces, ni una gota de carisma para hacernos creer que podría pegarse con algunos de los esbirros que se dejan ver a lo largo del metraje. Además, Sommers peca de, en ocasiones, rodar las escenas de una manera mareante, quizás en la búsqueda de un estilo diferente para una cinta que poco o nada tenía que ver con momias o seres fantásticos en general.

Finalmente, los efectos visuales resultan totalmente toscos y más viendo el enorme presupuesto que tuvo el film: la escalofriante cifra de 175 millones de dólares. Todo un saco de verde papel el que se ventiló en su producción.

En conclusión.
Como conclusión de esta crítica de G.I. Joe tengo que decir que estamos ante una cinta regular (como adaptación mejor ni hablamos). Sus efectos son toscos (imperdonable), el guión es infiel (por no decir bastante infantil) y la elección de Sommers como director fue ya la gota que colmó el vaso. El realizador resultó incapaz de componer una entretenida cinta de acción. Atrás quedaron sus buenos tiempos con ‘Deep Rising’ (1998) o ‘La Momia’ (1999).

Tráiler de G.I. Joe

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