Criminal
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“Se entiende por criminal a todo individuo que comete un crimen o que está implicado en algún tipo de delito”. Ya mismo, en las pantallas de nuestro salón, Kevin Costner cruza al otro lado de la Ley. El antaño galán pasa a convertirse en un auténtico… ‘Criminal’.

“Si me hacen daño… yo hago aún más” (Jericho)

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Crítica de Criminal

Leyendo la sinopsis y viendo la cantidad de rótulos (para que nos demos cuenta de la importancia de cargos y localizaciones) que van apareciendo casi de manera continua a lo largo del transcurso del film, uno puede pensar que el hecho de seguir la historia de ‘Criminal’ va a ser muy complicado. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. El libreto de la película se despacha de manera muy sencilla y esta queda como un vehículo a la mayor gloria de Kevin Costner. El actor se mueve por la historia como un “máquina total”. Un “máquina total” que, entre recuerdos implantados y propios, va poniendo firme a todo aquel se le cruza en su camino o le mira mal.

Al respecto de las firmezas de Costner, comentar que su personaje de Jericho tiene un buen repertorio de durezas verbales. Su lema ya lo define: “Si me hacen daño… yo hago aún más”. A sus sentencias añade sus chulerías como comerse por la cara un kebab. Además, físicamente destacan las zurras que va propinando a determinados individuos (ojo a la violencia -con grito de rabia incluido- con el que manda al corral de los quietos a…). Al respecto de las secuencias de acción, decir que resultan bastante cumplidoras, especialmente las de conducción que están bastante bien rodadas.

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La trama es una especie de “cajón de sastre” en el que se incluyen muy diversas temáticas. Entre ellas: la “ciencia ficción” con el “cambio de cerebro” en una operación «sencillísima» explicada en base a la estimulación de determinadas células cerebrales. También tenemos espionaje con el eterno conflicto entre potencias. La informática tampoco falta a la cita con los hackers que se apropian de las armas del Estado y alusión directa a Snowden. Por supuesto, el pack incluye la corrupción política con referencia directa a España. Los recuerdos con los propios de Jericho y los ajenos de Pope. Y, finalmente, el amor con la presencia de la esposa e hija de Pope.

Todo lo anterior nos es servido en bruto y en 113 minutos que no aburren en ningún momento, al contrario. La cinta es «simple» pero pasas un rato entretenido viendo como Kevin Costner se mueve de aquí para allá. Todo mientras Gary Oldman y sus muchachos le siguen la pista. Ahora bien, es preferible no ahondar muy profundamente en determinados aspectos del libreto para no destruirlo. Lo mejor es disfrutar con el desfile de caras conocidas que van apareciendo por el metraje.

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En las casi dos horas que dura la película vamos a ir viendo desfilar muchas caras conocidas. Hagamos un breve repaso a las mismas, empezando por los jefes de la función… Un asalvajado Kevin Costner es Jericho, un peligrosísimo sociópata de esos que el gobierno tiene encerrados en un agujero perdido sin saber muy bien qué hacer con ellos. Gary Oldman, por su parte, aplica grandes dosis de nervios a su papel de Quaker, el responsable de la CIA en los cuarteles generales situados en Londres.

En cuanto a los villanos principales decir que Jordi Mollà da vida al anarquista español Xavier Heimdahl, un tipo que de puertas para afuera se presenta como una especie de Julian Assange pero que, de puertas para dentro, es un cruel terrorista megalómano. A destacar que Mollà se pasa casi todos sus minutos sentado detrás de un portátil, ni tan siquiera se levanta para abrazar a Elsa. Elsa es su esbirra favorita a la que da vida una poderosa Antje Traue embutida en cuero.

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Por el film también desfilan Tommy Lee Jones como el Doctor Franks (casi guiño a “Frankenstein”) que realiza la pionera operación en el cerebro de Jericho. Alice Eve, Amaury Nolasco y Scott Adkins tienen menos minutos que más (especialmente pocos los de Adkins) como agentes de la CIA al servicio de Quaker. Michael Pitt da vida a “El holandés”. Este sujeto es un temible y joven hacker que tiene cogido por el cuello a la CIA.

Finalmente, los primeros minutos de la función van para Ryan Reynolds como el arriesgado agente Bill Pope. No hay que hacerse muchas ilusiones porque a su personaje le dan rápidamente el pasaporte dejando viuda a su esposa Jill, a la que da vida Gal GadotLa actriz israelí se muestra aquí como una mujer indefensa que en nada tiene que ver con su actual “Wonder Woman” y a la que la CIA (de manera increíble) no custodia en ningún momento.

“No recuerdo nada capullo. Me has confundido con otra persona” (Jericho)

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En conclusión.
Hora de finalizar esta crítica de Criminal, un film cuyo visionado casi (y sin el casi) nos retrotrae a las películas de acción de las décadas 80 y 90, no en vano la ha producido “Millennium Films”… que pasa por ser la “Cannon” de nuestros días. En consecuencia, ‘Criminal’ gustará a los que somos amantes y nostálgicos de ese tipo de cine y resultará “prescindible” para el resto.

Tráiler de Criminal

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