Único testigo
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En 1985 el nombre de Harrison Ford ya estaba en lo más alto. Ford había conseguido triunfar gracias a sus icónicos personajes de Han Solo, Indiana Jones y Rick Deckard. Por ello, en este film su nombre antecedía al título, tanto en el póster como en los créditos iniciales. Ya han pasado más de 35 años, pero todavía sigue siendo necesario proteger al… ‘Único testigo’.

“Ten cuidado con los de origen inglés” (Abuelo Eli)

Crítica de Único testigo

Como acabo de exponer, ya han pasado más de 35 años desde que Peter Weir se pusiera tras las cámaras de esta película. Anteriormente había destacado en films como ‘Gallipoli’ (1981) o ‘El año que vivimos peligrosamente’ (1982), ambos con Mel Gibson como protagonista. Sin embargo, fue con ‘Único testigo’ con la que recibiría la primera de sus seis nominaciones al Oscar. En este caso la perdería ante Sydney Pollack por ‘Memorias de África’.

La labor de Weir resalta por el mismo buen hacer que tenían antes casi todas las películas. Planos francamente bien elegidos, nada de tembleques y mostrando la justa violencia que un film como este requería. Tomen buena nota de la sobresaliente filmación del asesinato en los lavabos con una increíble tensión presenciando como el pequeño Samuel se esconde. Por no hablar del clímax con esa llegada de los villanos entre la niebla del amanecer al poblado amish. Bastan estos dos ejemplos para ensalzar la labor de Weir y que el film merezca visionarse. Respecto al asesinato, decir que Weir rodó la escena por separado. Por un lado los actores adultos y, por otro, Lukas Haas en solitario. Por entonces, Haas tenía 7 años y no podía presenciar ese grado de violencia.

La trama nos entrega un thriller policíaco que nos presenta dos mundos: el violento de la policía de Filadelfia y el relajado y tranquilo del universo amish. Precisamente, esta comparación tan radical es uno de los puntos fuertes del film. De una ciudad sucia, oscura, violenta y de una comisaria cargada de ajetreo pasamos a un mundo rural donde el mayor riesgo lo supone la construcción de un establo. De las normas y procederes de los agentes del orden pasamos a las estrictas normas de una comunidad cerrada. La comparativa es brutal y centrada, sobre todo, en la comunidad amish. Será en su poblado dónde se desarrollará la mayor parte del metraje. Aquí veremos los pros y los contras de pertenecer a una sociedad con sus propios postulados. Y aquí también seremos testigos de cómo trata de adaptarse el detective John Book y de cómo es recibido.

Dejando al margen la comparativa comentada, hay algo que flaquea y que es el principal punto débil. Me refiero a lo poco que trasciende la operación ilegal por la cual tres importantes hombres de la Ley cruzan la línea. Tampoco se incide mucho en la figura del compañero de John Book que queda “aislado” en Filadelfia. En estos aspectos se nota que el libreto tuvo que ser recortado por exigencias del estudio. Eso sí, el equipo de guionistas (Earl W. Wallace, William Kelley y Pamela Wallace) consiguieron ganar el Oscar al mejor guión original en la gala de 1986. Curiosamente este fue su primer y único libreto importante.

Al respecto de la ambientación, hay que resaltar lo bien escogido de los terrenos naturales de la finca amish. En este aspecto, la película fue filmada en el condado de Lancaster (Pennsylvania, USA). Conviene recordar que esta zona es uno de los afincamientos amish más importantes de Estados Unidos. Por otro lado, las escenas que transcurren la ciudad fueron rodadas en la propia Filadelfia y con policías verdaderos. Jugando también a favor de la ambientación tenemos la banda sonora de Maurice Jarre que suena peligrosa en la urbe y tranquila en el poblado.

“Sin dan conmigo… encontrarán al chico”. Sin testigos.

En el apartado actoral la película se apoya en Harrison Ford. Como expuse en la intro, Ford estaba en lo más alto y su nombre ya vendía por sí solo las películas. En este caso da vida a John Book, el duro y eficaz detective de homicidios que se ocupará del caso de Samuel. La interpretación de Ford alcanza cotas muy altas manejando un destacado abanico de estados de ánimo: violento, herido, divertido, enamorado,… Sin duda, una de sus más completas interpretaciones. Apunten dos datos importantes: En primer lugar Harrison Ford considera a John Book como uno de los personajes más sobresalientes de su carrera y preparó su performance integrándose activamente en el departamento de homicidios de Filadelfia. En segundo lugar, la Academia premió su actuación con su primera y única nominación al Oscar en la gala de 1986.

Como coprotagonista tenemos a Kelly McGillis, una de las grandes musas de los años 80. McGillis interpreta a Rachel, la madre de Samuel. Mucha atención porque la labor de la actriz también hubiera merecido nominación al Oscar, de hecho fue nominada a los Globos de Oro. Puede que Rachel no sea el tipo de mujer espectacular que veríamos en un póster… sin embargo, la dulzura, inocencia y ternura con que la actriz la retrata hace que cualquiera se enamore de su personaje. Atención a cómo McGillis usa sus ojos como un elemento más de la interpretación y cómo con ellos conecta con Ford.

Los secundarios también están a un gran nivel empezando por la extraordinaria labor de Lukas Haas interpretando al infante Samuel. Haas nos entrega a un tierno e inocente chavalín que ve en John Book no sólo a un protector, sino también a un padre. Atención a su look de pequeño amish con sombrero, ojos negros y orejitas de soplillo. También estarán de parte de Book su hermana interpretada con pocos minutos por Patti LuPone y Brent Jennings como Carter, el compañero que le cubre las espaldas en el caso.

Respecto a los villanos decir que salen muy poco (salvo en el clímax) pero su presencia se torna siempre amenazante. Principalmente hablamos de Josef Sommer como el superior Schaeffer y de Danny Glover como McFee. Sommer nos recrea a un auténtico cínico, un jefe de policía que ha escupido sobre la placa a cambio de dinero. Ojo a la llamada que recibirá de John Book en su propia casa poniéndolo bien firme. Por su parte, Glover casi no tiene diálogos pero se basta con su físico para impactar recreando a McFee, un condecorado oficial que es el brazo armado de Schaeffer capaz de manejarse con navajas, escopetas o pistolas.

Finalmente, entre los amish resaltar a los ya fallecidos Alexander Godunov y Jan Rubes. El primero busca el amor de Rachel y el segundo encarnó al abuelo Eli. ¡Ah! y para los amantes de las estadísticas comentar la irrelevante aparición de Viggo Mortensen en su primer papel para cines. Mortensen básicamente hace de figurante amish y sólo dice una frase en todo el film.

“¿Has perdido la fe, verdad? Solías decir eso de los policías indignos que perdían la fe en su trabajo. Soy yo el que va a por ti. Te voy a joder vivo, cabrón” (John Book)

En conclusión.
Finalizo esta crítica de Único testigo, un thriller policíaco muy trabajado en todos y cada uno de sus aspectos. Probablemente estemos ante la mejor actuación de Harrison Ford que forma junto a Kelly McGillis y un jovencito Lukas Haas un trío irrepetible. Y no lo olviden: “no se fíen de los origen inglés…”.

Tráiler de Único testigo

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