Slender Man
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Surgió de los mitos y leyendas de Internet como misteriosa e inquietante figura fantasmagórica. Fue convertido en “meme” viral y “real” al que rendir culto. Ahora salta al cine consiguiendo su propia película. Ha llegado el momento de conocer a… ‘Slender Man’.

“Aquellos que oigan las tres campanadas aceptarán su invitación”

Crítica de Slender Man

‘Slender Man’ es una creación de Eric Knudsen (Victor Surge) alumbrada en 2009 en el foro de internet Something Awful. Para su configuración, se inspiró en las criaturas de videojuegos como ‘Silent Hill’ y en las del universo de Lovecraft. Su inquietante imagen y el dejar abiertos los motivos por los que actúa pronto lo convirtieron en el personaje más viral del “creepypasta”. Su influencia llegó a ser tan grande que incluso se perpetraron crímenes para rendirle culto. En el documental ‘Beware the Slenderman’ (Irene Taylor Brodsky, 2016) pueden encontrar una referencia a estos sucesos.

Entrando ya en lo que es la película, aquí nos encontramos con un nuevo caso en el que se juntan determinadas circunstancias para terminar arruinando una obra. Me refiero a circunstancias tales como: el miedo al público y el PG-13. Estos factores, íntimamente relacionados entre sí, han despeñado por completo este film dirigido por Sylvain White.

En relación a lo anterior, ‘Slender Man’ fue objeto de recortes que dejaron fuera del metraje original las escenas más perturbadoras y sangrientas. El objetivo no era otro que evitar causar una sensación extremadamente desagradable al público. Una vez ejecutados los cortes, la película alcanzó una calificación PG-13 que le permitía llegar a más espectadores. Esto se puede comprobar fácilmente viendo la película y luego echándole un ojo al tráiler original. Un tráiler de más de 2 minutos que está montado sobre la base de las escenas “amputadas” (pueden verlo al final de esta reseña).

Por otro lado, y a medida que se acercaba la fecha de estreno, se intentó vender, sin éxito, la película a las plataformas de streaming. Por sorprendente que parezca, y pese a todo, ‘Slender Man’ terminó triplicando en la taquilla su coste (30 millones de recaudación sólo en USA para un coste de 10). Eso sí, su calidad ha quedado hecha picadillo.

Teniendo en cuenta todo lo comentado, la dirección de Sylvain White deviene sin carisma ni garra. ‘Slender Man’ es un trabajo absolutamente despersonalizado que podría haber sido filmado por cualquier novato. La filmación y la fotografía son muy oscuras con casi toda la película transcurriendo en escenas nocturnas o en las habitaciones poco iluminadas de las chicas. Además, el montaje final que vemos en pantalla es francamente malo. Esto provoca que las transiciones entre escenas sean muy poco naturales y que se abuse de planos al cielo y las nubes.

Por su parte, la trama no engancha en ningún momento y sus escasos 93 minutos parecen toda una eternidad. La verdad que esto resulta una pena, porque el personaje de Slender Man podía haber dado para una sugerente y desasosegadora historia de terror. En vez de eso nos encontramos con un libreto que repite muchos lugares y personajes comunes. Además de beber muchísimo de cintas comoThe Ring (Gore Verbinski, 2002) con video mortal incluido. Para colmo, el destino de algunos protagonistas queda totalmente en el limbo o en la sala de edición. Esto mismo sucede con la identidad de algún que otro personaje (por ejemplo, el que se comunica con las protagonistas por Internet).

Los elementos terroríficos para causar miedo resultan gastadísimos. El ejemplo más claro de esto es la continua subida del volumen en busca del sobresalto y el susto fácil. Además, también hace de aparición la típica pesadilla de la protagonista. Este recurso se repite hasta el hastío y se llega a rizar el rizo con “la pesadilla dentro de la pesadilla”. Ahora bien, aquí merecen rescatarse dos secuencias: una que transcurre en una biblioteca y, sobre todo, otra que se desarrolla en un hospital. Al margen de estas dos secuencias, apenas hay imágenes perturbadoras (que era de lo que, más que menos, se trataba aquí).

En el campo de los efectos visuales la película tampoco logra sobresalir. Es cierto que hay una buena ambientación en el entorno del bosque de pesadilla de Slender Man. Sin embargo, la criatura como tal no logra impactar ni hacerse sentir… amén de su innegable tufo a digital en determinadas escenas (el clímax, por ejemplo).

“¿Quién es Slender Man?”… El hombre alto.

Finalmente nos quedan las actuaciones de las jóvenes protagonistas que es de lo poco salvable. Las actrices que más peso tienen a lo largo del metraje son Joey King (Wren) y Julia Godani Telles (Hallie). De hecho, la trama va saltando de la una a la otra, destacando los innegables esfuerzos de Joey King con su personaje. Por su parte, Jaz Sinclair (Chloe) y Annalise Basso (Katie) quedan bastante tapadas. Tan es así que el destino final de Chloe se obvia y Katie sólo aparece al principio.

Del resto de personajes no hay nada que destacar porque es cómo si no estuvieran en la película. Salen poco y en todo momento te da la sensación de que las jóvenes actrices están “solas ante el mundo”. Por rescatar a alguno tenemos a la pequeña Taylor Richardson como Lizzie (la hermana pequeña de Hallie) y Alex Fitzalan como Tom (un noviete que se echa Hallie y cuya trama se va al limbo). Finalmente, Javier Botet se mete en el disfraz de Slender Man cuando este no es generado por ordenador.

En conclusión.
Finalizo esta crítica de Slender Man, una película cuyas circunstancias externas han impedido conocer y juzgar la obra original. Así las cosas, lo que nos ha quedado es un film mediocre al que se le notan claramente sus “costuras”. Ojalá algún día podamos llegar a ver el montaje original y juzgarlo así debidamente.

Tráiler de Slender Man

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