Cazafantasmas: Imperio helado
La familia Spengler adopta el negocio de los Cazafantasmas sirviendo a la ciudad de Nueva York cazando y capturando espectros. Sin embargo, sus cuantiosas destrucciones provocan constantes reproches del alcalde de la ciudad que quiere cerrarles el negocio y prohibir a Phoebe ser una Cazafantasmas. Será entonces cuando un misterioso orbe caiga en manos de Ray. Pero lo que este desconoce es que en su interior alberga un poderoso espectro: un fantasma que podría provocar un apocalipsis helado. (Cineycine).
Tras su éxito con ‘Más allá’, Jason Reitman decidió ceder el testigo en la dirección de esta nueva entrega de los “Ghostbusters” a Gil Kenan. El deseo de ambos era llevar de nuevo a los Cazafantasmas a su lugar de origen: Nueva York. Allí nuestros amigos deberán hacer frente a una nueva amenaza que, literalmente, puede matar del susto a quien la presencie… Ya mismo nos ponemos las mochilas de protones y nos adentrarnos en esta nueva aventura con sabor ochentero que nos proponen en ‘Cazafantasmas: Imperio helado’.
“Se trata de un mal tan antiguo que podía literalmente matar del susto, congelar tus venas y lo último que verías serían tus lagrimas heladas” (Ray)
Crítica de Cazafantasmas: Imperio helado
Vaya por delante que no me considero el mayor fan de esta franquicia. Aun así, reconozco que la cinta original, y su tan infravalorada secuela, son unas propuestas sumamente divertidas. Ambas películas tenían una buena combinación de comedia y terror. Y, por si fuera poco, presentaban un cuarteto protagonista que derrochaba carisma y química dejando huella en el público. Actualmente, ‘Los Cazafantasmas’ (Ivan Reitman, 1984) y ‘Los Cazafantasmas 2’ (Ivan Reitman, 1989) debieran ser reverenciadas como ejemplos de una buena producción en cuanto a comedia de terror se refiere.
Por el contrario, ‘Cazafantasmas’ (Paul Feig, 2016) apostaba por un reparto totalmente femenino y dejaba una sensación de propuesta desaprovechada. En la cinta no había carisma e incluso resultaba fallida en cuanto a su combinación de terror y comedia. En definitiva, quedaba lejos de lo que fueron las dos cintas originales de Ivan Reitman. Y en estas circunstancias fue cuando Jason Reitman, el hijo de Ivan, dio el paso para revitalizar la saga estrenando en 2021 ‘Cazafantasmas: Más allá’. Esta propuesta se revelaba como una película nostálgica que conectaba bien con las dos primeras cintas (especialmente con la primera). Además era un constante homenaje al personaje del ya desaparecido Harold Ramis. A pesar de “replicar” bastante el argumento de la primera parte… el resultado final era superior al film de Feig. Público y crítica avalaron la cinta y la idea de una secuela quedó en el ambiente.
Siguiendo con lo anterior, y después del éxito de ‘Más allá’, se dio luz verde a una continuación. Hablamos de ‘Cazafantasmas: Imperio helado’. Muy pronto se anunció que Gil Kenan tomaba las riendas de la dirección pasando Jason Reitman a apoyarle como co-guionista. Probablemente, el fallecimiento de Ivan Reitman, casi un año después del estreno de ‘Más allá’, llevó a Jason a tomar la decisión de no dirigir la secuela. Sea como fuere, ‘Imperio helado’ está dedicada a su padre.
Y… ¿Qué tal resulta ‘Cazafantasmas: Imperio helado’? La película mantiene el tono de comedia y terror de las cintas anteriores (las de Ivan y Jason). Era apostar sobre seguro mantenerse dentro de lo que fueron aquellas cintas. Aunque el nivel no es superior a ‘Más allá’… tampoco resulta muy inferior. La idea de la producción es no salirse de lo que funcionó anteriormente. En ese sentido, Kenan aprueba de forma solvente. Tengamos en cuenta que estamos ante un cineasta que anteriormente también había tocado comedia y terror conjuntamente, aunque no en acción real, puesto que en 2006 dirigió ‘Monster House’.
Es cierto que ‘Imperio helado’ sigue la línea de las anteriores películas, pero creo que hay un acierto en el intento de crear una trama diferente. Es verdad que, nuevamente, hay un fantasma muy poderoso que quiere destruir el mundo: Garraka Pero tanto Reitman como Kenan buscan un enfoque distinto en cuanto al origen del personaje y sus habilidades. En este contexto podemos apreciar un cierto aire a Guillermo del Toro en Garraka. Además, su clara influencia casi de “nosferatu” le da un aspecto muy de stop-motion claramente influenciado por los años 80. Por descontado que sus capacidades y poderes permiten a Kenan pergeñar algunas secuencias sumamente inspiradas.
En lo que es la trama nos encontramos nuevamente a la familia Spengler (Callie, Phoebe, Trevor y el añadido Gary) intentando adaptarse al negocio que, en su día, llevó Egon junto a sus compañeros de fatigas. A su vez se intenta que Phoebe se aleje del mismo al ser menor de edad. Pero ella se siente muy conectada a ese universo fantasmal. Incluso llega a conocer a un fantasma con el que entabla amistad, siendo uno de los pilares del argumento. Aunque es cierto que parte de esta idea queda un tanto desdibujada en la recta final.
El apartado técnico es de primer nivel contando con el uso de marionetas para dos fantasmas en concreto. Esto le da un cierto elemento de nostalgia y demuestra el gran uso de los efectos prácticos en esta era digital. Por supuesto, la mayor parte de los efectos son creados por ordenador como es el caso de los Mini-Pufts o parte del ya citado Garraka. Pero no hay nada que objetarles… Por su parte, Dario Marianelli entrega una partitura muy adecuada de cara a la cinta. Su música se amolda a las imágenes del film con los temas originales de Elmer Bernstein. Obviamente tampoco podía faltar a la cita la mítica canción de Ray Parker Jr. Como curiosidad, el film hace uso del marketing original de la primera entrega a modo de guiño metafílmico bastante logrado.
Otro pilar importante de la propuesta es el casting. En esta secuela tenemos a casi todo el reparto de la cinta anterior nuevamente reunido. Se incorporan Patton Oswalt (su personaje es casi un cameo, sino fuera porque tiene un peso importante en la película) y Kumail Nanjiani. Este último cobra importancia, sobre todo, hacia el final. Además conviene destacar la recuperación de William Atherton como Walter Peck, quien ahora resulta ser el alcalde de Nueva York y continúa con su empeño de cerrar los Cazafantasmas. A sus órdenes tiene a James Acaster como Lars Pinfield, un investigador paranormal.
Respecto a los protagonistas anteriores decir que mantienen su buena sintonía y conexión. Mckenna Grace sigue demostrando una madurez impecable como Phoebe. Carrie Coon saca su vis cómica al igual que Paul Rudd, aunque Paul no tiene tanta presencia como la vez anterior. Lo mismo le pasa a Logan Kim que ve recortadas sus intervenciones. Finn Wolfhard y Celeste O’Connor siguen igual de competentes. Y ¡claro! también tenemos de regreso a Bill Murray, Ernie Hudson y Dan Aykroyd sumados a la espontaneidad de Annie Poots. La actriz regresa como Janine Melnitz, la simpática secretaria de los Cazafantasmas.
En conclusión.
Concluyo esta crítica de Cazafantasmas: Imperio helado, una nueva entrega de la serie que se mantiene fiel a lo ofrecido desde el primer film de Ivan Reitman. Buenas dosis de humor y terror a partes iguales con mucho positivismo y para un público mayoritario… Se podría argumentar que esta saga debería buscar ya otro enfoque, pero al final también es importante mantener un tono consistente y respetuoso con el legado original. Y esto es lo que al final realmente importa.
Tráiler de Cazafantasmas: Imperio helado
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