Blade: Trinity
Como consecuencia de una emboscada en su guarida, Blade se ve obligado a unirse a un grupo de cazavampiros que responden al nombre de Los guardianes de la noche. Juntos deberán enfrentarse a unos chupasangres que tienen la intención de resucitar al vampiro más poderoso de todos los tiempos. (Cineycine).
Tan sólo dos años después de combatir a “los segadores”, el implacable cazador de vampiros regresó para verse las caras con “el primero de todos”. El mito creado por Bram Stoker se enfrenta al icono del cómic surgido de la mente de Gene Colan y Marv Wolfman en… ‘Blade: Trinity’.
“Todo empezó con Blade y acabó con él. Los demás estábamos allí de comparsas” (Hannibal King)
Crítica de Blade: Trinity
Cuando escribí la reseña de ‘La semilla del mal’ (2009), ya dejé bastante claro que David S. Goyer es mucho mejor guionista que director. Y también destaqué que sus mejores guiones los ha escrito siempre supervisado por gente más importante que él. Me refiero a cinestas como Zack Snyder, Christopher Nolan o Guillermo del Toro. Y estos dos puntos se cumplen a rajatabla en ‘Blade: Trinity’, la tercera aventura del cazavampiros Marvel después de ‘Blade’ (Stephen Norrington, 1998) y ‘Blade II’ (Guillermo del Toro, 2002). En ambas películas, Goyer ejerció como guionista. Y, por ello, algún iluminado decidió darle mando en plaza para cerrar la trilogía…sobre todo al ver que ni Norrington ni del Toro estaban disponibles para aceptar el encargo. Lastimosamente, este cierre ya anticipo que resulta malo o muy malo.
El trabajo tras las cámaras de David S. Goyer es muy rutinario y carente de alma. Toda la película está filmada denotando una peligrosa carencia de ganas… casi como si estuviéramos ante un producto totalmente alimenticio y no ante la tercera entrega de una exitosa y disfrutable franquicia. Goyer es incapaz de transmitirnos ningún tipo de sentimiento ni fuerza en su filmación. Además, las escenas de acción se suceden como un ballet mal orquestado y sin importarnos mucho si mueren 20 o 200 vampiros. Y el tema es muy grave porque ‘Trinity’ costó 65 millones de $ frente a los 54 de ‘Blade II’. Y, mientras que la segunda parte es una obra de culto, esta tercera entrega casi parece un directo a video. Es como si los dólares hubieran ido todos a pagar los sueldos de la famosa tripleta protagonista que adorna el póster.
Tal y como ya anticipé, el libreto también es obra de Goyer. Y lo cierto es que la idea original no era para nada mala: revivir al vampiro mayor y enfrentarlo a Blade. Sin embargo, la atractiva premisa queda perdida por un nefasto error de casting del que ya hablaremos… y por una sucesión de frases chorras, chistes malos y estupideces varias. Estas últimas son, sin duda, el peaje a pagar cuando contratas a un tipo como Ryan Reynolds. Para colmo, todo se mezcla con una especie de virus vampírico, disparates como presentar perros vampiros o un rídiculo grupo de cazadores denominados como Los guardianes de la noche. Estos últimos son un nefasto inteno de imitar al conocido grupo Marvel de Hijos de la Medianoche. Para hacernos una idea, el grupo del film está formado por un enano, una ciega, un chófer negro, una arquera y un bocazas.
No obstante lo comentado hasta ahora, no podemos echarle la culpa de todo este fracaso a David S. Goyer. Y no podemos hacerlo porque Wesley Snipes, protagonista y productor ejecutivo, tuvo un comportamiento bastante malo durante la filmación. Snipes estaba nervioso y muy disgustado con todo el material. Como consecuencia de todo esto casi intentó sabotear la producción desde dentro. Inclusive, al año siguiente, llegó a presentar una demanda contra New Line Cinema y el propio Goyer alegando diferentes y curiosos motivos… Y lo cierto es que no hay mucho más que comentar acerca de esta película que ensucia el muy notable legado de sus antecesoras. Así pues, entremos a valorar el reparto de la función.
Y en el reparto tenemos a Wesley Snipes repitiendo su rol de Blade por tercera vez. En esta ocasión, luce más apático que nunca y presenta cero química con el resto del casting. Parece que está en la película por cumplir el expediente. Incluso ejecuta las secuencias de peleas de manera totalmente automática y rutinaria. Seguramente influyó mucho en su performance todo lo que he comentado anteriormente. Ni siquiera destaca su camaradería habitual con Kris Kristofferson retornando como Whistler. Y, para colmo, a Kristofferson lo despiden chapuceramente de la saga al poco de empezar el film. Un personaje que merecía un final épico es fulminado de manera totalmente génerica.
Con Whistler fuera de la ecuación se presentan dos nuevos coprotagonistas para “ayudar” a Blade. Me refiero a Ryan Reynolds y Jessica Biel. El primero encarna a Hannibal King con sus típicos chistes malos y ocurrencias varias. Ni qué decir tiene que en esta propuesta están de sobra y hacen que el personaje nunca sea tomado en serio. Por su parte, Jessica Biel se presenta fibrada a tope para dar mayor credibilidad a su rol de Abigail Whistler, una increíble hija de Whistler sacada de la chistera de David S. Goyer. Al menos, con su performance, si podemos deleitarnos viéndola repartir cera y disparar flechas gracias a unos destacados brazos esculpidos a base de dieta y gimnasio.
Y llegamos al mayor error de casting del film. Y este no es otro que un imposible Dominic Purcell como Drake aka Drácula. La pregunta es clarísima: ¿Alguien se imagina a “Licoln Burrows” como el icono creado por Bram Stoker? No creo que haga falta profundizar más en lo que Purcell “ofrece” como el mítico vampiro porque básicamente es cero. De “despertarlo” se ocupa una banda de vampiros formada por Parker Posey, Callum Keith Rennie y Paul Levesque aka Triple H debutando en cines. La mejor parada es Posey que le pone mucho temperamento y rabia a su personaje. Por su parte, Levesque está para dar trompadas a Reynolds y poco más.
“El mundo no es un lugar amable” (Blade)
En conclusión.
Acabo esta crítica de Blade: Trinity, la peor película de la franquicia con mucha diferencia respecto a sus antecesoras. Ni siquiera los que somos fans y/o seguidores del cine de Wesley Snipes encontraremos algún resquicio para disfrutar con ella. Tan sólo puede ser rescatada por puro afán completista de la trilogía. Precisamente ese es el motivo por el que, en su momento, la adquirí yo en DVD.
AVISO: Hay una escena postcréditos finales… pero es tan intrascendente como el propio film.
Tráiler de Blade: Trinity
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