El padrino. Parte II
Dividida en dos épocas de forma simultánea que abarcan desde 1901 a 1958, la película narra la infancia de Vito Andolini desde su pueblo natal de Corleone, del cual huyó como un polizón, hasta su llegada América donde hará todo lo posible para convertirse en el hombre que conocimos como “El padrino”. Esta misma franja temporal acaba por hilar con el imperio Corleone instalado en Nevada, concretamente en el Lago Tahoe, a finales de los años cincuenta donde su hijo, Michael, lucha por llevar los negocios de la familia a la máxima prosperidad. (Cineycine).
“Senador, los dos protagonizamos la misma hipocresía. Pero le fulminaré si vuelve a meterse con mi familia. Para que pueda dormir tranquilo le contestaré ahora. Mi oferta es esta: Nada. Ni siquiera el precio de la licencia. Usted tendrá la amabilidad de pagarla por mí…”. Francis Ford Coppola y Mario Puzo presentan: ‘El padrino: Parte II’.
“No es imposible. No hay nada imposible. Si hay algo seguro en esta vida, si la historia nos ha enseñado algo… es que se puede matar a cualquiera” (Michael Corleone)
Crítica de El padrino. Parte II
‘El padrino’ (Francis Ford Coppola, 1972) fue una obra monumental. Una película prácticamente parida en mitad de convulsos conflictos internos. Incluida la intervención de la mismísima mafia de Nueva York, la cual estaba enfrascada en una guerra interna con otros bandos y el concejal, también italoamericano, de la ciudad. Todo ello recogido y narrado genialmente en ‘The Offer’ (Leslie Greif, Michael Tolkin, 2022), la serie de Paramount+. Por su parte, ‘El padrino. Parte II’, estrenada solamente dos años después, tuvo una preproducción y rodaje menos turbulentos, pero tampoco exentos de vaivenes.
Para empezar nos encontramos con la salida de Marlon Brando del proyecto. En principio, estaba previsto que tuviera como mínimo un cameo retomando su personaje de Vito Corleone… pero, finalmente, fue reemplazado por Robert De Niro. Bob dio vida al joven Vito Andolini-Corleone desde los veinte hasta aproximadamente los cuarenta años de edad. Otro conflicto estuvo en el presupuesto del film. El mismo se incrementó hasta los imposibles, sobre todo para la época, 13 millones de dólares. Recordemos que el original primero estuvo cifrado en 4 millones, pero acabó llegando hasta los 6. Finalmente, la película fue estrenada en cines USA por primera vez el 12 de diciembre de 1974. A España no nos llegó hasta el 13 de octubre de 1975. Para esas fechas ya había ganado 6 Oscars… incluyendo el de mejor película.
Todas las enseñanzas y temas que tocaba la original, fueron ampliados aquí por Coppola y Puzo desde su novela. Para la cual recuperó material no usado en la primera y, al mismo tiempo, extendió otros solamente insinuados. ‘El padrino. Parte II’ se encuentra dividida en dos épocas. Ambas totalmente alejadas la una de la otra. La primera es la que sigue a Vito en su humilde vida como trabajador en Little Italy hasta su alzamiento como padrino. Esos segmentos se van intercalando con la trama de los años cincuenta. Y esta es la segunda época que sigue a Michael Corleone en su traslado a Nevada para entrar de lleno en el negocio de los Casinos y Hoteles. Esta parte está plagada de tratos, movimientos en la sombra, ofertas que no se pueden rechazar, engaños y el precio que un hombre tiene que aceptar por preservar a su familia.
Pese a dividir y alternar el film en dos épocas diferentes, Coppola consigue, en colaboración con los hasta tres montadores que firman la película, que ambos mundos casen perfectamente entre sí. Su altamente ambiciosa propuesta necesita incluso de un interludio por irse hasta los claramente imponentes 202 minutos de metraje. Pese a esto, la cinta no lleva consigo ningún tedio ni bajón argumental. Así pues, ‘El padrino. Parte II’ logra impactar y conseguir la plena atención del espectador. Un espectador claramente sumergido en el fascinante mundo de la familia Corleone.
La película huye claramente de la simple secuela o continuación de lo narrado en la primera. Y lo hace para ampliar y engrandecer la obra original. Y todo al mismo tiempo que logra trazar su propio camino. Esta ‘Parte II’ es, sin duda, una pérfida visión del sueño americano más viciado. Aquí se muestra como un hombre pierde totalmente su humanidad sin reparo. Michael resulta incapaz de salvar su propia alma en su descenso al infierno por ir más allá que su propio padre en sus negocios… El film está plagado de unas interpretaciones fascinantes y de una innumerable serie de secuencias que se han alzado como legendarias e imprescindibles en la historia del cine. Y, por supuesto, expande la turbulenta existencia de Michael, sobre todo en sus relaciones a contrafuego con su hermano Fredo y su esposa Kate.
En los aspectos puramente técnicos, la fotografía corre a cargo de Gordon Willis. El suyo es otro trabajo ejemplar. Aún más pulido sí cabe, que el del original. Willis está claramente beneficiado por la ampliación de medios de los que dispuso. Ojo a la ecléctica elección de mundos que visita: desde el pueblo de Corleone, pasando por Nueva York a principios de siglo, hasta Nevada y el Lago Tahoe en sus esplendorosos años de gloria. Incluso Cuba en su convulsa época pre-revolución a cargo de los rebeldes de Castro. Por su parte, la música realza de nuevo las imágenes de forma maestra. Nino Rota repitió tras las partituras.
En el casting sobresale una amplia colección de nombres legendarios. Actores que claramente se ganaron la inmortalidad con este film. Al Pacino (Michael Corleone) es el indudable protagonista… por mucho que los miembros de la Academia de Hollywood no opinaran igual. Pacino redondea su creación de Michael como un hombre totalmente engullido por sus ambiciones. El actor da un recital que marcaría no solo la década de los setenta, si no su propia carrera… incluso la historia del séptimo arte. Impresionantes e inacabables son la retahíla de secuencias que protagoniza: desde sus careos con el Senador Geary hasta sus encontronazos con su esposa Kate, su hermana Connie, o el antiguo socio de su padre el avejentado y desesperado Pentangeli.
El segundo de a bordo en importancia es Robert De Niro (Vito Andolini/Corleone) en una performance impecable y totalmente hablada en italiano. Más concretamente en el dialecto siciliano. De Niro consigue que olvidemos a todo un gigante como Marlon Brando con su ejemplar y decidida actuación. Una actuación romántica, veraz y realmente atrapante.
Dignos de mención, por su importancia, también son varios nombres. El primero es el de John Cazale (Fredo) en un rol ampliado de hermano herido y ninguneado por la reiterada falta de atención de su familia para con los negocios. Otro que también continúa es Robert Duvall (Tom Hagen) como el auténtico brazo derecho de Michael. Resulta clave en la expansión de sus negocios y para que prevalezca la seguridad de su familia. Por su parte, Lee Strasberg es el anciano y poderoso gerifalte judío Hyman Roth. Aquí se entrega a un recital pleno de gestos y detalles realmente atrapante. También está Talia Shire redefiniendo su rol clave de fuerte mujer italiana que se revela contra las imposiciones de su familia. Y Diane Keaton, ya totalmente hundida a nivel psicológico al abrir los ojos irremediablemente sobre el hombre en el que su marido se ha convertido.
Y casi acabando el repaso al casting nos encontramos con un sensacional Michael V. Gazzo como el antiguo Pentangeli, un capo de los viejos tiempos. Y con el altivo G. D. Spradlin (Senador) como un político encantado de conocerse que desprecia a los italianos, a los que está decidido a exprimir económicamente a toda costa. Y ya terminando, y en papeles más fugaces pero importantes, hallaremos a Harry Dean Stanton como un perro guardián del FBI… y a Amerigo Tot (Busseta) y Joe Spinell (Cicci) como dos malencarados pistoleros.
“Sé que fuiste tú, Fredo. Me destrozaste el corazón. ¡Me destrozaste el corazón!” (Michael Corleone)
En resumidas cuentas.
Termino esta crítica de El padrino. Parte II, una obra maestra absoluta e ineludible. Una mastodóntica película que ayudó, en gran medida, a seguir haciendo más grande al cine. Además supuso la confirmación definitiva de Al Pacino como uno de los mejores actores de la historia. Posiblemente, junto a ‘El padrino’ (1972) y ‘Apocalypse Now’ (1979), el techo cinematográfico de Francis Ford Coppola.
Tráiler de El padrino. Parte II
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