Fundido a negro
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Toca rescatar del olvido a un personaje que debería de ser un referente del cine de terror de los 80s (por lo menos para un servidor si lo es), y que o mucho me equivoco o lastimosamente no tuvo la repercusión que merecía. Citando al tag-line de su VHS español original: “Eric Binford vive para las películas… y a veces también mata por ellas” y nada acabará hasta que llegue el ‘Fundido a negro’.

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Crítica de Fundido a negro.
El productor Irwin Yablans, responsable de Halloween, recibió un día en su despacho la visita de Vernon Zimmerman, un guionista que traía consigo una disparatada idea para seguir con la moda de las “slasher movies”, una de las más representativas la ya citada dirigida en 1979 por John Carpenter. Rápidamente, Yablans vio posibilidades en esa historia, y adjunto un guión que tenía en su poder titulado provisionalmente “Alex” para que Zimmerman puliera el suyo, ‘Fade To Black’. Así fue, a grandes rasgos, como empezó a gestarse ‘Fundido a negro’, esta extraña cinta de terror que homenajea al Hollywood de los años dorados (la década de los cincuenta, sobre todo) al mismo tiempo que busca entrar seriamente en temas como: las adicciones, el maltrato psicológico, o el impacto del cine en la sociedad (mezclando para ello el propio cine dentro del cine).

La película está protagonizada por Dennis Christopher (una suerte de James Woods mezclado con Brad Dourif) que venía de ser una de las caras visibles de dos films importantes de los 70s como fueron: ‘El relevo’ (nominada a 5 Oscar´s) y ‘Carros de fuego’. Christopher crea un Binford a su imagen y semejanza, es decir, un tipo en apariencia escuálido y con cara de tipo usual, que va a vivir en sus carnes una especie de ‘After Hours’ (‘Jo qué noche’, 1985 Martin Scorsese) en versión psicótica total cuando toda su rabia e ira contenida salga a la luz tras un asesinato del que logró salir impune. A partir de ese instante, un desquiciado Binford dará rienda suelta a toda su vena asesina, tomando represalias contra todo aquel que lo ninguneó, maltrató y humilló en el pasado… sirviéndose de la inspiración de sus adoradas películas y de los personajes que venera véase: Humphrey Bogart, Cary Grant, James Cagney, Richard Widmark, Drácula, La Momia… Incluso hay hueco para una inspiración con forma de mujer, Marilyn, una aspirante a modelo y actriz que se topa con Binford, y que luce un nada disimulado aire a lo Marilyn Monroe. Todo ello con la perpetua sombra dePsicosis de por medio, ¡ojo! al homenaje del asesinato de la escalera, y a la parodia de la ducha, porque son dos de los momentos más inclasificables del film.

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‘Fundido a negro’ se ve a leguas que fue un film pequeño e independiente, hecho por cuatro duros para el mercado del video con el que Yablans pensaba seguir sacando un buen dinero mientras ponía en marcha una secuela del ‘Halloween’ de Carpenter, incluso, seguramente por imposición suya, el poster de dicho film aparece en reiteradas ocasiones en ‘Fundido en negro’. Mientras, Zimmerman (al que se le aprecian unas mayores ambiciones artísticas tanto en la dirección como en algunas ideas del guión) plasma en pantalla una suerte de Circo de los Extraños, donde todo personaje hace mucho por querer morir delante de nuestros ojos, y hasta podemos compadecer al pobre diablo de Eric, quien presa de la más absoluta locura acaba por querer tan sólo un momento de fama, algo que queda para siempre en la retina de los demás, acariciar, aunque sea por un instante la cima del mundo (atención al constante guiño/homenaje/paralelismo entre Binford y el James Cagney de ‘Al rojo vivo’, luego retomado enRicochet de Russell Mulcahy).
Además de su delirante premisa argumental –que luego puede ser mejor o peor llevada a la práctica, lo cual queda a juicio del espectador, y del cariño que tenga a los films y actores que homenajea- tenemos en ‘Fundido a negro’ un estudio muy usual del más radical de los aficionados al cine, del llamado “geek”: Christopher con su sola presencia ya se basta para darnos una idea de lo que ha pasado su personaje hasta llegar al punto de no retorno en donde lo encontramos, tras un desengaño amoroso, y los inaguantables desprecios de su tía y sus compañeros de trabajo (entre ellos un semi-debutante Mickey Rourke) Binford tomará el camino de la venganza, y lo hará como más le gusta: matando con arte cinematográfico, llevando a cabo una serie de muertes que, sin duda, son de lo mejor del film. Todas ellas se van intercalando con extractos originales de los films de los cuales Eric ha tomado su inspiración, así puede ser una oscura ave nocturna (Bela Lugosi/Drácula) una silenciosa y mortal Momia o un pistolero sacado de un Western con ganas de batirse en duelo en un callejón… este último uno de los momentos más conseguidos en todos sus aspectos, tanto en la espeluznante mutación de Binford como as del revólver, como en su visualización y situación (un callejón humeante del Los Ángeles ochentero). Finalmente, todo, como aquello que acaba, acaba mal, sobre todo para el pobre diablo de Eric, pero por lo menos, acaba a su manera.

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De su reparto conviene destacar aparte además de a un perfecto Dennis Christopher (que parece vivir una especie de revival en la actualidad gracias a pequeñas apariciones enDjango desencadenado -¡cómo no! Tarantino al rescate-, Movie 43 y la esperada por España, ‘Sin City: Una dama por la que matar’) a Mickey Rourke en su segunda incursión como actor, tras su papel de extra sin texto en ‘La puerta del cielo’. Rourke da vida a uno de los compañeros de trabajo de Binford que pagará muy caro su poco conocimiento cinematográfico y ser mal pagador, cuando tras perder una apuesta con Eric, decida seguir mofándose de él, en vez de aceptar su derrota y pagar lo acordado.

Apuntar como curiosidad final que, en los créditos del film, la actriz Linda Kerridge es presentada bajo el rotulo ‘And introducing’ el cual se usa para un intérprete que tiene un papel en el film de nivel, o cualidades para destacar en el futuro. Bien, en este caso por lo menos, Kerridge no hizo nada que valiera la pena, aparte de lucir un apreciable parecido físico con Marilyn Monroe que fue lo que le consiguió varios papeles en su escasa filmografía.

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En resumidas cuentas.
Finalizo ya esta crítica de Fundido a negro, toda una rareza, un largometraje cuya propia mitología es mayor que su propia calidad artística, lo cual lo hace digno de ser considerado pieza de culto. Para el recuerdo, una conseguida retahíla de homenajes, guiños y parodias de grandes clásicos y personajes inmortales del celuloide. Un Dennis Christopher en pleno apogeo y la presentación con diálogo de Mickey Rourke.

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