Barrio lejano
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Comentario de Barrio lejano de Jiro Taniguchi

¿Quién no ha deseado alguna vez volver a tener 14 años? Esta es la premisa de Barrio lejano de Jiro Taniguchi para contarnos una historia sobre vidas truncadas y esperanzas rotas. La posibilidad de volver al pasado para intentar corregir aquello que ha afectado negativamente a nuestra vida puede parecer atractiva, pero a través de las páginas de este manga se nos muestra que hay cosas que no podemos cambiar.

Valoración.
Si hay un título importante y significativo dentro de la obra de Jiro Taniguchi, ese es ‘Barrio lejano’. Fue uno de los cómics que le abrió las puertas del mercado occidental y con el que se dio a conocer al gran público, pero por encima de todo es un relato humano e intimista con el que logró alcanzar las cotas más altas de su carrera como mangaka.

Como hemos comentado en otros artículos, Taniguchi es un autor especialmente dotado para narrar historias humanas de profunda e intensa carga emotiva. Suele utilizar todo tipo de recursos para abordar sus historias, y en esta ocasión todo parte de una experiencia mágica que transforma la vida del protagonista. ¿Quién no se ha preguntado en alguna ocasión lo que podría hacer si volviera a ser joven pero con la experiencia acumulada que proporciona la madurez? Tal es la premisa argumental de esta fábula, si bien lo importante no es ese misterioso suceso, sino el viaje que emprende el protagonista. Un viaje de redescubrimiento donde recordará cosas que había olvidado.

La idea de volver a ser un adolescente es aparentemente cautivadora y abre un amplio abanico de posibilidades, entre ellas la posibilidad de cambiar aquellas cosas que hemos hecho mal en el pasado. Pero Taniguchi no se centra exclusivamente en ese aspecto, sino que profundiza en la maraña de recuerdos que inundan la mente del protagonista para ofrecernos un viaje al interior de su ser. Un viaje en el que descubriremos junto a Hiroshi quién es y en qué se ha convertido. Un viaje que le permitirá ya no cambiar las cosas, sino entender y asumir el por qué de todas las pequeñas circunstancias que han configurado su vida. Hiroshi regresa a su pueblo natal encadenado a unos recuerdos traumáticos que tienen su eje central en la figura de un padre que abandonó el hogar cuando él era sólo un niño. Es esa pérdida de la figura paterna y la repercusión en el individuo lo que Taniguchi busca desgranar con esta historia.

Hiroshi vuelve a ser un adolescente, vuelve a ver a sus viejos amigos, vuelve a ir al instituto como cualquier otro niño. Pero en su interior sigue siendo un hombre de 48 años asustado y perdido que busca desesperadamente cambiar aquello que le hizo desgraciado. O… ¿quizás es un niño atrapado en el cuerpo de un hombre? Sea como fuere lo importante de este mágico viaje no será la posibilidad de evitar lo inevitable, sino aprender a entender como adulto lo que fue incapaz de entender cuando era un niño. Porque en eso consiste vivir, ni más ni menos.

Cuando estuvimos hablando de Tierra de sueños ya comentamos la influencia que la escuela franco-belga había tenido en la obra de Taniguchi. Y en este cómic que nos ocupa es quizás más destacable que en otros títulos, ya que el trazo definido y realista, la limpieza de líneas y el exquisito trabajo de planos se pone al servicio de la trama, contribuyendo a crear un ritmo acompasado que esta historia necesita por encima de cualquier otra cosa. Son tantos los detalles que descubrimos, tantas las reflexiones que acabamos haciendo, que un ritmo más acelerado hubiera sido fatal. La lectura de este cómic, al igual que el viaje de Hiroshi, es como una fruta que debemos ir desgranando poco a poco y sobre todo sin prisa si queremos saborearla por completo.

Conclusión.
Ojalá todos los cómics se pudieran despachar con la misma facilidad, porque lo único que podemos concluir de ‘Barrio lejano’ es que estamos ante una verdadera obra maestra de Taniguchi, de lo mejor que ha escrito nunca. La primera vez que la leí me cautivó por su sencillez y sobre todo por la carga emotiva que posee. La historia del niño que pierde a su padre y es incapaz de superarlo no es nueva, pero con este relato adquiere unos tintes y una emotividad que pocas veces veremos en otros medios. Una obra que me veo en la obligación de recomendar a todo aquel que aún no la haya leído.

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