Todo el dinero del mundo
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El dinero se define como “un conjunto de monedas y billetes que se usan como medio legal de pago”. En los años 70 un hombre llamado J. Paul Getty amasó una gran fortuna más propia de los reyes o emperadores de la antigüedad. De hecho, se llegó a decir que Getty tenía… ‘Todo el dinero del mundo’.

“Señora, tenemos a su hijo” (Cinquanta)

Crítica de Todo el dinero del mundo

Es imposible entrar a comentar esta película sin hacer referencia a toda la polémica que conllevaron las acusaciones de abusos y comportamientos deshonestos hacia Kevin Spacey. Conviene no olvidar que Spacey fue quien, originalmente, dio vida en este film al billonario J. Paul Getty. Sin embargo, su actuación fue fulminantemente borrada del metraje final y su rol pasó a manos de Christopher Plummer. La curiosidad es que el veterano actor ya había sido considerado inicialmente por Ridley Scott antes de elegir a Spacey. Como consecuencia, Plummer se llevó una nominación al Oscar y Spacey el olvido ¿eterno?

Ahora bien, el borrado fulminante de Kevin Spacey por parte de Sony, y del propio Ridley Scott (molesto porque ni Spacey ni sus abogados lo llamaron para explicar la situación), también tuvo sus consecuencias en la producción de la película. De esta forma, el prestigioso director volvió a rodar todas las secuencias del personaje (y son varias) en menos de dos semanas insertándolas posteriormente en el montaje ya filmado. Para ello contó con la plena complicidad del elenco y del equipo de producción. Según comunicado de Sony Pictures: “Una película no es obra de una sola persona. Más de 800 individuos, entre actores, escritores, artistas y diferentes miembros del equipo, trabajaron incansablemente en este proyecto, algunos durante años, incluyendo a uno de los principales directores de cine. Sería una gran injusticia castigarlos a todos por las malas acciones de uno de los actores de la película”.

Al margen de lo anterior, y del hecho de compartir o no las motivaciones personales y/o de producción, especialmente cuando no existen denuncias ni sentencias judiciales, sí que hay que decir que el trabajo de Scott ha sido colosal. El veterano realizador no sólo volvió a rodar en tiempo récord, sino que también mantuvo calidad y fechas de estreno. Eso sí, el sobrecoste de la operación se situó en una cifra de entre 3 y 10 millones de dólares. Esto provocó que la producción pasara a costar más de 50 millones, pero bueno, se antoja “poco” para una película con un título como el que tiene…

El film se inspira en los hechos reales de la familia Getty. Hechos recogidos por John Person en su libro ‘Painfully Rich: The Outrageous Fortune and Misfortunes of the Heirs of J. Paul Getty’. Un libro adaptado al guión por David Scarpa y que estuvo en la “Black List” de 2015. El libreto de Scarpa recoge, especialmente, una historia sobre el dinero y la familia. A través del retrato de la figura de J. Paul Getty queda muy claro lo duro que es conseguir y, sobre todo, mantener el dinero. También se refleja cómo este te transforma y cómo te da muchas cosas pero también cómo te quita otras tantas… entre ellas: la libertad y la familia. El dinero te da mansiones, coches de lujo, obras de arte,… pero te quita la libertad pasando a ser su esclavo, no teniendo tiempo para nada ni para nadie.

Lo anterior es lo que le sucede a Getty, un tipo que vive por y para “la plata”. Un hombre que ha perdido por ello todo contacto familiar. El retrato que hace Scarpa es demoledor y queda plenamente resumido en una de las conversaciones que Getty tiene con Fletcher Chase. Al margen del dinero y de la familia, el libreto también ahonda en toda la parafernalia que rodea al secuestro de alguien famoso y/o importante. Aquí asistimos a las negociaciones (con sus aciertos y errores), al revuelo mediático, a la presión de los paparazzi,… Todo ello en el convulso entorno de la Italia de los años 70 con diferentes grupos y mafiosos luchando por conseguir su parte del “botín” e instaurando para ello el miedo.

Ridley Scott consigue plasmar en la gran pantalla todo lo anterior gracias a un gran trabajo de montaje obra de Claire Simpson, una edición que no deja tiempo para el aburrimiento. En su primer tercio son varios los flashbacks que nos llevarán al pasado de Getty para conocer cómo se hizo rico y parte de su personalidad. Estas miradas al pasado no duran mucho, pero sí que son importantes para entender el contexto y algunas acciones/decisiones.

Por otro lado, en el film también destacan los saltos de lugar en lugar. A lo largo del metraje visitaremos Arabia, San Francisco, Londres, Roma, Calabria,… Entornos realistas y naturales, entornos de ricos y pobres. Escenarios conseguidos gracias al gran trabajo de producción de Arthur Max y al contraste que les otorga la fotografía de Dariusz Wolski, ambos colaboradores habituales de Scott. En términos generales, este es un film muy cuidado y trabajado, especialmente si tenemos en cuenta el problema ya expuesto al principio de esta reseña.

“Pídale el rescate a su suegro, tiene todo el dinero del mundo”… El color del dinero.

Entrando con el repaso al elenco empiezo con Michelle Williams que interpreta a Gail Harris, una mujer con las ideas muy claras y absolutamente independiente en una época, y en una sociedad, en la que a las mujeres todavía no se las respetaba en su justa medida. Sin querer exagerar, entiendo que la nominación de Michelle a los Globos de Oro se quedó muy corta. La actriz nacida en Montana destaca muchísimo con su actuación. Una interpretación que huye de cualquier sobreactuación (muy fácil dada la dramática situación planteada) y que es capaz de mostrar tal autoridad y dolor interno (que no externo… pues Gail era un mujer que públicamente controlaba sus sentimientos) en su perfomance que realmente te implicas con ella y con su situación.

Por su parte, Mark Wahlberg queda por debajo de Michelle Williams. Ahora bien, justo es decir que no lo hace nada mal y se le ve con mucha seguridad y seriedad en un papel en el que, a priori, podríamos no encajarle, especialmente debido al tipo de films en los que mayoritariamente participa: acción y comedia. Además sale muy airoso de sus escenas conjuntas con Christopher Plummer. Su personaje es Fletcher Chase, una especie de agente secreto experto en negociaciones y capaz de “ver más allá del dinero”. Getty lo contratará a tiempo completo para que resuelva el caso y vigile a Gail Harris.

Entre los secundarios el que más brilla es un poderoso Christopher Plummer metido en su papel de J. Paul Getty a contrarreloj. Plummer tiró de su experiencia teatral para memorizar guiones rápidamente. Creo que nunca sabremos si el trabajo de Kevin Spacey era superior, igual o peor al de Christopher Plummer. No obstante, vista la película, lo que no se puede negar es la colosal labor realizada por Plummer. El veterano artista dota a su personaje de una presencia increíble, especialmente en porte y expresiones. Aquí tenemos a un hombre que se sitúa por encima de todos los demás y cuyo lema es: “Todo tiene un precio. La lucha de la vida es determinarlo”. Un anciano que se muestra tremendamente duro con Gail Harris y que vive casi recluido en su mansión y pegado a su máquina de teletipos para controlar su dinero.

Otros secundarios que también destacan son Charlie Plummer, Romain Duris y Andrea Piedimonte, estos dos últimos hablarán (al igual que otros personajes) en inglés e italiano. Charlie Plummer sobresale como John Paul Getty III, el nieto secuestrado. El joven intérprete sabe recrear muy bien los diferentes estados de ánimo de su personaje. Lo vemos cambiar de la seguridad inicial paseando con aire despreocupado por la Roma nocturna, hasta los momentos más terroríficos de su secuestro. El chaval no queda nada mal delante de la cámara y eso también juega a su favor. A Romain Duris lo vemos metido por completo en su rol del poco aseado Cinquanta, el secuestrador que más llega a intimar con el adolescente secuestrado. Por su parte, Andrea Piedimonte no brilla tanto en su poco agradecido papel del Inspector Corvo, el encargado de gestionar la operación de rescate desde la policía italiana.

Finalmente, y en un caso como este, no pueden faltar los respectivos abogados. Timothy Hutton se exhibe repleto de jerarquía y autoridad como Oswald Hinge, el abogado principal de Getty, un letrado que es «la voz de su amo» y que gasta las palabras justas y necesarias (especialmente con Gail Harris). En cambio, con aspecto más relajado, y reflejado en su rostro sin afeitar, tenemos a Giuseppe Bonifati en el rol de Giovanni Iacovoni, el abogado personal de Gail Harris. Bonifati hace aquí su debut en una película con una interpretación de acompañamiento a la sombra de Gail cuando esta tiene reuniones con los importantes letrados de su suegro.

En conclusión.
Termino esta crítica de Todo el dinero del mundo, una película nos vuelve a traer al mejor Ridley Scott. Un maestro que en los últimos años andaba bastante perdido con películas que amenazaron con enterrar su legado como fueron ‘El consejero’ o ‘Exodus’. La única duda que siempre perseguirá a este film es la siguiente: ¿Cómo era la versión con Kevin Spacey de protagonista? ¿Era mejor o peor? Lamentablemente no creo que lo sepamos jamás…

Tráiler de Todo el dinero del mundo

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