French Connection: Contra el imperio de la droga
Jimmy “Popeye” Doyle y Buddy “Cloudy” Russo son dos agentes de policía de Nueva York pertenecientes a la brigada de narcóticos. ¿Su especialidad? patear las calles, hostigar a los camellos, introducir soplones en puntos estratégicos y seguimientos a maleantes. Casualmente se ponen tras la pista de Sal Boca, un tipo que lleva una tienda de ultramarinos y descubren que su modo de vida está por encima de sus gastos. Además, muy pronto llega a la ciudad un misterioso extranjero llamado Charnier. A Popeye y Cloudy les otorgan entonces el visto bueno para pinchar sus teléfonos y centrarse en el asunto. Este caso cambiará sus vidas y sus carreras para siempre. (Cineycine).
Los mismos productores de ‘Bullit’ (Peter Yates, 1968) se reunieron tres años después para buscar un éxito del mismo calado. Para ello contaron con un prometedor director y un grupo de actores de calidad. Y, sobre todo, con una historia real sobre el clan de narcotraficantes internacionales conocido como “La conexión de Marsella”. Existen buenos polis, existen malos polis y luego está Jimmy “Popeye” Doyle. Bienvenidos a ‘French Connection: Contra el imperio de la droga’.
“Conozco a Popeye. Sus corazonadas le costaron la vida a un buen policía” (Mulderig)
Crítica de French Connection: Contra el imperio de la droga
‘French Connection: Contra el imperio de la droga’ se estrenó en USA el 7 de octubre de 1971 en la ciudad de Nueva York. William Friedkin recibió el encargo de rodarla con un presupuesto ajustado de menos de 2 millones de dólares. Las órdenes eran claras: sino lograba un film que fuera estrenable en la gran pantalla, lo filmado sería usado para un capítulo doble de ‘La ciudad desnuda’, una serie de TV. Previniendo esta opción, Friedkin se volcó de lleno en la cinta porque era su entrada en Hollywood… Por su parte, Fox/D´Antoni Productions fueron los que pusieron el dinero para la película. En la misma, se parte desde una novela original de Richard Bloch acerca de la banda real “La conexión de Marsella”, un grupo de delincuentes que operaba en los muelles de la ciudad con métodos indetectables para los agentes portuarios.
Friedkin demostró que con poco se puede lograr mucho. A pesar de no tener excesivas escenas de acción, el realizador mantiene al espectador pegado a la pantalla lleno de adrenalina y sintiendo lo que es ser un policía callejero. ‘French Connection’ fue el primer gran triunfo de Friedkin en la dirección. Una dirección plagada de su habitual realismo: cámara al hombro, primera persona y planos que introducen de lleno al público dentro del meollo. En este punto, recordemos que la escena de la persecución entre un coche conducido por Popeye y un tren fue rodada sin permisos. Durante ese famoso y largamente imitado car-chase uno de los conductores se saltó las medidas de producción y casi choca mortalmente con el especialista que doblaba a Hackman. Se le tuvo que indemnizar para que no denunciara a la productora y paralizara el estreno.
‘Contra el imperio de la droga’ es un relato policíaco que se sitúa en el top de la década en lo referente al género. Aquí estamos ante una cinta plena de suspense y que marcó los elementos recurrentes del policíaco en esos años. El film contó con una serie de asesores técnicos que eran policías de patrulla y detectives reales, alcanzando así cotas de crudeza pocas veces vista con anterioridad en la gran pantalla. En este sentido, los agentes reales Sonny Grosso y Eddie Egan fueron tomados como referentes para los personajes principales. Y no sólo eso, también tienen pequeños papeles en la cinta.
Por otro lado, otro de los triunfos de la película reside en la grandeza de sus detalles. Detalles como el del sombrero que se ve visible en la parte de atrás del coche de incógnito: una señal usada entre policías para avisar que se trata de un coche policial en misión de seguimiento. Tampoco olvido la pistolera en el tobillo de Popeye camuflada allí para desenfundar más rápido y no abultar en la chaqueta ni ser reconocido en un descuido…
También es digna de resaltar la minimalista banda sonora de Don Ellis con esos leves acordes que siguen a las escenas de seguimiento de los protagonistas. Sin olvidar la inclusión del grupo The Three Degrees en el bar de copas donde descubren a Sal Boca. Finalmente, ‘French Connection: Contra el imperio de la droga’ ganó cinco Oscars (película, director para Friedkin, actor principal para Hackman, guión y montaje) y fue nominada a tres más (fotografía, sonido y secundario para Scheider).
Liderando el reparto tenemos a Gene Hackman como Popeye Doyle, todo un antihéroe. Popeye es un tipo que vive para su trabajo y que, de forma obsesiva, no abandona nunca la calle. Hackman, consiguió el papel en una reunión con Friedkin. A partir de la misma se puso manos a la obra y se empampó de las experiencias reales de los policías en los que se basaba el film. Incluso patrulló con ellos y les “robó” tics y coletillas.
La anécdota más recordada del casting fue cuando Friedkin recordó a un actor español de una película europea de los años sesenta que le resultaba ideal para el papel de villano. Rápidamente mandó a su ayudante a España a que se entrevistara con él y lo trajera. Cuando acudió al aeropuerto a darle la bienvenida se encontró con que habían traído al intérprete equivocado: Fernando Rey en lugar de Francisco Rabal. Friedkin le explicó la situación y se puso en contacto con Rabal para intentar arreglarlo. Sin embargo, descubrió que Rabal no hablaba nada de inglés. En cambio, Rey sabía francés, que es la nacionalidad del personaje que interpreta. Así pues, el director optó por quedarse con la opción equivocada de su ayudante, Fernando Rey como Alain Charnier alias “El Barbas”.
El duelo Hackman Vs Rey era un duelo de intelectos entre Popeye y Charnier. Gene Hackman está realmente inmenso y patentando sus personajes de tipo duro eternamente cabreado. Por su parte, Fernando Rey encarna a un tipo de modales elegantes, porte y costumbres distinguidas. Para el recuerdo queda su mítico esquinazo a Popeye con saludo incluido. También destaca Roy Scheider llevando a cabo otro papel tremendo como Buddy Russo. Scheider está repleto de carisma siendo el contrapunto al pitbull descontrolado de Popeye. Russo es un amigo, un compañero y un gran policía.
“¿Estuviste hurgándote los pies en Poughkeepsie eh? ¿¡Contesta!? ¿¡Te sentaste en el borde la cama y te hurgaste los pies!? ¡Dilo! (Popeye)
En resumidas cuentas.
Termino esta crítica de French Connection: Contra el imperio de la droga, un thriller imprescindible. Cruda, brutal, magnífica y que mantiene plenamente vigente toda su fuerza. Su proposición del juego del gato y el ratón mantiene la tensión yendo in crescendo hasta su anticlimático desenlace. Uno acaba frenético tras ver el film, pero lo cierto es que tan sólo hay dos set-pieces de acción. Esa es la pericia de Friedkin: ¡hacerte pensar que has visto más de lo que crees!
Tráiler de French Connection: Contra el imperio de la droga
Escucha nuestro podcast