Tres anuncios en las afueras
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¿Hasta dónde está dispuesta a llegar a una madre con el fin de conseguir justicia para su hija? ¿Pueden tres “simples anuncios” revolucionarlo y cambiarlo todo? Ambas respuestas nos las da ya mismo Frances McDormand de la mano de Martin McDonagh en… ‘Tres anuncios en las afueras’.

“La rabia nunca ha resuelto nada” (Sheriff Willoughby)

Crítica de Tres anuncios en las afueras

Como ya expusiera mi compañero Carlos G. en la crítica de Escondidos en Brujas (2008), Martin McDonagh se caracteriza por alinearse en el movimiento conocido como “Teatro de la crueldad” y en su declarado gusto por Quentin Tarantino. Y estas dos peculiaridades, más algún toque de los Coen y del western, las podemos encontrar, más que menos, en esta nueva película que ahora nos entrega, ‘Tres anuncios en las afueras’. Película que combina el humor negro, el sarcasmo y la ironía con el drama más cortante, cruel, real y duro. Una mezcla que no causa indiferencia y con la que McDonagh provoca al espectador.

La historia nos habla de una madre coraje que quiere que se haga justicia con los criminales que violaron y asesinaron a su hija. Pero esto es sólo una parte… porque en el film se debaten también otros temas tales como: la culpa y el tormento, el maltrato, la ira y cómo todo acto tiene sus consecuencias en los que nos rodean, tanto en los buenos como en los malos. Así pues, no estamos puramente ante una historia de venganza e investigación sino ante una historia de consecuencias…y consecuencias son las que provocan en el pueblo los mensajes en las vallas de Mildred Hayes (“Todo el mundo está contigo respecto a Angela. Nadie está contigo respecto a esto”) y las posteriores cartas del Sheriff Willoughby.

El libreto del film es parte de lo mejor e irónicamente también de lo “peor” de la película. Para empezar, lo que más destaca es el perfecto retrato que se hace de los personajes principales, es decir, de los personajes que importan. Aquí se empieza por presentarnos a unos típicos y tópicos protagonistas (la madre que busca venganza, el Sheriff paternalista, el ayudante xenófobo y cazurro…), pero según avanza el metraje vamos conociéndolos a todos. McDonagh ahonda en sus vidas y es entonces cuando se despojan del arquetipo y pasan a tener varias capas. Su evolución a lo largo del film es todo un logro. Y, tal y como pasa en la realidad, aquel tipo que pensabas que era basura pues resulta que no es tan malo…

Por otro lado, y en relación a lo anterior, contrasta el perfecto retrato de los personajes con el desenlace final. No cabe ninguna duda que McDonagh lo ha dejado tal cual para que cada espectador se monte luego su propia película y/o “secuela”… Esto es algo que veo como positivo, pero también como negativo. Positivo porque espabila claramente la imaginación del público obligándole al siempre saludable “ejercicio” de pensar, reflexionar e inventar… Negativo porque deja un claro poso de insatisfacción en todos aquellos que busquen respuestas directas y tajantes. Que cada cual decida cómo tomarlo…

La protagonista principal de la historia es una gran Frances McDormand como Mildred Hayes, una mujer a la que la actriz nacida en Chicago retrata de manera muy endurecida por la dramática pérdida de su hija, pero a la que también sabe dotar de pena y remordimiento interior y de mucha ironía/sarcasmo. En pantalla tenemos a un personaje que apenas si tiene alguna palabra amable en toda la película. Estamos ante una especie de “marimacho” o de Paul Kersey rural que se va encarando con casi todo el pueblo. Una cowboy solitaria dispuesta a batirse en duelo a la más mínima y que casi siempre va a todas partes enfundada en su mono azul de «guerra».

Al respecto de lo comentado, destacar que Frances se inspiró en figuras como John Wayne a la hora de retratar a su Mildred Hayes: “Me fijé mucho en John Wayne, a grandes rasgos, como modelo físico para mi personaje, ya que realmente no había ningún icono femenino en el que me pudiera fijar para Mildred. Podía ver a John Wayne en su forma de caminar y actitud”.

Al lado de Frances McDormand tenemos a otros dos intérpretes que también brillan a su mismo nivel de excelencia. Me refiero a Woody Harrelson y, sobre todo, a Sam Rockwell. Woody Harrelson interpreta al Sheriff Willoughby, un jefe y padre de familia muy querido por toda la comunidad pero que, en su momento, no pudo resolver el asesinato de la hija de Mildred. La actuación de Harrelson es tremendamente convincente y logra transmitir completamente al público el aire cercano que su personaje tiene en la película. Además, de su boca salen las frases más razonables y sentidas de todo el film.

Por su parte, Sam Rockwell da vida a al ayudante Dixon, un cazurro racista y xenófobo con un alto grado de idiotez e infantilismo. Un tipo que vive con su madre y que es de esos que jamás maduran. La actuación de Rockwell directamente es sensacional, alcanzando tal grado de mimetización con su personaje que prácticamente te hace pensar que él es así en la realidad. ¡Ojo! a cómo se pone nervioso y se trastabilla cada vez que le citan a su madre o a cómo devora los cómics.

Teniendo en cuenta la destacadisima labor del trío protagonista podría pensarse que el resto de intérpretes quedarían muy tapados, pero no es así. Por consiguiente, conviene dejar constancia de la muy buena labor del principal secundario: Caleb Landry Jones. El actor texano destaca cada vez que aparece en pantalla como el publicista Red Welby, el joven encargado de la agencia de publicidad al que Mildred le contrata las vallas.

También buen trabajo es el que desarrolla Abbie Cornish como Anne, la esposa de Willoughby. Cumplidora y algo más es la actuación del joven Lucas Hedges dando vida a Robbie, el hijo adolescente de Mildred. Por el contrario, muy desaprovechado queda Peter Dinklage que si no estuviera en la película tampoco pasaría nada. Finalmente, curiosísima es la pareja que forman John Hawkes y Samara Weaving, el primero dando vida al exmarido de Mildred y la segunda a su joven y extremadamente ingenua novia.

“Creo que esas vallas son muy injustas” (Sheriff Willoughby)

En conclusión.
Finalizo esta crítica de Tres anuncios en las afueras, una especie de western rural tremendamente mordaz que alcanza cotas destacadas por su historia de consecuencias y por su galería de personajes. Unos personajes perfectamente interpretados y retratados que esconden bastante más de lo que en un principio podemos adivinar cuando nos son presentados.

Tráiler de Tres anuncios en las afueras

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