Rush
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En la Fórmula 1 sólo existen las leyendas y las rivalidades. Y ninguna fue tan poderosa y mítica como la que mantuvieron los pilotos James Hunt y Niki Lauda. Una rivalidad mantenida hasta el tristemente famoso accidente de Lauda y su famosa culminación en Japón, bajo el monte Fuji. Ron Howard entrega aquí una de sus mejores películas. Una obra que revisionamos metiendo la quinta marcha de… ‘Rush’.

“25 pilotos empiezan la Fórmula 1 cada temporada y, cada año, dos de nosotros mueren ¿Qué clase de persona quiere un trabajo así? No la gente normal… Rebeldes, lunáticos, soñadores… Gente que quiere dejar huella y están preparados para morir intentándolo” (Niki Lauda)

Crítica de Rush

Ron Howard es un cineasta cuya filmografía tiene varios productos cuanto menos irregulares. No obstante, en su favor presenta una serie de películas que demuestran que es un director bastante potente. Algo de lo que deja constancia cuando tiene un buen material entre manos. Este es el caso de ‘Rush’.

Este film recupera, dentro del género deportivo y del mundo del motor, la mítica rivalidad entre el británico James Hunt y el austriaco Niki Lauda. Rivalidad que empezó cuando ambos aún no habían firmado para ninguna marca y que tuvo su culminación en Japón. Allí, Lauda estuvo a punto de ser campeón del mundo. Sin embargo, terminó siendo sobrepasado por Hunt en el último instante. Además del terrible accidente que sufrió en Nürburgring y que le dejó terribles quemaduras en su rostro.

‘Rush’ es un film centrado en la pasión que compartían tanto Lauda como Hunt por la Fórmula 1 y su enorme rivalidad en los circuitos (al parecer, Lauda no soportaba el espíritu salvaje y agresivo de competición que deleitaba a Hunt). Ron Howard plasma en los 123 minutos de metraje las dos personalidades de ambos personajes, ofreciendo al espectador un más que notable film. Aquí brillan enormemente sus dos actores principales, Daniel Brühl y Chris Hemsworth.

Además, las competiciones están filmadas con un pulso que recuerda al del ya desaparecido Tony Scott, que en varios momentos parece “poseer” a Ron Howard. La reconstrucción de las carreras de la Fórmula 1 durante los años 70 es uno de los puntos fuertes del film. Howard nos ofrece un espectáculo adrenalítico a través de un montaje casi inspirado en las formas de Scott. También nos muestra una fotografía apabullante obra de Anthony Dod Mantle.

Lo anterior se ve acompañado, en todo momento, por la estruendosa y eficiente música de Hans Zimmer. El compositor se aparta de las atmósferas electrónicas para recuperar aquel espíritu lúdico y rockero que poseía en los 90. Una época en la que trabajaba con gente como el propio Tony Scott o Jerry Bruckheimer.

El guión de Peter Morgan (quien años antes colaboró con Howard en otro biopic, ‘El desafío: Frost contra Nixon’) centra todos sus esfuerzos en dibujar la relación entre Lauda y Hunt. Su desarrollo está supeditado por los caracteres de ambos hombres y, sobre todo, por la enorme carga épica del deporte en el que participan. Ahora bien, como ya anticipé, lo que hace elevar más el material es el carisma y presencia de Brühl y Hemsworth.

En las interpretaciones, Daniel Brühl se mete en la piel de Lauda. El hispano-alemán consigue dar forma a un personaje que ve este deporte como algo casi mágico y de pura lógica. Por su parte, Chris Hemsworth va acorde con su propio aire ofreciendo a un personaje que ve su vida como algo salvaje. De hecho, Hunt era famoso por su visión del deporte y la vida como algo visceral y competitivo, además de agresivo. Sus fiestas, aire de mujeriego y sus constantes idas y venidas con las mujeres… además de llegar el primero. Siendo esto último lo más importante, incluso a costa de su matrimonio.

Por otro lado, las dos mujeres más destacadas en la vida de ambos protagonistas son interpretadas por Alexandra Maria Lara y Olivia Wilde (Marlene Lauda y Suzie Miller, respectivamente). Ellas son otro de los pilares del guión de Peter Morgan para reflejar las vidas personales de ambos pilotos. Las actrices solventan enormemente sus papeles, aunque queden algo tapadas dentro del montaje de la película.

En conclusión.
Piso ya el freno en esta crítica de Rush, una de las obras más notables y sólidas en su conjunto de Ron Howard. Una película filmada con pulso, montada muy a lo Tony Scott en ‘Días de trueno’ (1990) y acompasada por una solventísima fotografía y una épica música de Hans Zimmer. Amén de sostenerse sobre dos actores principales comprometidísimos y carismáticos.

Tráiler de Rush

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