El caso Bourne
Comparte con tus amigos










Enviar

Repasamos la primera película del agente desmemoriado centrada en el origen del personaje. Un personaje carismático y con unas habilidades letales. En el siguiente film asistiremos a su crucial carrera para descubrir quién es y quién intenta detenerle. Abrimos la carpeta de ‘El caso Bourne’.

“Te mando a ti para que seas sigiloso. Para que seas invisible. Te mando porque no existes” (Conklin)

Crítica de El caso Bourne

Durante unas vacaciones, en casa de unos amigos, el aclamado escritor Robert Ludlum se golpeó la cabeza. Como consecuencia, estuvo inconsciente durante horas y al despertarse perdió momentáneamente la memoria. A raíz de este suceso, a Ludlum se le ocurrió la idea para una novela. Acostumbrado a los libros de espionaje y conspiraciones, creó a uno de los personajes más reconocidos de la literatura actual: Jason Bourne. Nuestro protagonista es un despiadado asesino de la CIA que perdió la memoria durante una misión y pronto se veía en una trepidante carrera para salvar la vida. Tal fue el éxito de la obra que Ludlum escribió dos novelas más sobre Bourne: ‘El mito’ y ‘El ultimátum’.

El éxito de la trilogía fue tan colosal que se prepararon para llevarla a la pantalla televisiva en los 80 bajo el título de ‘El caso Bourne’. Esta cinta adaptaba la primera de las tres novelas del enigmático agente y estaba protagonizada por Richard Chamberlain. Aun así, Ludlum (con la fama irónica y robusta que le caracterizaba) no estaba satisfecho con el resultado y dejó los años correr. Un buen día, Universal Pictures le ofreció la posibilidad de llevar al cine al personaje. Ludlum no estaba demasiado por la labor, pues aún se encontraba dolido por el desastre de la anterior adaptación. Sin embargo, y para sorpresa suya, la productora le dejó total supervisión del proyecto. Ludlum podía así asegurarse que el resultado final fuera más o menos fiel a su visión de Bourne… pero el destino se lo llevó antes de que pudiera ver terminada la película.

‘El caso Bourne’ es un buen film de espías, bien rodado, interpretado y guionizado. Todo ello gracias a la buena labor tras las cámaras de Doug Liman, un realizador procedente del mundo del cine independiente y gran admirador de la obra de Ludlum. Además pudo conocerlo durante la pre-producción del proyecto y le cogió tanto cariño que le dedicó el film. Evidentemente, las comparaciones entre el libro y la película son odiosas y más aún si hablamos de Bourne. En la novela, Jason Bourne tenía doble personalidad fruto de su pérdida de memoria. De esta forma, por un lado presentaba la personalidad de su tapadera y, por otro lado, era un despiadado y frío agente de la CIA. Nada que ver con lo que Matt Damon interpreta en el film.

En la película, Bourne quiere dejar atrás todo aquello que le marcó con la ayuda de Marie, interpretada por Franka Potente. Pese a las diferencias con la novela, hay que reconocer que Damon consigue un buen papel como Bourne. A lo largo del metraje irá descubriendo sus mortíferas habilidades, especialmente en algunas de las primeras escenas de acción donde se muestran las buenas dosis de suspense que Liman imprime al producto.

Al margen de la buena labor tras las cámaras de Liman, la labor de los intérpretes es muy aceptable. Especialmente relevantes son las actuaciones de los ya citados Matt Damon y Franka Potente. La actriz alemana logra una interpretación comedida y bastante agradecida consiguiendo carisma como el interés amoroso de Bourne. Por otro lado, destacan también las notables recreaciones de esos dos monstruos de la interpretación que son Chris Cooper y Brian Cox. Sin olvidar tampoco a Clive Owen con una sobrecogedora presencia. El actor inglés tiene un corto pero intenso papel y, probablemente, su aparición es uno de los mejores momentos del metraje.

El guión es obra de Tony Gilroy (que se convertiría en el habitual de la saga) y William Blake Herron. Estamos ante un libreto que ofrece una historia atractiva con unos personajes más o menos memorables. También tenemos buenos momentos de suspense y unas escenas de acción de infarto (obviamente también gracias a Doug Liman). El guión de Gilroy y Herron se aleja de la vertiente más explosiva del género de espías. Esto provocó que la crítica comentara que estábamos ante una película de espías hecha con inteligencia.

Quizás lo más negativo sea la forzosa historia de amor entre Bourne y Marie. Un romance demasiado previsible y, quizás, un tanto anticlimático. Afortunadamente, en las secuelas se mejoraría totalmente este aspecto (sobre todo, en la mejor entrega, «El ultimátum»).

“Jason Bourne se ahogó hace dos semanas en Marsella. Eso es lo que les vas a decir. Si me siguen o veo que no has hecho caso… iré a por ti y te haré sufrir” (Jason Bourne)

En conclusión.
Termino esta crítica de El caso Bourne, un buen thriller de espías con trepidantes escenas de acción. A la ecuación se suman también unos personajes bien construidos y una trama atrayente. Finalmente, Matt Damon consiguió un destacado personaje en el que se metió al cien por cien. Esto le le valió para que la crítica le adorara pudiendo convertir a Bourne en parte recurrente de su carrera con varias secuelas.

Tráiler de El caso Bourne

Escucha nuestro podcast