Asuntos sucios
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“Asuntos internos es el departamento más importante del cuerpo. Somos la policía de la policía. Les controlamos. Por lo tanto, todos nuestros agentes deben evitar no sólo lo que este mal, sino lo que lo parezca. Tenemos que ser mejores aún que los demás. Los Ángeles tiene el cuerpo policial más limpio del país. Y es gracias a nosotros…”. Mike Figgis presenta a Richard Gere y Andy García en colisión en ‘Asuntos sucios’.

“Claro que puede confiar en mí. Soy policía” (Dennis Beck)

Crítica de Asuntos sucios

En 1989, Frank Mancuso Jr empezó a mover de forma independiente, pero bajo el amparo de Paramount Pictures, un nuevo film policíaco para el que acababa de fichar al prometedor interprete cubano Andy García. También contaba con el pujante director británico Mike Figgis. Sin embargo, Mancuso tenía dos problemas: Nadie le tomaba en serio y, además, ningún actor formal de Hollywood quería exponerse a quemar su credibilidad dando vida a un personaje tan turbio como el protagonista del film. Así hasta que Richard Gere acabó aceptando por un generoso cheque coprotagonizar la película junto al ya contratado Andy García. Finalmente, ‘Asuntos sucios’ (Internal Affairs) se hizo realidad. La cinta se rodó en numerosas localizaciones reales de Los Ángeles desde abril a junio de 1989. Y se estrenó en salas de Estados Unidos el 12 de enero de 1990.

Puede que, de entrada, ‘Asuntos sucios’ luzca como un genérico y previsible thriller que buscaba explotar la fama en aquellos años de las buddy movies… pero en esto radica la sorpresa que esconde: huir de los resortes marcados del género para ir más lejos y provocar un impacto en el espectador. El público acaba hasta percibiendo una permanente sensación de miedo. Esta última provocada por cómo el poder que un policía tiene para proteger ¡lo puede usar para su propio beneficio personal con total impunidad! Especialmente ejemplar en este sentido resulta la secuencia del acecho y captura de un testigo clave. Secuencia que acaba con la brigada especial y los helicópteros del cuerpo apareciendo por sorpresa y arrasando con la operación de forma deliberada.

Sí en algo sobresale el film que hoy nos ocupa es en su poco explotada variación del juego del gato y el ratón. Un juego a nivel psicológico, mental y sexual que inicia el perverso personaje principal. Es este personaje, Dennis Peck, el que sostiene por completo el libreto de la cinta. Y en pantalla le da vida de forma portentosa un sorpresivo, y ya citado, Richard Gere.

El muy bien hilado guión fue obra de Henry Bean. El cual había ideado la historia como un díptico sobre agentes de policía. La secuela no oficial llegaría tan solo dos años después. Y lo haría ya de la mano del actor y director Bill Duke con el título ‘La cara sucia de la ley’, una cinta protagonizada por Laurence Fishburne. Pocos “peros” se le puede poner a Bean en su labor tras los lápices de ‘Asuntos sucios’. Se nota que se estudió muy bien las obras de Sidney Lumet. Así supo retorcer los ya citados resortes del thriller policial llevando el enfrentamiento entre los policías y los policías que destruyen a otros policías al límite… En esta línea merece destacarse el enorme duelo de machos alfa que Beck inicia desde el minuto uno para minar la moral de Ávila (Andy García) atacando constantemente su hombría.

Lo perfilado anteriormente por Bean, lo potencia incesantemente Mike Figgis. El director nos ofrece una especie de duelo de hombría en donde ambos policías no paran de retarse y perseguirse… mientras parece que Beck controla plenamente situación de forma enfermiza. Personalmente creo que el trabajo de Figgis está más pulido y resulta mucho más veraz, y con menos aire jactancioso y menos ansia de reconocimiento, que el que firmaría, un lustro más tarde, en ‘Leaving Las Vegas’. Esta última fue mucho más una película de Nicolas Cage y Elisabeth Sue que de Figgis. Pero el realizador se llevó tanto o más reconocimiento que ellos. Sin duda, y para un servidor, ‘Asuntos sucios’ ha sido su mejor trabajo tras las cámaras.

La música, obra de hasta tres responsables, eleva esa sensación de olla a presión. La partitura se va descubriendo de forma gloriosa conforme avanzan los minutos. ¡Ojo a como van cambiando las notas y poniéndose de cara de uno de los personajes conforme el otro se va quedando cada vez más sin salida! Por su parte, la magistral fotografía del evento corre a cargo del genio John A. Alonzo, que sabe usar muy bien los ecos de El precio del poder (Brian De Palma, 1983) y la serie ‘Miami Vice’ (1984-1989) para realzar el ambiente neo-noir plenamente buscado por Figgis.

En el casting sobresale el electrizante duelo entre Richard Gere y Andy García. Sobre Gere (Dennis Beck), no hay debate en que, si bien no es su interpretación más reconocida, sí que fue un papel con pistas sobre su potencial más allá de su pose de galán. Fuera de toda duda está el hecho de que este fue su rol más arriesgado. Su Dennis Beck es un hombre con una ambición y vileza fuera de lo común. Un tipo puede pensar en traicionar a su compañero mientras literalmente se acuesta con su mujer… Memorables y continuos son sus careos con un no menos envalentonado Andy García (Raymond Ávila). Andy va totalmente espoleado debido a la obsesión que en él despierta Beck. Ojo a cuando pierde totalmente los papeles después de que Beck le acorrala en el ascensor y le entrega una prenda íntima de su mujer.

Arropando a estos dos motivadísimos actores encontraremos a William Baldwin (Van Strecht) como un débil y drogadicto policía compañero de Beck. Atención a la secuencia de su despedida del film. Seguimos con Laurie Metcalf como Amy, la veterana agente de asuntos internos que acompaña a Raymond. También está Nancy Travis (Kathy) interpretando a la esposa de este. Y el veterano Richard Bradford como el comisario de policía. Y ya en papeles más pequeños destacaremos la fugaz aparición al comienzo de Elijah Wood como el hijo del personaje de William Baldwin. Faye Grant como la madre del mismo. Y ya cerrando el cast tenemos a Julio Oscar Mechoso como el primo de Raymond que tiene un club nocturno llamado La Pantera Rosa.

“Todos los amigos que tenías que en la policía han dejado de serlo” (Amy)

En resumidas cuentas.
Acabo esta crítica de Asuntos sucios, un palpitante y poco reconocido thriller policíaco que propone un tremebundo juego mental y macho-sexual entre dos caras diferentes de la ley. En el duelo sobresale el posiblemente el mejor Richard Gere de su carrera junto a un envalentonado Andy Garcia. Ambos moviéndose bajo la excelsa dirección de Mike Figgis.

Tráiler de Asuntos sucios

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