Riddick
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Como Lord Mariscal nuestro amigo furyano ya es dueño de lo que mata. El problema es ser dueño de lo que uno mata en una cueva de víboras como es la legión de los necros. En consecuencia, el título de Lord Mariscal terminará dejando paso simplemente a… ‘Riddick’.

«La cuestión no es qué pasó… sino, ¿Qué me pasó?» (Riddick)

Crítica de Riddick

David Twohy y Vin Diesel se han autoproclamado, siempre que han podido, fans del personaje de Riddick. Por ello, y a lo largo de estos últimos años, se han ido reuniendo con regularidad para plantearse cómo podían hacer otra continuación. Fue durante esas conversaciones maratonianas cuando ampliaron el universo de Riddick y las mitologías y personajes que residen en él. Cuando la película ya era un hecho, Diesel dictó sentencia: “Se lo debía a los fans, que se han mantenido muy fieles y han visto las películas una y otra y otra vez”.

Así pues, y expuesto lo anterior, aquí tenemos una nueva aventura del furyano nihilista titulada simplemente como ‘Riddick’. La propuesta es toda una aventura y una lógica continuación dentro de los sucesos que vimos en Las crónicas de Riddick (2004). Por supuesto, el principio de la misma va en total sintonía con el modo de proceder de los Necróferos. No obstante, y aun partiendo de la Mitología Necrófera, esta tercera entrega está totalmente en la línea de lo que pudimos ver en el año 2000 con Pitch Black’. Por consiguiente, se recupera su espíritu, parte de su ambientación e incluso se insertan algunas importantes referencias a lo que allí sucedió.

Y de aquí viene precisamente el principal “problema” de ‘Riddick’. La película es tan parecida a ‘Pitch Black’ que cuesta que nos tome por sorpresa u ofrezca cosas nuevas. De hecho, el montaje es casi idéntico al que vimos allí. Como podremos comprobar, la edición de este nuevo film también se divide en tres partes claramente diferenciadas y con temáticas muy parecidas a las de ‘Pitch Black’. Aquí tendremos una primera parte de supervivencia pura y dura, una segunda de búsqueda y captura, y una última de “infierno” puro y duro.

Todo este parecido con ‘Pitch Black’ tampoco convierte a ‘Riddick’ en un mal producto, en absoluto. Lo que sucede es que el factor sorpresa está casi finiquitado. En consecuencia, el film queda por debajo tanto de ‘Pitch Black’ como de ‘Las crónicas de Riddick’. Más que menos esas dos películas, perteneciendo al “Universo de Riddick”, eran bien diferentes la una de la otra. Además contaban con su propia y definida personalidad. Y esto no ocurre en esta tercera entrega. Ahora bien, como continuador de las aventuras del furyano nihilista es un film muy bien trabajado en todos los aspectos. Y esto es algo que David Twohy y el propio Vin Diesel siempre han cuidado al máximo en esta saga.

Según lo manifestado, ‘Riddick’ presenta una buena ambientación, efectos especiales y secuencias de acción. La ambientación en el planeta desértico está realmente conseguida. Los efectos lucen bárbaramente con todas las criaturas que se muestran en pantalla. Algunos ejemplos son el dingo que acompaña a Riddick que está más trabajado que los “perros del infierno” de ‘Las crónicas’ al ser un animatrónico. Por su parte, las naves y motocicletas aéreas son muy convincentes y realistas. Tan es así que Joseph Nemec III (diseñador de producción) encargó una nave espacial totalmente equipada con puertas y rampas que realmente funcionaban. Hasta usaba un tren de aterrizaje de un gran 747. Y, por último, las escenas de acción están notablemente conseguidas con el apoyo puntual de algunas cámaras lentas. Amén de añadir a las mismas alguna que otra muerte de cara a la galería de la trilogía.

De la banda sonora se vuelve a ocupar, por tercera vez y con gran acierto, Graeme Revell. Este compositor nacido en Nueva Zelanda también es ya todo un clásico en la franquicia junto a David Twohy y el propio Vin Diesel. No se entienden las películas de Riddick sin sus partituras.

Vin Diesel sigue dando vida a Riddick. Coronado ya como Lord Mariscal, el furyano ha bajado la guardia, se ha “dejado llevar” y eso le ha costado verse en su dramática situación actual. En este film tenemos de nuevo a Diesel de regreso con su personaje más icónico junto a Dominic Toretto. Un Vin Diesel que se desenvuelve como pez en el agua en este tipo de papeles físicos, de pocas palabras y mucha acción. Esto es lo suyo y lo hace muy bien. A destacar que, en esta entrega, presenta a un Riddick con “algunos kilos de más” y con una musculatura menos definida y fibrosa que la que presentó en ‘Las crónicas de Riddick’ (no hay más que comparar sus brazos, pectorales y abdominales de uno a otro film). Lógicamente, dejó de visitar tanto el gimnasio para dar mejor el pego como este relajado Riddick.

Siguiendo con el reparto tenemos a Jordi Mollá como Santana, el jefe de un grupo de mercenarios «hispanos» que acude al planeta en busca de la cabeza de Riddick. Hay que decir bien alto que Mollá resulta parte de lo mejor del elenco. Se lo pasa en grande dando vida a este tipo bastante peculiar y fantasmón. Un sujeto muy en la línea de Toombs, pero más extremo en lo ridículo. Ojo al mogollón de palos que recibe y a la cantidad de buenas frases que escupe y que ni él mismo se cree: “Mi nombre es Santana. Lo veo todo y lo quiero todo… y voy a llevarme tú cabeza en una caja”. Mollá incluso se permite el lujo de insultar varias veces en español en la VO: “Cállate la boca, zorra de mierda”.

Y si Mollá es la cara positiva del grupo mercenario «hispano», tristemente Dave Bautista es la cruz como Díaz, el principal esbirro y hombre de confianza de Santana. El guión convierte a “La Bomba” en un mero armario. Bautista no luce casi nada en la película y eso que tiene minutos a punta pala. El coloso simplemente se limita a cargar con su ametralladora y a cubrir la espalda de Santana. Entiendo que cuando seleccionas en el casting a un gigante como Dave tienes que sacarle el máximo partido con lo que mejor sabe hacer: lucir su impresionante musculatura y dar palizas a la gente. Y esto no sucede aquí.

Por otra banda, Matt Nable y Katee Sackhoff forman parte de otro equipo que llega al planeta de Riddick casi al mismo tiempo que los mercenarios de Santana. Nable está bien en un papel bastante misterioso. Es el líder de su grupo y es un hombre que sabe controlar en todo momento la situación y a la gente que le rodea. Sackhoff directamente está estupenda como Dahl, una tía durísima, curtida en un mundo de hombres y que da unas trompadas de muchísimo cuidado. En este sentido, Katee destaca tanto por su poderoso y llamativo físico como por su habilidad en las escenas de acción.

Respecto a Karl Urban, y a su personaje de Lord Vaako, no esperéis demasiado. De hecho, bien se podría definir su participación en esta entrega como de simple y puro cameo de cara a la galería y a la línea de continuación con el film anterior. Y por último, y como curiosidad, resaltar que la popular cantante de R&B Keri Lynn Hilson hizo una prueba para interpretar a Dahl. Como ya he comentado, finalmente este rol fue a parar a Katee Sackhoff. Sin embargo, Diesel y Twohy quedaron tan satisfechos con Keri que le dieron un breve papel en la película.

Hay días malos y días memorablemente malos” (Riddick)

En conclusión.
Termino esta crítica de Riddick recordando que nunca es bueno repetirse. Y si ‘Pitch Black’ y ‘Las crónicas de Riddick’ eran dos grandes películas mucha de esa culpa la tenía también la gran diferencia que había entre ambas. En esta tercera entrega no sucede esto. Aquí nos encontramos con una cinta que mezcla varias películas (‘Enemigo mío’ y ‘Acorralado’, por ejemplo) y muy deudora de ‘Pitch Black’. En consecuencia, el producto final se resiente, no destaca tanto como antes y, finalmente, queda uno o dos escalones por debajo de sus predecesoras. Y es una lástima después de haber esperado varios años este regreso…

Tráiler de Riddick

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