Lebanon
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Los tanques pasan por ser La bestia de la guerra’… pero no son nada sin los hombres que los manejan. Ellos son los verdaderos ejecutores de la bestia. Ahora bien, ¿están estos hombres preparados para soportar los horrores de la guerra?… La respuesta la tenemos en… ‘Lebanon’.

“El hombre es de acero. El tanque sólo es de hierro”.

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Crítica de Lebanon.
‘Lebanon’ es un film que sorprende y mucho en su primera media hora de metraje. Durante esa media hora, Samuel Maoz expone todos los puntos fuertes y atrayentes de su cinta… pero luego se limita a repetir de forma casi mecánica los sobresalientes esquemas de esos primeros minutos y, en consecuencia, pierde fuerza y potencia cuál tanque averiado… hasta terminar con un final que a más de uno le dejará cara de tonto, y es que, da la impresión de que a Samuel Maoz, se le acabaron las ideas y decidió cortar por lo sano dejando un final abierto y totalmente en manos del espectador.

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Como expuse en el párrafo anterior, los primeros minutos son sensacionales y en ellos tomamos contacto con lo que va a ser el film. Un film que vendría a ser un como un videojuego bélico de esos de “first shooter person” pues toda la acción la contemplaremos a través del visor de la torreta del tanque. Torreta de la que se ocupa el artillero Shmulik que, cuál jugador, irá observando lo que sucede en el exterior del tanque a la vez que decide o no apretar los interruptores de las poderosas armas que tiene bajo su control.

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También se nos presentarán en estos primeros minutos a los cuatro tripulantes del blindado israelí y conoceremos sus miedos e inquietudes de primera mano. Un retrato de las diferentes personalidades de estos novatos que irán evolucionando a lo largo de la misión.

Finalmente, la cinta presenta otros tres aciertos bárbaros como son: presentar al propio tanque como un organismo vivo que sufre y “sangra” (atención a esos planos en los que el pesado vehículo “sangra” aceite). Mostrar en toda su crudeza el horror de guerra (¡ojo! al plano de un burro llorando con las tripas al aire, tremendísimo plano señores… un plano de apenas un minuto o dos pero que ya dice mucho del horror, consecuencias y alcance de las estúpidas guerras de los hombres). Y, por último, conseguir transmitir en todo momento al espectador la impresión de estar metidos en un tanque de verdad (esto se consigue con el fabuloso montaje sonoro y con una conseguidísima atmósfera sucia, aceitosa y grasienta).

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Pero el film, a pesar de su genial y original propuesta, también como expuse al principio de esta crítica de Lebanon presenta puntos débiles. Y estos son: lo repetitivo de la idea inicial (algo similar a lo que sucedía con Buried de Rodrigo Cortés, sólo que aquí está más acentuado por el continúo uso de la torreta de vigilancia del tanque) y ese final que a más de uno le dejará totalmente frío y casi hasta indiferente.
La verdad que se podía haber completado un film genial pero simplemente se queda en un muy buen film. Un film si queremos de notable pero no de sobresaliente.

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“Bienvenidos a Líbano”… Los novatos de la guerra.

Los protagonistas de esta cinta son: Yoav Donat, Itay Tiran, Oshri Cohen y Michael Moshonov. Estos cuatro actores interpretan respectivamente a Shmulik (el artillero del tanque, asolado por las dudas a la hora de ejecutar los mortales disparos de la bestia, ya que, es el que mira directamente al horror del exterior), Assi (el comandante del tanque que evidentemente no está preparado para la presión del cargo), Hertzel (el cargador, es protestón y tiene la lengua muy larga) y Yigal (el conductor, se limita a conducir y a tratar de no crear conflictos en las entrañas de la bestia).
Gran tour de force el de estos cuatro actores que ejecutan sus papeles cubiertos de la bilis, sangre y sudor de la bestia de la guerra….

También intervienen en papeles destacados: Zohar Shtrauss, Dudu Tassa y Ashraf Barhom. El primero da vida a Jamil, el jefe del Pelotón “Cenicienta”, un militar de esos estrictos y duros que sabe lo que es la guerra y quiere sacar con vida de allí a todos sus hombres. El segundo se mete en el pellejo de un prisionero sirio, y el tercero da vida a un árabe cristianizado que desconoce la piedad y el perdón pregonados por Jesucristo.

“Los tanques no se rompen”.-Jamil.

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En conclusión.
Partiendo de una idea cuanto menos bastante original, ‘Lebanon’, termina por no rematar completamente la faena al abusar sistemáticamente de la misma propuesta una y otra vez. En consecuencia, el “factor sorpresa” inicial se pierde con el transcurrir de los minutos, y el director peca de no introducir alguna novedad lo suficientemente importante como para volver a impactar al espectador. Así, lo que podría haber sido un film redondo se queda en una cinta notable, lo cuál está bastante bien.

Curiosidades.
-Durante el conflicto bélico que enfrentó a Israel con Siria con el Líbano como telón de fondo, el director Samuel Maoz, sirvió como artillero de tanque en el ejército israelita. La experiencia le marcó profundamente la vida.
-El 6 de junio de 1982 Samuel Maoz con 20 años de edad mató de manera instintiva a un hombre durante el conflicto. 25 años después de aquella terrible experiencia que para él supuso aquella muerte y aquella guerra, empezó a escribir el guión de este film.
-A los actores en un principio no se les explicó como sería estar en el interior de un tanque, en vez de eso fueron encerrados en un container oscuro y con un calor abrasador. Y en vez de describir el pánico extremo que se desata cuando disparan al tanque desde todas las direcciones, el container fue golpeado desde fuera con barras de hierro.
-El interior del tanque fue recreado por medio de un set que consistió en una “concha” metálica divida en segmentos que podían ser desmantelados según lo requiriese el rodaje. En el centro había un compartimento para la tripulación.

“Esto es la guerra y la guerra suele ser peligrosa”.-Jamil.

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