Alone in the Dark
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Después de lograr “cierta” notoriedad con la adaptación de ‘House of the Dead’ (2003), Uwe Boll se preparó para su siguiente adaptación de otro popular videojuego. En esta ocasión le tocaría el turno al legendario primer survival horror por excelencia. Bajo sus órdenes contaría con un trío de actores reconocidos de los noventa, un presupuesto bajo y, nuevamente, su habitual sentido de la serie B. En su ¡20 aniversario! llegó el momento de temer (o no) a la oscuridad junto a Edward Carnby y el misterio de los Abkani. Sean todos bienvenidos a… ‘Alone in the Dark’.

“Aprendí la verdad hace mucho tiempo… temer a la oscuridad es lo que nos hace sobrevivir” (Carnby)

Crítica de Alone in the Dark

A Uwe Boll se le llegó a considerar “el peor director del mundo”. Esta descripción fue algo que se acuñó rapidísimamente en cuento estrenó ‘House of the Dead’ (2003). El cineasta alemán la lanzó a rebufo deResident Evil (Paul W.S. Anderson, 2002). En cualquier caso, este desprestigio tan tremendo no venía muy a cuento. Personalmente, creo que a Uwe Boll se le masacró impune e inhumanamente. Cierto es que no estamos ante un grandioso cineasta ni nada parecido… pero, a pesar de sus de carencias bastante notorias, no es el nefasto director que se ha querido vender. Incluso su filmografía presenta títulos rescatables como ‘Postal’ (2007), ‘Darfur’ (2009) o su saga ‘Rampage’ (2009). Además, Boll también ha filmado cintas de terror y fantástico bastante majas. Y es ahí donde, precisamente, ha encontrado un hueco entre los aficionados al cine de género.

En 2005, acudí al cine a ver su adaptación del mítico videjojuego ‘Alone in the Dark’. Y, con franqueza, no estamos ante una buena cinta… pero sí que estamos ante un film de cierto bagaje de serie B/Z. Una propuesta divertida con claras influencias de Alien (Ridley Scott, 1979), The Relic (Peter Hyams, 1997) y elementos del cine videoclipero que imperaban a finales de los 90. En cualquier caso, dos problemas principales son evidentes: la falta de presupuesto y el hecho de que, por aquel entonces, las adaptaciones de videojuegos eran consideradas malditas. Esto último porque casi ninguna adaptaba la trama del juego en cuestión de manera literal. Por consiguiente, y para empezar, no se le planteaba bien el tema a Uwe Ball.

Antes de seguir profundizando en el film, conviene recordar que el primer juego de ‘Alone in the Dark’ que salió a la venta no fue precisamente el del año 2000. No, en realidad, el original se trató de un revolucionario juego para PC que se editó en 1992. Y, de hecho, fue el primer survival horror (o uno de los primeros) que influyó considerablemente en el posterior ‘Resident Evil’. Pero los guionistas de la película se ciñeron a la versión del 2001 conocida como ‘The New Nightmare’.

Lo cierto es que la trama del juego era sencilla de adaptar, pero el guión juega en otras lides en cuanto a adaptación se refiere. Eso sí, se mantienen algunos elementos vistos en el juego: la tribu Abkanis, el Mundo Oscuro, el Bureu 713, las reliquias que hay que encontrar,… A pesar de las diferencias, creo que la historia planteada tiene un aire de honestidad y falta de pretensiones que la hacen entretenida y disfrutable, a pesar de sus grandes carencias.

A nivel visual, y dentro de las carencias comentadas, están unos efectos visuales poco trabajados. Boll los intenta tapar acudiendo a elementos videocliperos y a la oscuridad imperante en el film. En cualquier caso, pienso que el diseño de los monstruos, sin ser revolucionario ni original, resulta ciertamente convincente. Tema distinto es su definitivo acabado visual. No obstante, las escenas de acción no son tan deplorables como si lo eran en ‘House of the Dead’. Incluso cuentan con algún momento ciertamente trabajado como el momento Woo con la bala a cámara lenta… Lo que no podemos rescatar es la música de Bernd Wendlandt. La misma parece un refrito de “sonoridades” industriales y metal que no tienen ningún tipo de sentido con la película.

Hay un detalle que no quiero pasar por alto en esta reseña. En Alemania se editó un montaje del director que cambia algunas escenas de cara a la edición cinematográfica (la única disponible en España). Un ejemplo, la edición alemana contiene dos escenas sangrientas adicionales, un par de tomas alternativas y una escena de artes marciales. Por el contrario, elimina la escena de amor entre Aline y Carnby. Por último, y a pesar del batacazo en taquilla, tres años después salió adelante una secuela: ‘Alone in the Dark 2’. En la misma, Boll intervino como productor, pero sin escribir ni dirigir absolutamente nada. Y para esa secuela tampoco regresó ninguno de los protagonistas de la primera. Y con ellos vamos ahora…

El reparto tiene a tres actores que durante los 90s se hicieron ciertamente populares. Me refiero a Christian Slater, Tara Reid y Stephen Dorff. Y, pese a ser tan desprestigiados en su día por haber hecho esta película, la realidad es que ninguno de ellos hace un trabajo deplorable. Christian Slater recrea a un Edward Carnby que recuerda a la versión de ‘The New Nightmare’. Básicamente estamos ante un tipo curtido, de carácter lacónico e incluso de cierto humor negro (ojo a la primera escena en la que acojona a un chico sobre el miedo a la oscuridad). De hecho, la interpretación de Slater corresponde perfectamente al arquetipo de héroe de acción de la los noventa. Un héroe que ya gestó enBroken Arrow (John Woo, 1996).

A su lado está Tara Reid interpretando a Aline Cedrac, la novia/científica de Carnby que lo acompaña en la aventura. De nuevo, para este personaje la inspiración también es la del juego del 2001. Eso sí, se elimina el concepto de la motivación fraternal que llevaba al personaje a acompañar a Carnby. En su lugar se opta por una menos interesante causa. Aun con todo, y como le pasa a Slater, la interpretación de Reid es correcta sin más. Y luego tenemos a Stephen Dorff interpretando al comandante Burke, uno de los miembros de la División 713 en la que trabajó Carnby. Cliché habitual es que ambos no se tragan. Y este personaje, que no existe en el videojuego, es el típico tipo duro que escupe órdenes a sus subordinados y suelta las frases más tópicas posibles… por ejemplo: “Carnby, debí suponer que estabas metido en esto”.

Párrafo al margen para no olvidarnos del villano de la cinta. En esta ocasión interpretado por Matthew Walker. El actor británico da vida al profesor Hudgens en otro rol creado expresamente para la película. El trabajo de Walker se resume entregando un maloso arquetípico que quiere dominar el mundo buscando un poder legendario.

En conclusión.
Acabo esta crítica de Alone in the Dark, una película que está lejos del verdadero despropósito que fue ‘House of the Dead’, aunque lo cierto es que tampoco estamos ante una “obra magna”. Personalmente, creo que es un film rescatable y divertido dentro de sus lides de cine de serie B/Z y de lo que significa y aporta la filmografía de Uwe Boll.

Tráiler de Alone in the Dark

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