Evasión o victoria
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En 1942, la selección de fútbol de la Wehrmacht propuso celebrar un partido contra un equipo formado por ex-jugadores del Dinamo de Kiev. Tras derrotar a los alemanes, los vencedores fueron enviados a campos de concentración donde la mayoría murieron. Basándose en ese trágico suceso, John Huston decidió rendir su particular homenaje a unos hombres que antepusieron el orgullo a su propia vida. En este caso los protagonistas deberán decidir entre… ‘Evasión o victoria’.

«Las naciones deberían resolver sus diferencias en un campo de fútbol. Sería lo más lógico ¿no?» (Von Steiner)

Crítica de Evasión o victoria

Se me hace complicado clasificar esta película porque mezcla el género bélico con la comedia y los deportes. Está dirigida por John Huston, un director que no necesita presentación y que si decidió embarcarse en este proyecto fue por puro divertimento o para hacer caja… son las únicas explicaciones que encuentro.

Tal y como comentaba al principio, la película está inspirada en lo que se llamó «El partido de la muerte». Hablamos de un trágico suceso acaecido en 1942, cuando el equipo de fútbol del ejército alemán decidió retar a un combinado formado por ex-jugadores del Dinamo de Kiev. Los futbolistas rusos no sólo estaban desnutridos sino en un estado de forma lamentable. Al finalizar la primera parte del encuentro, y con el marcador a favor de los rusos, los oficiales nazis bajaron a sus vestuarios y prometieron fusilarles si ganaban el partido. Lejos de amilanarse, los jugadores decidieron saltar al terreno de juego y marcar dos goles más, a pesar de que eso significaba probablemente su muerte. Al terminar el choque fueron detenidos y enviados a campos de concentración.

John Huston fue un realizador que supo abordar prácticamente todos los géneros sin olvidar nunca la calidad. Huston se desenvolvía a las mil maravillas ya fuera en el cine negro con ‘La jungla de asfalto’ (1950), o con películas de aventuras como El hombre que pudo reinar(1975). No obstante, no podemos ni debemos contar ‘Evasión o victoria’ como una de sus mejores películas. Ahora bien, lo cierto es que es un producto de entretenimiento bastante correcto. Al director le gustaba abordar la lucha del hombre contra su destino y en su filmografía hay muchos ejemplos que lo demuestran. Pero eso no es suficiente para justificar ciertos aspectos de esta producción que desvirtúan el conjunto y le restan calidad.

El objetivo de Huston y el equipo de guionistas está claro desde el primer momento y no es otro que entretener, lo cual cumple con creces. El problema es que si se pretende homenajear a unos hombres que prefirieron morir de pie que vivir de rodillas hay cosas que es preferible no hacer, por ejemplo pecar demasiado de romántico. Digo esto porque no es un problema de guión. En ese aspecto estamos ante una película bastante correcta que mantiene un ritmo acompasado.

El problema del film es el tono general con que se retrata a los alemanes. Un tono tan amable que no nos creemos lo que vemos. Por ejemplo, en ‘La gran evasión’ (1963) John Sturges consigue un producto de entretenimiento magistral sin abusar del romanticismo propio del género. En ‘Evasión o victoria’ tan sólo atisbamos una pizca del horror cuando llegan los prisioneros del este en un estado físico lamentable. Esa escena tremenda en que Michael Caine y sus chicos les dan de comer tiene mucha fuerza. En consecuencia, hace que me pregunte por qué Huston no siguió por esa línea.

El reparto cuenta con dos pesos pesados como Michael Caine y Max von Sydow, muy sobrios en sus papeles. Aunque el comandante alemán al que da vida von Sydow resulta demasiado afable e idealista. Claramente un fallo derivado de lo que antes comentaba. Pero el protagonista principal es Sylvester Stallone, que venía de triunfar con Rocky(John G. Avildsen, 1976) y era ya un actor taquillero. Aquí da vida a un soldado americano experto en fugas que no sólo se encarga de llevar el peso de la acción, sino que aporta cierta gracia con sus diálogos. No estamos ante uno de sus mejores trabajos, pero es innegable que le pone más ganas que nadie como el imposible portero del equipo.

Del resto de personajes basta con decir que muchos ni siquiera eran actores sino futbolistas, por ejemplo: Pelé o Ardiles. Es una frivolidad que tiene un alto precio porque aparte de virguerías con el balón no aportan nada más, pero no hay duda de que el partido de fútbol no hubiera sido lo mismo sin ellos. Y bueno, el modo en que Huston rueda ese encuentro es irregular. Hay momentos tremendamente épicos como el gol de Pelé y otros mal conseguidos como el penalti final. Mención especial para Bill Conti, que compuso un tema principal muy en la línea de lo que hiciera Bernstein para ‘La gran evasión’.

Conclusión.
Finalizo esta crítica de Evasión o victoria, una película que funciona muy bien como producto de entretenimiento, pero que falla a la hora de homenajear un suceso histórico. Es decir, el planteamiento de la trama con la fuga del personaje de Stallone y la preparación del partido de fútbol me parece interesante y francamente entretenido. Pero todo es demasiado «idílico» en ese campo de concentración. En cualquier caso es una película recomendable para pasar una tarde agradable. Una cinta bélica de fugas y fútbol que, a pesar de sus fallos, nos deja buen sabor de boca.

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