El peor equipo del mundo (Next Goal Wins)
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“Siempre estás buscando inspiración, pero en este caso la tenía delante de los ojos”. Taika Waititi se lanza al terreno de juego para narrarnos la gran debacle de la Samoa Americana en su intento de clasificación para la Copa del Mundo de la FIFA del año 2002. La citada selección samoana fue definida en la enciclopedia del deporte rey como… ‘El peor equipo del mundo (Next Goal Wins)’.

“Como cualquier gran historia… la nuestra también empieza con una gran humillación” (Sacerdote)

Crítica de El peor equipo del mundo (Next Goal Wins)

El 11 de abril de 2001, Australia derrotó por 31 a 0 a Samoa Americana. Este escandaloso resultado se convirtió automáticamente en la peor derrota en la historia de las fases de clasificación para los Mundiales. Cuando el cineasta Taika Waititi fue conocedor del hecho, supo que estaba ante una historia digna de ser llevada a la gran pantalla. Tan es así que firmó como director de la misma en 2015. Sin embargo, su apretada agenda le obligaba a retrasar continuamente el proyecto. Por fin, y tras el estreno deThor: Love and Thunder (2022), Waititi se puso manos a la obra. El director y guionista quería rodar una comedia agradable. Un film que sirviera de inspiración… y así fue cómo surgió ‘El peor equipo del mundo (Next Goal Wins)’.

La película también se apoya en lo narrado en el documental homónimo de 2014 dirigido por Mike Brett y Steve Jamison. Ambos directores ejercen ahora como productores del film de Waititi junto al conocido Andy Serkis. Al respecto de la filmación decir que por numerosas y diferentes razones logísticas resultó imposible rodar en la Samoa Americana. En su lugar, el rodaje tuvo lugar en Hawai. Específicamente en la isla de O’ahu, que tenía todos los elementos de diseño y las localizaciones necesarias para recrear la pequeña isla del Pacífico.

El guión es obra del propio Waititi con la colaboración de su viejo amigo Iain Morris. Digamos que estamos ante un libreto que se suma al espíritu “feel good” y divertido de la película. La pena es que, pese a algunos momentos un tanto emotivos (especialmente los eventos del descanso contra Tonga), no se pretende ir más allá. Así pues, creo que se ha desperdiciado una buena oportunidad para hacer algo de mayor calado. Tampoco se aprovecha del todo el contraste que debería producir el choque cultural entre un holandés con arrebatos de temperamento y unos samoanos espirituales y tranquilos. En su lugar, se trufa el script con múltiples y variadas referencias cinéfilas que todo buen aficionado al cine agradecerá. Algunos ejemplos serían la cita de películas como Matrix (Lana y Lilly Wachowski, 1999), o las frases sacadas directamente de films como Venganza (Pierre Morel, 2008).

Lo que sí sobresale del guión es su mensaje final. Estamos ante una película que claramente le habla al público de ser feliz por encima de todo. El espíritu de ‘El peor equipo del mundo’ no es ganar o perder, tampoco es buscar forzadamente la aceptación de los demás y tampoco conseguir el éxito como si no hubiera un mañana. Aquí se trata de ser feliz y disfrutar de manera tranquila y calmada con lo que uno hace. Si esto se consigue ¡ya es un éxito! Personalmente me parece un gran mensaje… aunque un tanto idílico para el mundo en el que vivimos.

Para los amantes del fútbol, y en lo que respecta a secuencias relacionadas directamente con este deporte, comentar lo siguiente. En la película veremos una breve selección de imágenes de la famosa y humillante goleada del 31 a 0. Posteriormente, Taika ya nos regala escenas propias del film. Entre estas últimas destacan algunos entrenamientos con saltos, comentarios tácticos, pases, disparos a puerta, zig-zag,… Aunque, lógicamente, todo esto ejecutado a un nivel cómico y muy inferior técnicamente a las divisiones regionales españolas. No hay que olvidar que los jugadores de la Samoa Americana no son profesionales y compatibilizan el fútbol con los más diferentes empleos: policías, camareros, dependientes de ultramarinos, reporteros de tv,…

Por último, Taika también nos obsequia con un partido de clasificación contra Tonga. En este choque fija las cámaras en planos cortos de las jugadas obviando casi por completo los planos generales. Cuánto más se disfruta del partido es cuando el director centra los focos en las jugadas cercanas a la portería, sobre todo en los tiros y los penalties. Digamos que es una filmación muy sencilla y básica. Tan es así que no se puede comparar en nada a lo que vimos en Evasión o victoria (John Huston, 1981). De hecho, no se llega a filmar ni un córner… o, al menos, yo no recuerdo ninguno ahora mismo.

El reparto prescinde de nombres rutilantes y conocidos. En consecuencia, Michael Fassbender se hace con todo el protagonismo. El alemán interpreta a Thomas Rongen, un “palagi” (extranjero o extraño) para los samoanos. El actor ofrece su visión personal de este entrenador holandés que actualmente ejerce como comentarista de soccer para la CBS. Y en esta visión personal nos entrega a un hombre temperamental, pero muy lejos de los típicos “sargentos de hierro”. Su fuerte carácter solo sale a la superficie cuando se ve por debajo en el marcador. Por lo demás es un tipo que, al principio, reniega de su destino en la Samoa Americana. Pero, poco a poco, va creyendo que puede hacer algo más que perder por 30 o 40 goles de diferencia.

La película también cuenta con Elisabeth Moss en el papel de la ex de Rogen. No obstante, es un rol muy pequeño y con pocos minutos. No es un cameo expendable, pero tampoco nada parecido a una co-starring. Algo parecido sucede con Will Arnett. Respecto a la selección samoana apenas se ahonda en el perfil y fondo de los jugadores. Se pasa muy por encima de todos ellos excepto de Jaiyah encarnada por Kaimana, una actriz no-binaria y transgénero (fa’afafine para los samoanos) que debuta en cines. Los motivos por los que Kaimana es casi una coprotagonista son los típicos de nuestros días. Y también por la trascendencia del hecho de que Jaiyah fue el primer futbolista fa’afafine en participar en las competiciones de la FIFA. Por último, tenemos el inevitable cameo del propio Taika Waititi intentando sacar algunas risas como el sacerdote local.

“Lo único que quiero de nuestro equipo es un gol. Un gol” (Tavita)

En conclusión.
Finalizo esta crítica de El peor equipo del mundo (Next Goal Wins), una nueva propuesta del tipo “feel good” que no destaca por su calidad cinematográfica sino por su mensaje. Entre manos tenemos una película que claramente le resta importancia al hecho de ganar o perder y que nos enseña que lo trascendente es competir y vivir siendo felices. Y con eso creo que nos debemos quedar. Es importante no olvidar que… “La vida es algo más que fútbol”.

Tráiler de El peor equipo del mundo (Next Goal Wins)

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