Entrevista a Ramón Langa doblador habitual de Bruce Willis. (No es reciente pero si muy curiosa
)
¿En qué le ha ayudado como actor haber hecho tanto doblaje?Ramón Langa (RL) - En nada. Y es una paradoja, porque realmente el buen doblador, y cuando digo el buen doblador me refiero al 6% de la profesión y siendo muy generoso, es un gran actor. Un buen doblador está acostumbrado a ver a grandes actores delante de él. Si tienes un poco de interés, algo te tiene que quedar. Desde ese punto de vista, el doblaje es una buena escuela. En este oficio el buen doblador se cree que es uno que tiene buena voz, pero no es así. El actor de doblaje tiene que ser fiel a lo que ha hecho el actor. Si ha susurrado, tienes que susurrar, si grita, tienes que gritar, si llora, llorar... El supuesto buen doblaje de este país está lleno de cagadas. Creen que porque suene bien ya está bien hecho, y eso es falso.
Después de haber hecho más de 300 doblajes, ¿por qué intenta desmarcarse de este mundo y sólo dobla a Bruce Willis?(RL) - Bueno, no es así. Yo empecé haciendo teatro y cine. Después, como creía que tenía una voz importante, el doblaje me tiraba muchísimo. Me inscribí en una escuela, hice unas pruebas y me secuestró. No paraba de trabajar y ganaba mucho dinero, y me olvidé un poco del cine y del teatro. Hasta que años más tarde me llamaron Mario Camus y Antonio Mercero, y empecé otra vez a dejarme querer por el cine. Y claro, era incompatible con ser primera figura del doblaje. Por eso ya estoy volcado definitivamente hacia el cine y el teatro
y sólo doblo a Bruce Willis, que es un símbolo. A tenor de esto una anecdota sobre Langa y Willis.
En una entrevista en la radio hará un par de años Ramón Langa dijo que conocía tan bien a Bruce Willis, que cuando lo llamaron para doblarlo en Más falsas apariencias, cogió un avión, se fue a Barcelona y lo dobló en poquísimo tiempo, sin necesidad de oir el original porque leyendo la frase y viendo su cara sabía de sobra como la diría Bruce Willis¿Prefiere películas en versión original o dobladas?(RL) - Dobladas, pero si están bien dobladas. Deben ser fieles al texto y a la emoción del actor. Pasa igual con los libros. Si está bien traducido, prefiero la versión traducida, porque no domino el otro idioma como para entender todo el léxico, el argot y la palabra bajo calle. No sé por qué hay tanto contra el doblaje y no contra la letra traducida.
¿Ha hecho teatro, cine, doblaje, publicidad, televisión... ¿con qué se queda?(RL) - Teatro y cine, por supuesto. Entre los dos es muy difícil escoger. Soy muy feliz en un escenario y rodando una película. Cuando hago teatro, estoy deseando rodar. Y si ruedo, echo de menos el escenario. Necesito las dos cosas.
¿En cine ha hecho ocho películas con Mario Camus, ¿qué se dan mutuamente?(RL) - Yo no he dado nada a Camus. Creo que ha sido él quien me lo ha dado a mí. Y me lo ha dado bien, porque he aprendido mucho de ese maestro del cine. Es un poeta. Y yo, por mi parte, habré respondido a sus expectativas, supongo.
¿Entonces si le doy a elegir entre los directores con los que ha rodado -Berlanga, Garci, Mercero y Olea, entre otros- se queda con Camus?(RL) - Sí... (duda) Bueno, me quedo con todos un poco. Camus es más serio. Luego he conocido a Garci y es un director con el que me gustaría trabajar siempre. No sé, si tuviese que elegir sólo a uno estaría entre Berlanga, Camus y Garci.
¿Y con cuál le gustaría trabajar?(RL) - Con Alejandro Amenábar. Creo que es un talento de tío. Me gusta mucho cómo trabaja. Hace un buen ejercicio con los actores. Un actor necesita una batuta, porque los actores somos instrumentos. Es verdad que somos instrumentos especiales, porque podemos crear y tenemos creatividad e iniciativa. Y entonces el director coge la iniciativa y el potencial que el actor crea y los canaliza.
¿Se conocen?(RL) - No, no le conozco. Supongo que él conocerá algo de mi trabajo. Pero es alguien con quien me encantaría trabajar. Tiene algo que me atrae. Creo que aprendería mucho como intérprete.
¿Siente que le puede perjudicar el poco éxito de los últimos trabajos que ha hecho, ahora que iba consiguiendo papeles más protagonistas, en películas como Diario de una becaria (2003), de Josecho San Mateo; Pacto de brujas (2002), de Javier Elorrieta; o las series para televisión Diez en Ibiza y Código fuego?
(RL) - Espero que no, pero nunca se sabe. Pero en este país ya se sabe, lo mismo alguien dice: Llama a fulano. Y dice otro: No fastidies, que hizo aquella película que era una mierda. Ya se sabe cómo es este país de topicazos. Entonces la gente dice: Bueno, ya se sabe que la culpa no es tuya. Ya, pero estás ahí. Estás en un producto malo. Y en este país te encasillan hasta de extra. Así que aunque hagas un buen trabajo dentro de un mal producto, sí te condiciona. Y me jode mucho. Pero es así.
¿Con qué película de las que ha hecho se queda?(RL) - Tío Vivo C. 1950, de Garci. No quiero decir que mi trabajo me haya gustado más, pero es la que más me gusta como película. Es una obra maestra del cine.
¿En qué está trabajando ahora?(RL) - Ahora mismo en nada. Estoy en un parón y me dedico a poner la voz a los anuncios, que lo hago desde hace muchos años y es un trabajo muy alimenticio.
¿Cómo decide qué trabajos escoge?(RL) - Depende de muchas cosas. Primero veo en qué disposición económica estoy para coger o rechazar un papel; después veo cómo podría yo brillar en ese papel; y por último miro la repercusión que podría tener un posible éxito. Aunque eso, como es un misterio, se elimina. Al final es según cómo pueda hacer yo ese papel. Si me gusta, aunque me den dos pesetas, lo hago. Eso, claro, contando también cómo estés económicamente, porque si estás jodido haces lo que sea. Esto no es Hollywood, es España.
Para terminar...¿Es usted de los que cree que hay crisis en el cine español?(RL) - Sí hay, pero no en cuanto autores, guiones o intérpretes. El problema está en los que mandan. No hay una industria. No se cuida la profesión. Los empresarios y distribuidores van a por la peseta de hoy en lugar de a por el duro de mañana. No hay un apoyo al cine. Además está demasiado politizado. Hay que despolitizar todo esto y hacer cine. Hay quienes tienen subvención porque un político es su colega. Y otros salen porque son amigos de otro que lo ha mandado. Y así es una mierda. Salvo excepciones, y gracias a ellas sigue rodando, se llama a los amigos aunque no les vaya un papel. Yo he rechazado papeles que no me iban. Y algunos me han hecho cruces por ello. En España no hay industria, no hay respeto... Está muy de moda lo de ser famoso. Y está bien. A mí me encanta que me reconozcan. Pero claro, lo de tirarse a un torero para ser famosa y a partir de ahí ser estrella del cine... Y encima se hace estrella y las buenas actrices están en su casa. Hay que acabar con eso de alguna manera. Yo intento poner mi granito de arena. Pero no sé si servirá. Porque, claro, el que pone las pelas quiere a la famosa o a la que enseña el culo en Gran Hermano. Salvo excepciones. Y gracias a ellas podemos seguir manteniendo el tipo. Todo esto sólo pasa en España.