Tomorrowland: El mundo del mañana
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Brad Bird nos ofrece una película ciertamente estimulante y original. Una cinta que nos retrotrae al cine de aventuras y ciencia-ficción más clásico de los 80. Todo con un toque Spielbergiano, cargada de grandes set-pieces y de un mensaje cariñoso. A continuación les presentamos… ‘Tomorrowland: El mundo del mañana’.

“Dime muchacho, ¿Qué puede hacer esto para mejorar el futuro?” (Nix)

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Crítica de Tomorrowland: El mundo del mañana

Todos aquellos que están aburridos de remakes, secuelas o reboots… están de suerte con ‘Tomorrowland’. Con esta cinta estamos ante una de las propuestas más interesantes y nostálgicas del cine actual. No en vano, y aunque la película venga de Disney, hay que reconocerle el valor puesto por Brad Bird. Una gran valentía a la hora de realizar un film que recupera, en la mayor parte de su metraje, al mejor cine fantástico y aventurero para todos los públicos. Un film digno de Steven Spielberg y al que que, por desgracia, la taquilla no acompañó.

Brad Bird y Damon Lindelof tejen una muy optimista historia sobre el futuro. Un futuro con dos personajes muy dispares pero que deben colaborar para solucionar “el problema” que plantea la trama. Por un lado está Frank Walker que ha perdido todo optimismo por el futuro. Por otro lado tenemos a Cassie, una joven que ve con buenos ojos que el futuro aún no está escrito, sino que somos nosotros los que lo escribimos. Dos personalidades que, a lo largo del metraje, chocan de una manera divertida. Ambos personajes se van desarrollando gracias a las enternecedoras interpretaciones de George Clooney y Britt Robertson. Amén también a la genial interpretación de Raffey Cassidy. También citar a Hugh Laurie en su papel de Nix.

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Al margen de las sólidas interpretaciones del reparto, la dirección de Brad Bird es cuanto menos notable. Resulta increíble que un realizador como él (casi exclusivo del cine de animación) demuestre que tiene una potencia enorme dirigiendo cintas de acción real. Esto ya lo demostró con creces en Protocolo Fantasma y aquí se reafirma en muchos aspectos.

Bird destaca por dotar al film de un sentido del ritmo elogiable, a pesar de ciertos bajones, aunque creo que se trata más por la duración del film. También destaca el magnífico montaje de las set-pieces. En este sentido, me quedo con el asalto a la casa y no sólo por su enorme sentido de la planificación, sino también porque la BSO de Giacchino realza enormemente la secuencia. Finalmente, hay que destacar los sobresalientes efectos visuales. En este terreno lucen especialmente las secuencias donde se ve “Tomorrowland” y las partes de la ciudad misma. Estas son una mezcla de diseño original y ciertos elementos del parque original que montó Walt Disney en su momento.

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Sin embargo, la película peca de ciertos elementos que terminan, aunque sea un poco, trastocando el resultado final. Como dije más arriba en esta crítica de Tomorrowland: El mundo del mañana, la película es de Disney y eso se nota en muchos aspectos del metraje. Por ejemplo, su mensaje optimista en ciertos momentos de la narración no termina de cuadrar en la escena, aunque en otros momentos sí que lo consigue, pero en otros parece como si estuviéramos viendo un bucle que no termina en ningún momento… Todo esto nos lleva al clímax un tanto obvio y demasiado Disney en comparación al mensaje que transmite la cinta.

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En conclusión.
‘Tomorrowland: El mundo del mañana’ es una vuelta al cine fantástico de los 80 y cercano al Spielberg de la época, a pesar de que hay cierta sobresaturación del mensaje del film y el final resulta demasiado “made in Disney”. En definitiva, es una propuesta bastante original y enormemente disfrutable. Destaca la enorme pericia tras las cámaras de Brad Bird y un reparto compenetrado. Amén de las enérgicas escenas de acción y la rítmica banda sonora de Michael Giacchino.

Tráiler de Tomorrowland: El mundo del mañana

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