El precio del dinero 2
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Y llegamos a la segunda y definitiva parte de nuestro especial El precio del dinero”. Llega la hora de saber qué artistas se han alzado a los puestos más altos de este ranking de “Toma el dinero y corre…”…

Este artículo especial sigue estando patrocinado por Jack Palance, y su antológica recreación del Che Guevara, en la descomunal parodia involuntaria, ‘Che!’ (1969).

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5º.-Marlon Brando (¿El actor más versátil de todos los tiempos?).
Sólo un actor como Marlon Brando era capaz de acudir a la llamada de la verde moneda siempre que la necesidad económica lo precisara, sin importar la calidad del producto. Y es que, estamos hablando de una leyenda imborrable del cine, un actor que revolucionó la interpretación para siempre, pero también, un divo imposible de encauzar, que poseía una isla privada, y una retahíla de hijos y pensiones alimenticias, que generaban unos enormes gastos a los que debía hacer frente.

Brando ganó dos Oscar´s por ‘La ley del silencio’ y ‘El Padrino’. Aunque a él los propios Oscars le dieran igual. Brando ya tenía precedentes de incursiones imposibles en ‘La casa de té de la luna de agosto’, donde daba vida a un ¡asiático! ‘Ellas y ellos’, donde no se sabe cómo, no se dio cuenta de que intentar superar a Frank Sinatra ¡en un musical! era un suicidio artístico de cajón… o su inenarrable auto-inmolación en ‘Cristóbal Colón: El descubrimiento’.

Migajas, todo migajas, comparado con lo que Brando nos tenía guardado en los 90s, cuando se superó a sí mismo en ‘La isla del Doctor Moreau’, en donde lo único más grande que el propio Brando (y ahora hablo del perímetro físico, no del talento) fue el ego de Val Kilmer que venía muy crecidito de hacerBatman Forever, la cual él pensaba que lo convertiría en una estrella…
La verdad, es que por mucho que uno intente ser benevolente, este largometraje de John Frankenheimer (seguramente plagado de buenas intenciones) es rematadamente espantoso. No por casualidad, el director, siempre renegó de él, incluso pidió a los productores que borraran su nombre de los créditos finales, lo cual no consiguió. Y sólo la realización dos años más tardes de la trepidante Ronin logró que Frankenheimer recuperara parte de su fama de artesano del cine de acción.
Pero volvamos al actor que nos ocupa, que es, junto a el (maquillado como) enano deforme que tiene como mascota, el auténtico protagonista de la función, y con todo merecimiento. Es muy doloroso ver a Brando, un súper-clase, vestido con túnicas, con la cabeza parcialmente afeitada, mostrando sin tapujos su oronda figura y con la cara embadurnada en crema solar en las secuencias al aire libre. Marlon toca con los dedos de las dos manos el abismo más profundo de la auto-degradación interpretativa. Y encima, su personaje no ayuda en nada para sacarle del atolladero en donde él mismo parece meterse. Su Doctor Moreau es un médico lunático que juega a ser Dios en una isla perdida. ¿Quién da más?
Como ya hiciera Sean Connery en ‘Los Vengadores’, Brando se atreve hasta con el piano, eso sí, supera al inolvidable 007, cuando aparece en escena junto a su enano que también tiene un piano a su medida, y va vestido igual, y ambos, tocan la misma canción ante la mirada perpleja del espectador. El desparrame del guión, queda en un segundo plano cada vez que Brando aparece en pantalla, que es menos de un tercio del relato, pero sus apariciones merecen mucho la pena (hablando sarcásticamente, y con todo el dolor de un seguidor y admirador del talento del actor).
Al final, su desoladora presencia, hace que los actos que comete su personaje, ni nos asusten (en la cinta, el personaje de Brando, el doctor Moreau, cruza genéticamente el ADN de humanos con animales, creando una importante retahíla de monstruos a los que él llama hijos). Cuando llega la consabida escena en donde el vil y enfermizo doctor, recibe su merecido (en un nada disimulado guiño a ‘Apocalipse Now’) el espectador ya está curado de espanto, y sólo le queda buscar un culpable para que le devuelva los más de 100 minutos de vida perdidos en semejante infamia.
Sobra decir que, como en toda película que le importaba directamente un pimiento, Brando no se aprendió el guión, y uso una técnica personal patentada por él mismo en ‘La fórmula’ (1980, John G. Advilsen) que consiste en llevar un auricular (que aquí quedaba fuera del plano, y en la cinta de Advilsen, tenía hasta una excusa argumental, ya que el personaje de Brando en aquella estaba medio sordo) en donde una segunda persona fuera de plano le iban recitando las líneas de dialogo que Brando repetía delante de la cámara. El acabose fue, cuando, dicen, un día de rodaje, la señal del pinganillo de Brando se cruzó con la de una emisora de radio, y este empezó a narrar un partido de béisbol, creyendo por unos instantes que aquellas eran sus líneas del guión. Soliloquio que finiquito el propio Brando, gritando como un loco: ¿¡quién ha escrito esta mierda!?

Conclusión: Ni el mismísimo Perry Mason, lograría que Brando saliera indemne de un supuesto juicio por este atentado artístico. Y, por ello, queda condenado a este quinto puesto. Caso cerrado.

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4º.-Roger Moore (Un viejo muy picante).
Y si en el número nueve teníamos a un agente con licencia para matar, en el nº 4 tenemos a otro. Un auténtico cachondo, les hablamos del único e inimitable Roger Moore.

Bien puedo decir que Moore fue un sacacuartos de primera categoría, que se encontró con una oportunidad entre un millón cuando los brazos fuertes de la franquicia 007 vieron en él al sustituto ideal de Connery, después de que el ex-modelo George Lazenby viviera su (fugaz) momento de gloria en la saga.
Moore se aferró a Bond como al hierro candente y no lo soltó hasta que lo echaron. Y él solo, sin ayuda de nadie, supo cómo ponerse en evidencia al no saber retirarse a tiempo y permitir que el mundo entero viera como hacía el saltimbanqui en los pocos planos en los que no era doblado en cintas como ‘Panorama para matar’ y ‘Octopussy’…

Pero esas no fueron las películas que le hicieron merecedor de estar rozando el pódium de honor de nuestra lista. Los films que le valieron la inmortalidad, gracias al bochorno que se ganaba a pulso participando en ellas sólo por la ceros del cheque, y sin importarle ser embajador de Unicef por el mundo fueron: ‘Spice World’ y ‘Boat Trip’, por mucho que Moore afirmara en su momento que ‘The Quest: En Busca de la ciudad perdida’ (Jean-Claude Van Damme, 1996) era la peor de sus incursiones cinematográficas… Eso sería porque aún no habían tenido lugar estas dos “aberraciones”. En la primera de ellas, Moore se dejó ningunear por las cuatro pseudo-estrellas de moda del momento (las Spice Girls) haciendo de una especie de guía-mayordomo de estas por su gira mundial… Tremendo señores, tremendo. ‘Spice World’ es la cura contra el insomnio, eso sí, a cambio uno recibe 90 minutos de tontunadas y bochorno, alto precio. Todo ello servido con total gentileza por muy bien pagado Roger Moore.
Pero es que luego, no contento con “participar” en semejante esperpento, el amiguete Roger se embarcó en el crucero del infierno junto a Cuba Gooding Jr. (otro que tiene tela). El otrora infalible espía al servicio de su majestad, pasaba aquí a ser un viejo-verde gay, en busca de carne fresca en ‘Boat Trip’. La cual de paso, se encargó de finiquitar la carrera de Gooding Jr. como protagonista.
Hoy día, Gooding Jr. vaga por las calles de Los Ángeles mendigando un papel de reparto en cualquier producción que pueda estrenarse en la gran pantalla, mientras se arrastra por Bulgaria en explotations de acción de bajo calado para Millenium Films.
Por su parte, Moore, vive en paz sus últimos años de vida, semi-retirado del cine y rememorando sus viejos tiempos como galán, y gran comediante en recordadísimos éxitos de taquilla como ‘Atraco a falda armada’.

Conclusión: Suerte tiene Moore de no estar en el medievo, porque de la lapidación no le salvaba ni su encanto de gentleman inglés. Por su mala boca y su peor tino, le condenamos a recibir patadas circulares de JCVD en todo el mentón por los tiempos de los tiempos; Amén.

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3º.-Burt Reynolds (Un poli muy peleón y un político santurrón).
A Burt Reynolds, sobre todo se le recordará por dos obras maestras imprescindibles: ‘Defensa’ y ‘El Rompehuesos’, incluso, su debut como director en la recuperable ‘La Brigada de Sharky’ merece la pena. Pero si hay una cinta que hay que ver si o si, se sea o no fan del actor es… ‘Un Policía y pico’ (1993).

En esa cinta, un Reynolds de 60 años se quiere hacer pasar por un durísimo poli cuarentón y solitario, que debe de asociarse con un niño afroamericano (Norman D. Golden II), para resolver un intrincado asesinato.
Ver a Reynolds meter barriga, sacar pelambrera del pecho con los botones de la camisa a medio abrochar “a lo Camarón”, caminar arrastrándose debido a unos nada disimulados dolores de pies causados por unas botas camperas que le quedan pequeñas, y sobre todo, tener que recurrir a la ayuda de un chavalín de pocas luces para hacer su trabajo policial es digno de ser visto. Y ya ni hablamos de los descarados dobles a los que recurren para hacernos creer las hazañas del personaje de Reynolds. Decididamente estamos ante un film a reivindicar desde ya.

Pero es que, no contento con hacer el ridículo una vez en los 90s, en 1997 se volvió a desprender de toda la vergüenza que aún le quedaba, para dejarse ningunear por una stripper tontorrona y siliconada a la que daba vida Demi Moore en ‘Striptease’. Lo de Reynolds en este film directamente no tiene nombre. Aquí le tenemos dando vida a un salidísimo senador americano, empeñado en hundir su reputación yéndose constantemente de mujeres de la calle, y encoñandose con el personaje de Demi Moore, y bañándose desnudo en aceite corporal para poder ponerse cachondo.
Toda vez, que ya había perdido definitivamente la vergüenza y el pudor, parece que le cogió el gustillo al asunto y siguió y siguió con su auto-flagelación enrolándose en producciones que parecían escogidas por su peor enemigos como: ‘De perdidos al río’ (donde parodiaba el personaje que interpretó en ‘Defensa’), ‘Dos chalados y muchas curvas’ (protagonizada por Johnny “Jackass” Knoxville & Sean William Scott) o ‘En el nombre del rey’ by Uwe Boll.

Conclusión: Porque gran parte del dinero que ganó en estos films lo gastó en sus eternos peluquines. Por no saber retirarse a tiempo, y ahorrar lo que ganó en los 60s y 70s, Burt Reynolds se alza con el tercer puesto, y para él va la medalla de bronce.

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2º.-Robert De Niro (Y sus locas, locas aventuras).
Seguro que si ahora mismo instáramos al lector a que llevara a cabo una lista con los diez mejores actores de Hollywood en los últimos cincuenta años, uno de los primeros nombres que le vendrían a la cabeza es el de Robert De Niro, pero ¡ah amigo!, en su filmografía no es oro todo lo que reluce…

Bobby tiene en su haber el enorme mérito de poder sacarle brillo cada vez que quiera, o contratar a otro para que lo haga, a sus dos premios Oscar´s, el primero de ellos por ‘El Padrino II’, en un papel para el cual tuvo que aprenderse sus diálogos en italiano. Y en 1984, lograría otro, esta vez, como actor principal por su demoledor papel en ‘Toro Salvaje’.
Pero, llego un momento en la vida de De Niro, en que se levantó de un salto de su sillón, y decidió mandarlo todo al garete. Y lo hizo como un grande, como sólo él sabe hacer: por todo lo alto, protagonizando un tridente demoledor: ‘Las aventuras de Rocky & Bullwinkle’, ‘El escondite’ y ‘Stardust’.
Y ojo, porque no contento con estas, también se dejó ver por cintas tan justamente olvidadas como ‘El puente de San Luis Rey’ o ‘El enviado’.

Pero centrémonos en ese tríptico del mal (‘Las aventuras de Rocky & Bullwinkle’, ‘El escondite’ y ‘Stardust’), se mire por donde se mire, y haya cobrado los 25 millones que todo parece indicar le pagaron, cuesta creer que De Niro (el mismo De Niro, que rechazó Collateral, por no comparar esta con su con anterior papel en ‘Taxi Driver’) se prestara a reírse de sí mismo como líder maligno de los patanes villanos que se empeñan inútilmente en atrapar a dos dibujos animados (horrorosamente digitalizados e insertados con los actores de carne y hueso) en ‘Las aventuras de Rocky & Bullwinkle’. Inconcebible. Y no sólo eso, sino que De Niro se prestó a la broma facilona, imitando su inolvidable “¿Me estás hablando a mi?” Inaudito. Pero, como Bobby ya estaba dispuesto a caer a tumba abierta, pues prosiguió, y se superó a si mismo unos años más tarde con ‘El escondite’ donde la pobre Dakota Fanning tuvo que asistir a un memorable desfile de muecas y gestos por parte del ya curtido De Niro. Sí como yo, respetaban al protagonista de ‘Uno de los nuestros’, prepárense para el desastre…

El siguiente párrafo contiene un destripe importante de la película. Se aconseja al espectador que NO haya visto aún el film, se lo salte, si tiene intención de ver la cinta en un futuro próximo y pase a Conclusión.

… En el clímax final se descubre que el asesino del film es el personaje de ¡De Niro! Quien espera a que su hija baje las escaleras con un bate ensangrentado en la mano, y una mueca que desatara las risas del más serio de la sala, no contento con ello, perseguirá a la pequeña hasta una especie de lago subterráneo cercano, en donde proseguirá con su festival de gestos y muecas, en lo que es una demolición digna de ser vista.

Como todavía le quedaban ganas de “fiesta” y tras llevarse unos buenos cheques por fracasos de taquilla como ‘Showtime’ (junto a Eddie Murphy) o ‘15 Minutos’. De Niro, terminó de rematar la faena con su travestido rol de bucanero “peligroso” en ‘Stardust’.

Conclusión: Ver caer tan bajo a un intérprete tan talentoso duele, pero cuando ya se ensaña y parece cogerle gusto al asunto, como fue el caso de nuestro número 2, uno no puede arreglar el asunto con un par de pescozones y para casa. Hay que ponerse serio, por ello, mandamos a De Niro a un crucero de lujo todo incluido, junto a Roger Moore y Cuba Gooding Jr, para que recapacite y se lo piense dos veces antes de volver a decir SI a proyectos como los citados anteriormente.

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1º.-Jon Voight (Y como tropezar una y otra, y otra vez con la misma piedra).
Solo con ver los títulos que el renegado progenitor de Angelina Jolie se ha (in)dignado a protagonizar ya son motivos suficientes para alzarse con el primer puesto de nuestro peculiar ranking de vergüenzas cinematográficas.

Jon Voight representa en su extrañísima figura, tanto física como mental, la pura esencia del “vendido” cinematográfico de Hollywood. Lejos, muy lejos quedan los años setenta, incluso parte de los 80s, donde Voight era considerado un actor del método, capaz de transmutarse en cualquier personaje, y llevar a cabo grandes interpretaciones. Ganador del Oscar al mejor actor por ‘El regreso’. Años antes nominado por ‘Cowboy de Medianoche’. Voight tuvo un efímero comeback artístico en los años ochenta con sus papeles en la altamente lacrimógena ‘Campeón’ y su segunda nominación, al Oscar por la durísima El tren del infierno’.
En los años setenta, co-protagonizó junto a nuestra medalla de bronce (Burt Reynolds) ‘Defensa’, una de las grandes obras maestras de la década. Pero a finales de los ochenta, y sobre todo en los 90s se le apagó la mecha, y comenzó a enlazar bodrio tras bodrio sin sonrojarse lo más mínimo (lo cual es sólo un decir), siendo rescatado del pozo por Brian De Palma para Misión imposible y Michael Mann para papeles secundarios en Heat o ‘Ali’.

Una de las grandes puntillas a su carrera fue salir en los medios de comunicación llorando a moco tendido pidiéndole a su hija, Angelina Jolie, que buscara ayuda, porque, en su opinión, estaba gravemente enferma psicológicamente, y eso lo dijo al mismo tiempo que se dejaba ver en títulos tan explícitos como:
‘Karate Dog’: Villano de la función. Emperrado en cargarse al karateka can protagonista. Sí. He dicho que el protagonista es un perro que sabe karate. Y lo más grave, es que es verdad e hicieron una peli como prueba de ella.
‘Los SuperBabies’: Súper-villano de la función. Empeñado en mandar al corral de los quietos al grupo de bebés protagonistas. Sí. He dicho: “grupo de bebés”, y encima hablan entre ellos como si fueran adultos.
‘Se busca’: Mega-villano. Alto cargo militar, en otro papel más de maloso chungo, que se empeña en matar al protagonista y héroe de la función con toda la ineptitud de la que es capaz, indigna del rango que ostenta. Para acabar siendo vacilado, y apalizado con saña por Kenneth Ivory Wayans. Sí. “Kenneth Ivory Wayans y héroe” en la misma frase….
‘Bratz, la película’: ¿De verdad necesitan una descripción de cuál era su papel en este film?

Y no me olvido de su aparición estelar en Transformers de Michael Bay, donde está más perdido que una monja en un burdel. Empieza siendo un secretario de defensa de los de traje y despacho, para acabar disparando con una ametralladora contra robots del espacio, todo eso sin cambiar la expresión de “quécoñohagoyoaquí” de su rostro.

Antes se dejó ver en las aventuras de Lara Croft: Tomb Raider, en donde compartía plano, retocado digitalmente eso sí, junto a su hija; ambos rodaron sus escenas por separado, y luego en post-producción se encargaron de que todo encajara en la historia. Y en un rol calcado a este, en otras dos entregas de cine de aventura cien por cien USA, esta vez como padre de Nicolas Cage (que no participa en este ranking, porque entonces, no habría ranking… simplemente sería un monográfico sobre su carrera reciente) en ‘La búsqueda’.
Si alguno de los lectores, reúne el suficiente valor, para ver los films resaltados, podrá comprobar hasta dónde es capaz de arrastrarse un actor para poder comer.

Conclusión: Dicen que pedir es feo, pero peor es robar. En este caso, a Voight le hubiese salido a cuentas robar el dinero que ganarlo por participar en semejantes truños. Por todo ello, es el ganador absoluto e incontestable de este ranking. Lo suyo le ha costado.

¡Felicidades Campeón!

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Epílogo.
Y como no sólo de actores protagonistas que se lanzan en plancha a las llamas vive este especial (que como todas las cintas aquí mencionadas no debe tomarse en serio) para el final dejamos la que es por derecho propia la mayor reunión de nombres de actores y actrices de renombre al servicio de una película. Y tal cetro se lo lleva con total (des) honor:

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Para ella va el “Premio especial al desparrame cinematográfico más grande de los tiempos modernos”.
Que Tim Burton es una de las mayores mentes freaks del cine, eso ya se sabe y de sobras, pero, que pudiera engañar a los productores, al estudio, a los espectadores y, sobre todo al siguiente elenco de actores para que se uniera a él en una cinta de marcianitos con mala leche, ya fue lo máximo. Y si no lean el siguiente reparto (conteniendo la respiración, a ver si son capaces: Jack Nicholson, Pierce Brosnan, Sarah Jessica Parker, Glenn Cloose, Tom Jones, Annette Benning, Michael J. Fox, Natalie Portman, Rod Steiger, Danny De Vito, Jim Brown, Joe Don Baker, Chirstina Applegate, Pam Grier, Martin Short & Jack Black. Y seguro que me dejo a alguno fuera. Aun así, pocas veces en la Historia del séptimo arte se ha visto a tan enorme elenco en una cinta que terminó siendo tan gigantesco fracaso.

Y no sólo eso, sino que muchos de los intérpretes del film se dejan llevar a lo más profundo del escarnio público por Burton, por ejemplo, un tipo tan poco dado al esperpento como Jack Nicholson, llega a interpretar dos papeles diferentes en la cinta: por un lado, el de presidente de los EE.UU., y por el otro el de un cowboy de Las Vegas. Vale que “El Gran Jack” ya se había dejado llevar de mala manera en la inefable ‘Ella nunca se niega’, pero esto supera a aquella y con creces.
Luego hay otros que merecen ser exculpados por ser “sospechosos habituales”, ejemplo claro el de Pam Grier, pobre mujer, Tarantino la había rescatado del olvido conJackie Brown, y ella va y se presta a esto, menos mal que ya estaba acostumbrada a la caspa desde su juventud, pues los más viejos del lugar recordarán que en sus años mozos, Grier fue la reina del Black-Explotation. Mención aparte merecen: Martin Short (que basó enteramente su carrera en hacer el mongui), el siempre insoportable Jack Black y un inenarrable Tom Jones, que no se sabe si es o no el tipo más listo de la sala, y el único consciente de que esta ante una broma cinematográfica de Burton, y por ello actúa en consecuencia, poniendo unas caras de seriedad que apenas disimulan la carcajada que lleva entre-dientes. Y de esta forma hemos llegado al final de este especial El precio del dinero 2, espero hayan pasado un rato distendido, agradable y simpático con su lectura.

Nota del redactor: Este artículo está basado en el mismo formato de humor y redacción ya llevada a cabo por Luis Miguel Carmona en su libro: «¿Qué hace una estrella como yo en una película como esta?».

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