Karate Kid
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En 1984 llegaba a las pantallas de todo el mundo una película que se grabaría a fuego en el corazón del público. Esa película era ‘Karate Kid’. Aquí tenemos un clásico de los 80 dirigido por John G. Avildsen. ‘Karate Kid’ es una de las películas más recordadas de su tiempo y su trascendencia se mantiene intacta.

«Ambición sin conocimiento ser como barco en tierra firme».-Sr Miyagi.

Karate Kid

La trama: Un chico llamado Karate Kid.
El joven Daniel Larusso llega a Los Ángeles procedente de la costa Este de los Estados Unidos. Hasta allí se ha trasladado junto a su madre por motivos laborales. Daniel deja atrás a sus amigos, sus costumbres y su ciudad de toda la vida. Ahora deberá adaptarse a todo. Buscar nuevos amigos, escuela nueva y encajar en una ciudad que no es la suya. Todo se complicará cuando aparezcan los «Cobra Kai», una banda de Karatecas escolares que no sienten respeto por nada ni por nadie. Los «Cobra» harán de Larusso su principal blanco. La situación cambiará cuando un anciano llamado Miyagi se haga cargo de la educación marcial de Larusso. Miyagi le enseñará verdaderas lecciones sobre la vida y el Karate que el joven jamás olvidará…

Crítica de Karate Kid

Eran los 80 y el cine de artes marciales estaba en auge (todo lo contrario que actualmente). De esta forma, un título como ‘Karate Kid’ era una apuesta a caballo ganador, un valor seguro. Pero está claro que para que este film sea esa joya nostálgica que muchos recordamos (y que marcó nuestra juventud) debería tener algo más que simples coreografías de combates…

En su año de estreno, y posteriormente en VHS, la vi infinidad de veces. Sin embargo, nunca reparé en otra cosa que no fuera en las peleas. Mi edad de enano, que alucinaba con las artes marciales, no daba para más. Así pues, me conformaba con que el bueno de la película recibía palizas, un legendario maestro le entrenaba y volvía dispuesto a vengarse de todos. Eso ocurre con muchas películas de nuestra juventud de las que guardamos un grato recuerdo. Realmente, en esos momentos de nuestra vida nos guiábamos por otras facetas a la hora de juzgarlas y nos gustaban cosas totalmente disparatadas. Eso, unido a que eran otros tiempo (y el cine era muy diferente), hace que un revisionado de un film con 25-35 años sea arriesgarse a perder el buen sabor de boca que teníamos.

Karate Kid

En mi caso, hacía muchos años que no volvía a ver ‘Karate Kid’. Tantos que sólo recordaba fragmentos aislados pero nada de lo fundamental de la película. Una vez revisionada puedo decir dos cosas seguras. Primero: ha envejecido muy bien. Segundo: al contrario de lo que pudiera pensarse tiene unas actuaciones muy buenas. Bien es cierto que el eje central es el Karate, pero el film no habría ido demasiado lejos si no hubiera contado con una genial dirección y unas actuaciones destacadas. Muchos no sabréis que la saga llegó a una cuarta parte en la que una chica era la discípula del Sr. Miyagi (encarnada por Hilary Swank). Eso es debido a que esa cinta solo tenía en común con sus antecesoras la idea. No cuajó, no gustó, no lo hicieron bien y la gente la rechazó. Todo lo contrario que a esta sorprendente primera parte.

La historia de ‘Karate Kid’ se ampara en pilares sólidos que actualmente no se valoran como merecen. Este es otro motivo más por el cual es tan buena. Hablamos de la amistad: los amigos siempre te ayudan y aparecerán donde menos te lo esperes. Hablamos de la confianza en uno mismo. También nos referimos a cómo las artes marciales se aprenden para no tener que pelear. Esto último significa saber defenderse, no usarlas en contra de los demás porque sí. En este sentido, destaco esta frase: “¿Por qué aprender Karate, Daniel San? Para no tener que pelear”.

La película también nos muestra unos ideales que, con las motivaciones incorrectas, pueden ser muy perjudiciales. “Daniel San, no existe mal alumno sino mal maestro”. En la película, el maestro de Karate de “los Cobra” es una mala persona. Un tipo violento que juega sucio, abusa de su poder e incita a sus alumnos a hacer lo mismo. No da buen uso al Karate y como resultado nace una banda de macarras intimidando a todo aquel que no siga sus reglas. Daniel Larusso será su víctima potencial: un chico nuevo en la zona. Un adolescente que viene de lejos, sin amigos, sin padre a la vista y sin hermanos mayores. Un chico que encima tontea con la ex del cabecilla. En definitiva, el blanco perfecto. Todo esto a día de hoy se sigue viendo y, por desgracia, sigue existiendo.

Karate Kid

Al respecto de las actuaciones, decir que los intérpretes están todos muy bien en sus papeles. Evidentemente destaca el dúo protagonista: Ralph Macchio como Daniel Larusso, el joven que recibirá de palos hasta que se enfrente de cara a los problemas. Y, a su lado, Pat Morita en el papel que marcaría para siempre su carrera: el señor Miyagi. ¿Quién no lo ve en cualquier film y dice: “¡El señor Miyagi!”?. También hay que destacar a William Zabka como Johnny Lawrence, el cabecilla de los Cobra. La chica fue interpretada por Elisabeth Shue como Ali, la novia de Johnny. Para Martin Kove quedó el rol del maestro de los Cobra. Finalmente, Randee Heller interpreta a Lucille, la madre de Daniel.

La dirección de John G. Avildsen brilla con luz propia. El director deRocky’ (1976) nos regala otra joya que quedaría grabada en nuestras retinas y en nuestros corazones. Avildsen supo dotar al film de un equilibrio necesario para que no se convirtiera en una película de peleas sin más, o en un dramón lacrimógeno sobre un apalizado canijo. Conjugó todo su buen hacer hasta dar con la película que quería. La película que nos gustó y que nos cautivó. Un film cargado de frases geniales, en su mayor parte salidas de la sabiduría del Sr Miyagi y de los lápices de Robert Mark Kamen.

Karate Kid

La repercusión de ‘Karate Kid’ fue muy grande. Yo era muy pequeño cuando se estrenó en cines para saber medir su alcance. Pero cierto es que muchos amigos más viejos me cuentan historias sobre cómo toda la juventud salía del cine pegando patadas al aire tras verla, o como las academias de Karate (y bueno, artes marciales en general) se llenaron tras el estreno. A eso se llama repercusión. Eso es lo que el film nos dejó. No conozco a nadie que le digas ‘Karate Kid’ y no sepa de qué film hablamos. Todo esto ya es más de lo que muchas películas pueden presumir…

En cuanto a recaudación, hizo lo suficiente para que se acordara rodar una segunda entrega. La cosa quedaría en cuatro películas o en tres más una, si dejamos fuera de la continuidad de la saga la última. Se crearía una serie de dibujos animados muy divertida en la que Daniel Larusso y su maestro Miyagi viajaban alrededor del mundo tras una reliquia poderosa. Y, por último, se rodó un remake con Jaden Smith y Jackie Chan: The Karate Kid (Harald Zwart, 2010).

Conclusiones.
Un clásico más de los 80 para tener en cuenta. Si no la has visto es que eres muy joven o sencillamente estarías en misión espacial. Aun así, aconsejo que le des un visionado ¡ya mismo! porque la película, sin duda, lo merece. Cine hecho con esmero, artesanal y como se hacía antes. Unos actores que bordan sus actuaciones con mención especial a Pat Morita en el papel de su vida. Por fortuna no ha envejecido nada mal, al contrario, ya que si la comparamos a muchas películas modernas notaremos las carencias del cine de actual. No puedo añadir nada más a esta crítica de Karate Kid. Imprescindible en tu colección.

Tráiler de Karate Kid

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